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Al llegar al centro comercial, Taehyung le pidió que buscara algún lugar para ir a comer. Jimin optó por ir a un lugar donde preparaban carne a la parrilla.

Miraron el menú, pidieron una parrillada para dos, un jugo y una cerveza.

—No piensa emborracharse, ¿verdad? —preguntó Taehyung.

—¿Y por qué no? Saliendo de aquí vayamos a un bar a bailar y a tomar hasta perder la razón —dijo emocionado—, en mi cumpleaños siempre me gusta hacer eso —tomó las manos de Taehyung e hizo un puchero esperando que él aceptara.

—Si tomo quizás me ponga sentimental por mi hijo —dijo Taehyung, quitando sus manos—. No quiero tomar, pero sí acepto ir a bailar.

Jimin sonrió apretando sus ojos y mostrando sus dientes con más emoción. Llevaba tiempo sin ir a un bar, antes iba cada semana, le agradaba el ambiente en ellos y siempre conocía a gente que le invitaba un trago, aunque ahora iría su novio y si alguien se le acercaba seguro Taehyung no lo permitiría.

Su jefe tenía esa mirada que daba miedo. Seguro nadie se le acercaría y agradecía eso, porque siempre había alguien hostigándolo.

El mesero se acercó a darles sus bebidas.

—Realmente estoy feliz de que esté conmigo y que haya querido salir de su cuarto a festejar mi cumpleaños.

—Es un día especial.

—Ni tanto, sólo es el día en que nací —dijo encogiéndose de hombros.

—Un día insignificante —dijo Taehyung con ironía—. Mejor deja de decir tonterías y dime cómo te sientes.

Jimin suspiró pensando en qué decir, ¿Cómo se sentía? Hace unas horas acaba de dar por formalizada su relación con Kim. Aunque él esperaba algo más romántico. Pero así era su jefe, él era serio, no un hombre cursi. Aunque nadie nunca le pidió que fuera su novio, ni siquiera Yoongi le pidió ser su amigo con derechos, sólo sucedió.

—¿Ocurre algo malo? —Jimin parpadeó varias veces y le sonrió a Taehyung.

—No, sólo estaba recordando algo.

—Yoongi —Jimin lo miró confundido y rio negando—. Te está llamando —señaló el celular que estaba encima de la mesa.

Jimin miró y tomó su celular, al parecer lo tenía en silencio. Pensó en si contestar o no. Miró a Taehyung jugar con su vaso casi lleno. ¿Realmente quería arruinar su relación así? Si le daba importancia a esa llamada arruinaría su relación.

—Qué se joda —dijo Jimin. Otra vez volvió a encenderse la pantalla con el nombre de Yoongi.

—Pensé que habías eliminado todo de él.

—No le había dado importancia en borrar su número. No pensaba en llamarle.

De nuevo volvió a llamar, Taehyung miró el celular de Jimin y sin preguntarle contestó la llamada

—Señor Kim... —Taehyung le dijo con la mirada que se callara.

—¿Jimin? Iba a llamarte temprano, pero no estaba seguro si estaría ese imbécil de traje. ¿Estás en casa? —Jimin bajó la mirada, Yoongi hablaba muy fuerte y podía escuchar todo lo que decía. Taehyung no contestó para seguir escuchando lo que tenía qué decir—. Mierda, estaba drogado cuando fui a tu casa, no quería lastimar a tu jefe de mierda. ¿Por qué estás de su lado? Después de ser un maldito contigo, deberías odiarlo —silencio—. Contéstame.

—Buenas tardes, lamento que hayas tenido problemas con mi novio. No necesita más de ti, ni como amante, ni como amigo —colgó la llamada. Hubo un largo silencio entre ambos, llegó la parrillada y comieron en silencio.

Stubborn; VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora