XXXIV-Un Nosotros

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—Qué vamos hacer?—preguntó Yuuri sentándose en el sofá.

—Cómo que qué? Pues seremos una gran familia—sonrió el ruso

—Viktor, en esto no hay un nosotros. Estas tú, estoy yo, pero no hay un nosotros.

—Yuuri—se acercó el ruso a Yuuri. Se puso de rodillas y tomó las manos del menor entre las suyas—Yuuri, yo te amo. Te amo mucho, por favor, dame una oportunidad. Dame otra oportunidad.

—Lo siento Viktor, pero no puedo. La verdad es que ya ni se si te amo—Viktor sintió su corazón romper al escuchar esas palabras de Yuuri porque aunque le dolía muchísimo, fueron unas palabras llenas de honestidad.

—Sé que he sido el hombre más estúpido, sé que te hice sufrir y te he hecho muy infeliz. Pero Yuuri... en verdad te amo, en verdad quiero que intentemos un nosotros.

—No puedo Viktor, lo siento.—Yuuri soltó las manos de Viktor y se puso de pie.

—Entonces qué piensas hacer para mañana que le den el alta a Angela?

—Mañana le darán el alta? Estás seguro que ya está bien? Estará bien en casa?

—Ella está estable y no creo que este bien que la tengamos encerrada aquí. Aunque esto es muy espacioso no es un hogar. Es por eso que te pregunté sobre qué es lo que piensas hacer

—P-Pues se viene conmigo?

—Contigo y Otabek? Ni loco. Angela es muy apegada a mí y Vicky es muy apegada a ti. Yo no pienso estar alejado de mis hijas y estoy seguro que tú tampoco así que... Por qué no vivimos todos juntos? Si tú quieres podemos dormir como hasta ahora, en camas diferentes. No te voy a apresurar ni te voy obligar a nada, solo quiero que nuestras hijas sean felices. Si?

—No sé, deja lo platico con la almohada.

Yuuri se fue a la recamara. Una familia, esa palabra le causaba sentimientos encontrados. Sabía que era muy rápido para entrar en una relación cuando aún no aclaraba las cosas con Otabek, pero por lo que miro esa noche, tal vez todo estaba claro. Cada quien debía seguir su propio camino. Pero empezar con Viktor era algo... rápido. Claro que quería que sus hijas fueran felices y vaya que lo eran con Viktor, pero aun así no quería engañarse o ilusionarse con Viktor. Ya no era el chico iluso de aquel tiempo, ya no creía en el amor como antes. Ya era más maduro.

—Por qué no te pones la pijama que te compre? Esa pijama es... un poco sexy—Viktor entró al cuarto rompiendo los pensamientos de Yuuri.

—Ese es el punto. No quiero lucir Sexy—dijo Yuuri mientras arreglaba su cama.

—Que desperdicio—bufo el ruso al ver a Yuuri con ese pijama de dos piezas. Blusa de manga larga y pantalón largo. La parte de arriba era un tanto grande y dejaba que la figura de Yuuri se perdiera entre tanta tela.

—Cállate y ven a dormir

—Me invitas a dormir contigo?—Viktor se quitó rápidamente la blusa y pantalones.

—C-Claro que no—Yuuri se tapó rápidamente con las cobijas. Mirar el sexy y monumental cuerpo de ese hombre era... pecado. Maldición no debió verlo, ahora ese abdomen, esos músculos bien formados, ese caminito de la selva de color platinado que iba desde debajo del ombligo hasta la zona de placer del ruso....—Yuuri sacó su rostro de entre las cobijas pues escucho todo muy silencioso.

—Qué? Cambiaste de parecer?—Viktor seguía donde mismo, pero ahora completamente desnudo.

—Ahh!! Viktor, ya te he dicho que te pongas calzoncillos para dormir.—Yuuri se volvió a tapar rápidamente mientras Viktor reía a carcajadas.

Love behind the Mask (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora