Capítulo 8

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Tras haber tenido una sesión de amor con su ya prometida, Natsu despertaba en su habitación notando de inmediato el peso extra que se encontraba sobre su pecho, al voltear hacia abajo pudo apreciar a su bella dragona completamente desnuda durmiendo plácidamente sobre su pecho.

Al ver a su mujer, el pelirosa paso su mano por los rojos cabellos de la dragona, acariciando los en el acto y en el proceso haciendo que está despierte.

Natsu: lo siento Irene-chan, ¿te desperté?.

Irene: no te preocupes por eso amor.

En eso, la dragona se movió un poco más hacia arriba para poder estar a la altura de Natsu.

Irene: (sonriendo) buenos días mi rey.

Natsu: (sonriendo) buenos días mi reina.

La pareja unió sus labios dándose el beso de los buenos días para que al separarse, la dragona volviera a acurrucarse en el pecho del dragón quedándose así por unos minutos.

Natsu: Irene-chan ya es un poco tarde ¿no crees?.

Irene: no me importa, quiero quedarme así todo el día, quiero que estés a mi lado todo el tiempo posible antes de que te vayas.

Natsu: (abrazando a Irene por la cintura) y así será, así que ¿qué te parece si nos damos un baño para bajar a desayunar?.

Irene: (haciendo un puchero) no quiero, estoy muy cómoda aquí.

Natsu: vamos Irene-chan no seas así, después del desayuno haremos todo lo que quieras ¿está bien?.

Irene: de acuerdo.

El pelirosa se había girado para ahora estar el encima de la pelirroja en donde la pelirroja rodeo su cuello con sus brazos para apricionarlo en un beso lleno de amor y pasión.

Luego de ese beso la dragona soltó de su agarre del cuello de el pelirosa para que este se pusiera de pie.

Natsu: ¿quieres usar el baño tu primero Irene-chan?.

Irene: no, de hecho me gustaría que nos bañemos juntos.

Natsu: claro.

Irene: pero hay un pequeñín y chiquitín problemita.

Natsu: ¿de qué se trata?.

Irene: que debido a que alguien fue muy rudo conmigo anoche no siento nada de la cintura para abajo.

El pelirosa no dijo nada y solo se acercó la cama para tomar a la pelirroja en brazos y cargarla al estilo nupcial.

Natsu: (haciendo un puchero) tú me dijiste que lo haríamos hasta el amanecer además de que eres muy hermosa y no puede contenerme.

Irene: (dándole un golpecito a Natsu en la nariz) recuerda que te dije que a partir de ahora y para siempre mi cuerpo te pertenece... (acercandose al oído de Natsu) puedes romperme si así lo deseas.

Y tras esas palabras la dragona mordió el lóbulo de la oreja del dragón haciendo que se estremeciera.

Natsu: (apretando el trasero y un pecho de Irene) no juegues con fuego linda, que acabarás quemando te.

Irene: (tono seductor) pues eso hay que averiguarlo ¿no crees?.

Natsu: me encantaría hacerlo pero no será ahora.

Irene: (haciendo un puchero) mo, que aburrido.

La pareja habían entrado al baño de su habitación en donde al pasar a la bañera los insinuaciones y caricias se hicieron presentes pero decidieron no hacer nada ya que si reanudaban lo que habían hecho la noche anterior está vez será mucho más intenso.

Mi Reina DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora