Capítulo 7

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Ya eran las 5 de la mañana y yo estaba arrastrándome por todo el cuarto, me coloque unos jeans y una franela negra pegada y unos botines marrones, mi chaqueta marrón de cuero que una vez me dieron las hermanas, me hice una cola de caballo. Estaba lista, solo me faltaba ir a ver si el ogro estaba listo.
Bajé las escaleras lentamente y me encontré a Jenny con unos trapos en las manos y la mire extraña —¿tan temprano Jenny?— le pregunté sorprendida y ella asintió suspirando pesado —sí, pero yo fui la que me levanté temprano— confesó e hizo unas muecas de fastidio haciéndome reír —y ¿tú para dónde vas?— me preguntó viendo mi atuendo y yo sólo subí mis hombros dándole desinterés —no lo sé, me dijo que me levantara a esta hora que íbamos a salir, no sé a dónde carajos me llevará y de seguro será a un pantano donde me lanzará para que los animales me coman o si no, el lo hará— exageré haciéndola reír pero luego se puso seria y se fue rápidamente hacia la cocina, giré mi cabeza y noté al ogro con un traje azul marino, siempre tan él como todo un estúpido empresario —¿eso es lo que vas a usar?— me preguntó y encogí mis brazos —es lo que elegí te guste o no— le reproché haciéndolo suspirar pesado —no tienes solución muchacha— me miró disgustado.

Me monté en la inmensa camioneta y el sin decir nada arranco, habíamos comido apresurados y no sabía porque pero me daba una inmensa rabia que estaba que le saltaba encima para ahorcarlo ¿acaso no tiene sueño? Esto es realmente molestoso.
Unos minutos después estábamos frente a una gran empresa y supuse que era una de las que tenía, boquiabierta me baje de la camioneta y seguí al ogro por todo el camino. Varias personas lo saludaron con corteza sorprendiéndome de cómo eran con este señor.
Caminábamos por el pasillo hasta dirigirnos hacia una oficina que supuse que era la de él. No me molestaba que no me haya presentado a nadie porque no era importante para mí y siendo invisible era la mejor manera de evitar problemas y reproches. Entramos a la oficina finalmente y note miles de papeles regados, el suelo y los estantes estaban que con solo una soplada explotaba de lo cargado que estaba.
Se sentó muy estúpido en su grande sillón de empresario ¿Qué carajos hacia aquí? Hice un leve ruido y él me ignoro haciendo como si no me hubiese escuchado, escribía en su computadora y vire mis ojos... hice otro ruido en la garganta y mas alto para que me escuchara y sé que lo hacía... pero me siguió ignorando haciendo que se me hirviera la sangre de lo molesta que me encontraba —me puedes decir para que carajos me has traído aquí— le pregunte incitándolo a mirar a mi dirección, dejo todo lo que hacía y me señalo un montón de papeles —envíalos a las personas que les correspondan— boquiabierta lo mire —acaso me estás diciendo que le tengo que dar su correspondencia a las personas que están allí afuera— el volteo hacia mi —si, ¿algún problema con eso?— me reprocho y suspire pesado —no, no hay ninguno porque todo está taaan maravilla que quede encantada— dije entre dientes y el siguió en los suyos, me voltee y mire los papeles que tenía que entregar, comencé tomando un montón de aquel papeleo y mis piernas temblaron, era demasiado, me acerque a la puerta e intente abrirla pero cuando casi la abría sentí como todo el peso de los papeles me cayeron encima lanzándome al suelo.

Subastada  |Zayn Malik y tu| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora