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—¿Estás seguro? —preguntó Seokjin sorprendido—. ¿Yo como jefe?

Hace tiempo que Jin había sido responsable de la oficina, y aunque hayan conseguido un contrato con Dior, él era muy mandón con los empleados y aprovechaba su autoridad, pero era el empleado en el que más confiaban.

—En realidad. Sólo contesta llamadas y di "el señor Kim no se encuentra, habla con Seokjin, ¿gusta dejar algún recado?" —le explicó Jimin—. Y por favor, no mandes algo que no sepas.

—Gracias a mí tenemos ese contrato con Dior —se cruzó de brazos—. Todo estaba planeado, no fue ningún accidente.

—Como sea, sólo cuida de los empleados y de Jungkook —dijo con una pequeña sonrisa—. Su madre permitió que esta noche durmiera con nosotros, mañana no irá al preescolar, por lo que lo tendrás aquí toda la mañana. En la tarde llegaremos nosotros.

—¿Cuidar de ese pequeño diablito?

—No es un diablito, cuando te agarra afecto, por suerte tú le caes bien —dijo esto con una sonrisa nerviosa.

Seokjin miró sospechoso a Jimin y se encogió de hombros.

—Cobraré por esto —dijo y sin más que decir se fue a su cubículo a recoger sus cosas para poder ir a descansar.

Jimin suspiró aliviado, sonrió mirando a la oficina de Kim, quien lo miraba de igual manera, ambos estaban ansiosos por poder estar con su hijo. Lo habían extrañado tanto. Taehyung había preparado muchas cosas por hacer con Jungkook, tanto así que dejaron de trabajar desde las cinco, cuando normalmente terminan a las ocho de la noche.

Sin decirse nada, se subieron al auto para recoger a Jungkook en su casa. Él también ya estaba listo y muy emocionado.

—Sé que haces esto porque crees que así el juez verá que podemos llegar a un acuerdo —le dijo Taehyung a Jieun, una vez que Jungkook se fue corriendo a su auto a saludar a Jimin.

Ella quiso negarlo, pero después suspiró recargándose en el marco, su vientre ya estaba más grande.

—Tenía celos —Taehyung la miró confundido—. No es lo que piensas, te dejé de amar desde hace mucho, sólo que vi que lo estabas intentando con alguien más cuando ni siquiera te preocupabas por mí cuando estabamos casados.

—Lo de Jisoo fue pura mentira —dijo—, y con Jimin, pues trabajamos juntos, pasamos casi todo el día juntos. Tampoco te amo, pero quisiera que nos llevaramos mejor, no lo digo por nosotros, sino por Jungkook. No quiero que crezca en un entorno lleno de odio y peleas, él estará bien con nosotros.

Jieun bajó la mirada, Taehyung le extendió la mano, ella la tomó con fuerza y le sonrió.

—Es cierto, si ustedes ganan Jungkook será más feliz. Esta vez quiero hacer las cosas bien. No quiero que mi hijo me odie.

—Jungkook no podría odiarte —dijo Taehyung—. También nos gustaría conocer al futuro hermanito de Jungkook.

—Será una niña, de hecho, se está moviendo, le gusta mucho moverse.

—¿Puedo? —preguntó Taehyung y ella asintió. Taehyung tocó su vientre y pudo sentir sus piesitos—. Hola, preciosa~

—Papá está haciendo cosas raras, Jimin —dijo Jungkook quien andaba de chismoso en el auto.

Jimin miró la escena enternecido.

—Papá está haciendo las cosas bien.

×

—¡Hay que jugar a las escondidas! —gritó Jungkook—. ¡Mejor juguemos a congelados! No ¡juguemos a los superhéroes! Yo soy Iron Man porque tengo mis calcetines de Iron Man.

—¿Puedes creerlo? Pensé que me correría de su casa —Taehyung abrazó a Jimin por detrás, él estaba picando una papa para la comida—. Tenías razón, amor.

—¿Cuándo me he equivocado? —preguntó Jimin—. Ahora ya tienes una amiga, además recuerda que —Jimin se giró y le dio una zanahoria—, si la quisiste en un principio fue por algo. No todo debe terminar en odio. Ahora, por favor pica la zanahoria en lo que la carne se coce.

Tae mordió la zanahoria y se la acercó a Jimin para que también la mordiera, pero en vez de eso, lo miró con ceño porque se estaba comiendo lo que hace unos instantes le pidió que picara.

—No, papá, no lo abraces —Taehyung se separó de Jimin y se puso a su altura en cuclillas para darle un abrazo a su hijo, pero Jungkook abrazó a Jimin—. Sólo yo puedo.

—Parece que quieres más a Park —dijo Taehyung fingiendo estar dolido—. Mi propio hijo, me desprecia.

—No papito, yo a ti te amo mucho, pero a Jimin también —Taehyung abrazó a su hijo.

—Lo sé.

—¿Vamos a jugar a las escondidas?

—Sí, mi cielo.

—No —dijo Jimin—, te estás haciendo el sordo, Kim. Ya te dije que hasta que esas verduras estén picadas y limpias.

Taehyung suspiró y asintió obedeciendo a Jimin.

×

—¿Cómo es que tiene tanta energía? —preguntó Jimin, cansado. Jungkook ya había caído dormido, eran las once de la noche. Pero sentían como si fuera las tres de la mañana después de jugar a los superhéroes y a las escondidas por cinco horas.

—No sé, pero así será siempre —Taehyung se acercó más a Jimin para darle un beso—. ¿Cómo te sientes?

—Me gusta —dijo adormilado—. Jungkook es un niño muy amoroso —le dio otro beso a su pareja y lo abrazó de su cintura.

—Te amo.

—Yo mucho más.

—Pero no más que yo —dijo una tercera voz. Jungkook llegó al cuarto, cuando ambos creyeron que iba para jugar, pero en realidad fue a dormir con ellos. Se metió en medio de los dos y abrazó a Jimin.

—Jungkook —habló Taehyung, pero Jimin le tapó la boca, Jungkook había llegado medio dormido al cuarto y ya había caído dormido. Taehyung suspiró, mejor decidió acercarse a ellos y unirse al abrazo.

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Perdón por haber tardado, esta semana son mis examanes finales jeje, espero y les guste. Los quiero mucho.

Stubborn; VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora