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Jimin se adelantó para llegar a la oficina. Taehyung lo miró con sospecha así que intentó seguirle el paso, pero Jimin seguía adelantándose.

—¿Ocurre algo, señor estricto? —preguntó con clara burla hacia su asistente.

—Es que dejé su escritorio muy sucio, no quiero que lo vea así —siguió adelantándose.

—Los de intendencia se encargan de limpiarlo.

—Sí, pero es algo muy vergonzoso —mintió. En realidad quería avisarles a todos que Taehyung ya había llegado y que era momento de ponerse serios.

Llegó hasta el departamento de su oficina y en cuanto abrió la puerta de vidrio. Globos saltaron por todos lados, le lanzaron confeti y serpentinas. La mayoría traía puesto un gorrito de fiesta.

—¡Feliz cumpleaños! —gritaron todos. Jimin sonrió avergonzado. No sabía cómo reaccionar a las felicitaciones de tanta gente.

—Muchas gracias —dijo apenado. Jin le acercó un pastel que decía "Feliz cumpleaños al mejor jefe". Jimin miró desconcertado el mensaje. Había mucho ruido porque todos hablaban, pronto se callaron en cuanto vieron a Taehyung acercarse observando todo el desastre que había en el piso.

—¡Señor Kim!

Taehyung alzó la vista para ver a sus empleados, todos se miraban aterrados ante su mirada. No dijo nada, sólo miró el piso todo sucio y se acercó hasta Jimin para ver el pastel.

—Debía decir "Feliz cumpleaños al mejor jefe sustituto", pero no alcanzó —explico Seokjin. Taehyung no dijo nada, solamente miraba el pastel.

—¿Ocurre algo? —preguntó Jimin. Taehyung negó con la cabeza y se fue a su oficina dejando a todos un poquito incómodos.

—¿Qué significó eso? —preguntó Seokjin—. ¿Podemos partir el pastel o no?

Jimin rio nerviosamente ya que todas las miradas estaban sobre él, estaban cerca de 7 empleados ahí con él.

—Hay que partir este pastel —dijo Jimin, tomando el cuchillo, partió pedazos pequeños, porque esperaba que alcanzaran todos en ese piso y se dedidicó a repartirlos.

Mientras, Taehyung miraba todo en su oficina, tenía un olor diferente a lo que normalmente olía. Se preguntaba si ese era el olor de Jimin, pero lo dudó, porque su casa olía a algo agradable gracias a que Jimin olía bonito.

—Señor Kim —Taehyung dejó de pensar en los olores extraños y miró a su pareja—. Le traje un pedazo de pastel —miró el pastel y después a Jimin—. ¿Por qué me mira así?

—¿Usted cree que soy un mal jefe?  —preguntó algo desanimado. Jimin negó de inmediato, dejó el pastel en el escritorio y le apretó las mejillas abultando sus labios.

—Todos lo quieren —le dio un casto beso—, es sólo que creen que es bastante duro.

—Así se trabaja mejor —Taehyung se alejó un poquito de Jimin para ir con su pastel—. No les meto tan presión, pero deben entender que si quieren llegar alto les debe costar.

Jimin asintió, tiempo antes Taehyung le había dicho que él lo presionaba para que cuando dejara la empresa para irse a una mejor fuera más capacitado y nadie fuera competencia para él. Su competencia debía ser él mismo.

—Entiendo.

—Bueno, no puede besarme en la oficina, puede entrar alguien y no quiero que las personas comiencen a hablar —dijo.

—Todos saben de lo nuestro y también nos han visto juntos.

—Aquí se viene a trabajar —Jimin bajó la mirada como un cachorrito regañado. Taehyung rodó los ojos, levantó la cabeza de Jimin tomándolo de la barbilla y le dio un beso—. Bueno, sólo si yo lo permito.

Stubborn; VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora