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Taehyung llegó puntual, se aseguró de que sus empleados estuvieran completos. Saludó a algunos y después se acercó al cubículo de Jimin.

—¿Cómo vamos? —le preguntó a Jimin.

—Bien y hay algo que le quisiera decir y por favor quiero que acepte porque me lo he pensado mucho y sí me gustaría.

—Por supuesto —dijo tomando la mano de Jimin—. Le llamaré a la mudanza para que pase por sus cosas y las deje en mi casa para que se sienta más cómodo al vivir conmigo. Sólo necesito sus llaves y...

—No señor Kim —Jimin desvió la mirada avergonzado y quitó su mano de la suya—. E-es otra cosa.

Taehyung sonrió levemente.

—Lo sé. Sólo lo estaba molestando —aclaró su garganta—. ¿De qué estamos hablando?

—El sábado llamó Namjoon de Dior y le gustó mi diseño —Taehyung frunció el ceño—. Ya sé que es difícil de entender, pero deje le explico —Taehyung se cruzó de brazos y escuchó lo que Jimin tenía que decir.

Básicamente todo había sido un error por parte de Jin. El problema no era que una empresa grande tuviera el diseño. El problema era que Taehyung había querido hacer ese diseño. Por lo que se negó a dar el diseño a Dior.

—Somos una empresa mediana aspirando a ser algo más grande. Damos los diseños lindos y seguiremos siendo irreconocidos —Jimin suspiró pesado e hizo un pequeño puchero—. Pareces un niño chiquito —dijo entre dientes. Jimin lo miró extrañado, él de verdad estaba enojado, pero no entendía el por qué si en un principio él no quería hacerlo.

—Pero el CEO de Dior vendrá a hablar con usted, puede llegar a un acuerdo —Taehyung suspiró pesado—. ¿Ahora qué? —preguntó Jimin con ceño.

—Ese diseño usted lo hizo para mí, ¡pensando en mí! —explicó—. No puedo darlo.

Taehyung se fue a su oficina. Jimin no lo siguió se quedó desanimado mirando su monitor y de vez en cuando soltaba un suspiro de tristeza esperando que el señor Kim los escuchara. Cosa que sí hacía pero no le tomaba mucha atención. Hasta que de verdad llegó a su límite y tuvo que cerrar la puerta.

Después de una hora de trabajo, Namjoon llegó a las oficinas con un traje de su misma empresa, por supuesto que la calidad de la tela se miraba a Kilometros. Taehyung había buscado lugares en donde la tela fuera de mucha calidad y lo encontró, pero no se igualaba a la de Namjoon. Y desprendía un olor muy fuerte, su perfume olía riquísimo. Tanto así, que al pasar las personas voltearon a ver de dónde venía ese olor.

—Buenos días —le habló Namjoon a una chica—. Me dijeron que me dirigiera con un Park Jimin —la chica le señaló el cubículo de Jimin—. Gracias.

Se dirigió hasta su cubículo. Jimin al verlo hizo una reverencia.

—Buenos días —dijo Namjoon—. ¿Los diseños son suyos? —Jimin sólo pudo asentir, estaba tan emocionado que las palabras no le salían—. Un placer poder conocerlo, los diseños son muy buenos, ¿dónde esta tu jefe?

Jimin se acercó a la puerta de la oficina y la abrió.

—¿Ya no estás enojado conmigo? —preguntó Taehyung mirando su pantalla—. Creo que tengo un maldito virus, ¿podrías arreglarlo?

—Emm... señor Kim —Taehyung lo miró y abrió la boca al ver a Namjoon. Se levantó e hizo una reverencia. A lo que Namjoon también hizo una.

—¿Podrías dejarnos solos? —le pidió Namjoon a Jimin y él asintió apresurándose a irse.

Jimin salió de la oficina algo nervioso por lo que fuera a suceder. Ambos hombres parecían tener el cáracter algo fuerte y temía que a Taehyung se le ocurriera lanzar a Namjoon por la ventana o viceversa.

Stubborn; VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora