Capítulo 33

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No quise voltear, no quería verle el rostro, ni ver como se burlaba de mí y me hacía cada vez más miserable. Y justo ahí voltee a ver a Jenny quien miraba también a mi dirección, en la manera que lo hacía era escalofriante y cada vez más enchinaba sus ojos como queriendo saber que pasaba por mi mente y quité la vista.
Vi como Zayn se retiró de la habitación y sentí como mi cuerpo se relajó, no me sentía bien, quería llorar pero no podía, era como si las lágrimas se hubiesen agotado desde hace tiempo, me encontraba en un estado de shock el cual no me dejaba pensar con claridad la situación — ¿Pasa algo?— me "pregunto" Jenny pero para mí parecía más una afirmación que una pregunta. Gire mi cabeza a su dirección y me quedé indecisa de mi respuesta a aquello —no— mentí —no pasa nada, solo me siento cansada— me excusé para escapar de algún regaño de su parte, si me decían otra cosa, sentía que iba a estallar. Y antes de que Jenny me dijera otra cosa salí corriendo a mi habitación.
Al llegar abrí rápidamente la puerta, la cerré con llave y apenas lo hice, rompí en llanto. No podía más con todo esto, no podía con el hecho de que mi vida siga siendo miserable después de casi 18 años, soy huérfana y las personas a quienes creí mi familia, me vendieron en una subasta y vaya que sacaron provecho ¿no lo creen? Obviamente el dinero iba para ellas ¿cierto?...
Las lágrimas seguían cayendo mientras por mi mente pasaban todos aquellos momentos en el orfanato y en segundos llegó el maldito momento en el que llegue a esta casa. Tenía que hacer algo para irme de aquí, para escapar y la idea de escaparme literalmente se me hacía tentadora pero ¿A dónde iría si lo hago? No tengo dinero y lo único que me queda es quedarme aquí, podía trabajar e ir reuniendo hasta tener lo suficiente como para sobrevivir... hasta que recordé un pequeño detalle, la bestia inmunda jamás me dejaría ir ¿Por qué? Porque él me compró en aquella subasta y blah blah blah, eso es lo que me diría o mejor dicho, me gritaría.
Tenía que al menos luchar por mis sueños y el que más deseaba alcanzar era, ser libre. Lo único que llegó a mi mente era "¿y por qué no le pago la cantidad que pagó por mí?" claro, así sería libre pero el gran detalle era... aquella cantidad se trataban de unos 50 mil dólares, vaya que era un gran detalle.

[*...]

Caminé lo más lento que pude, no quería llegar allí, no quería tocar su puerta ni mucho menos dirigir una palabra hacia él pero debía hacerlo, debía de armarme en valor y enfrentarme a él. Debía de luchar por lo que quería conseguir. Y sin darme cuenta, ya estaba frente a esa gran puerta marrón, alcé mi mano en el aire apretando fuertemente mi puño, toqué tres veces y esperé alguna respuesta —adelante— escuché su voz en el fondo y antes de abrir la puerta, suspiré pesado queriendo saber qué carajos realmente estaba haciendo. Entré y él ni se molestó en ver quién era, estaba concentrado en unos papeles a sus manos y adelanté mi paso hasta quedar frente a su escritorio. Tenía la tentación de sentarme en uno de esos sillones que estaban a mi lado antes de caer al suelo pero no lo iba hacer —¿qué se te ofrece?— preguntó mirándome por encima de sus lentes de pasta negros —vengo hacerte una propuesta— le dije simulando seriedad mientras por dentro estaba aterrada —interesante, y ¿qué tipo de propuesta? Si se puede saber— apoyó sus codos en la mesa y su barbilla entre sus manos y me hizo una seña para que me sentara, y lo hice aún rígida —diría que he pensado en que si podría tener alguna oportunidad de que me dejaras ir— dije aquellas palabras haciendo una pausa, quería ver su reacción y cuando escuchó aquello, estalló en risas —y me preguntaba que si yo te pagara la cantidad que pagaste por mí, ¿me dejarías finalmente libre?— ignoré sus risas y al escuchar aquello, rió aun más —eso es imposible, ¿Dónde conseguirías el dinero? Ni porque trabajes toda tu vida llegarías a eso— y tenía razón, no sé lo que estaba pensando y para cuando terminó de hablar, yo no tenía respuesta en defensa, su mirada se clavo en mí —pero... si podríamos hacer un pequeño trueque— le escuché decir y centre mi atención en él —¿Qué quieres decir?— le invité a seguir hablando —diría que, si tanto deseas ser "libre" aceptarás lo siguiente— se acomodó en su asiento —obedecerás mis órdenes sin quejas, sin reproches o malcriadeces de tu parte— juntó sus manos y en su rostro reapareció una sonrisa maliciosa —por todo un año y serás libre pero, si me faltas en ese año, no hay trato— siguió diciendo y mi corazón se detuvo, ¿Qué carajos quería que hiciera? —pero, ¡SI HE SEGUIDO TUS ORDENES TODO ESTE MALDITO TIEMPO!— grité alterada y él me hizo una seña para que hiciera silencio y me crucé de brazos refunfuñando —trato es trato, sin fallas y desobediencia y serás libre— repitió lo que había dicho anteriormente y me quedé callada unos segundos pensando lo que realmente debía hacer pero mi mente estaba bloqueada totalmente —trato... hecho— tartamudee con los ojos cerrados —te puedes retirar— me dijo con una sonrisa plasmada en su rostro e hice lo que me pidió. 

Subastada  |Zayn Malik y tu| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora