Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas...
Yuuri soñó toda su vida con la clásica historia de Omega x Alfa. Desde pequeño se dio cuenta que sentía atracción por los hombres, y después se dio cuenta que le gustaba ser el uke. Ahí fue cuando co...
—Puja, Puja mi niño... Ya puedo ver la cabecita. Puja. —Yuuri estaba muy pálido, el aliento le pesaba cada vez más. Cada pujido que daba era tan doloroso que sentía que perdería el conocimiento en cualquier momento.
—Ahhhh Ahhhh Ya no... Ya no...Puedo... Ahhhh
—Vamos, puja, puja, ya está aquí, ya casi, ya casi. —Doña Carmen veía como Yuuri sufría y temía que ambos murieran. —Ya está saliendo, ya está saliendo, bien, bien...
—MMHHhh AAAhhhh
—Uno más, uno más. Puja, Puja. Puja o se ahorcara, la cabecita ya salió. Puja... tu puedes Yuuri, tu puedes. Puja...
Yuuri tomó aire y lo sacó. Pujó fuertemente, con todas sus fuerzas y sintió cómo su cuerpo se relajó, después miró todo negro.
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—Escuchas eso?
—Ahhhh Ahhhh Ya no... Ya no...Puedo... Ahhhh
—Vamos, puja, puja, ya está aquí, ya casi, ya casi.—Doña Carmen veía como Yuuri sufre y temía que ambos murieran.—Ya está saliendo, ya está saliendo, bien, bien...
—MMHHhh AAAhhhh
—Uno más, uno más. Puja, Puja. Puja o se ahorcara, la cabecita ya salió. Puja... tu puedes Yuuri, tu puedes. Puja...
Ambos alfas corrieron y abrieron la puerta. Miraron a Yuuri desmayado en la cama y a una anciana con un bulto en las manos. Otabek quedó en shock y miró a Yuuri y después a Viktor que estaba ahí, mirando la escena sin ningún asombro.
Él lo sabía...
Viktor se acercó a paso apresurado al lado de la anciana.
—Qué pasa? Por qué no llora?—dijo preocupado al ver el blanco, casi morado cuerpecito en brazos de la mujer mayor.
—Quiénes son ustedes?—Doña Carmen limpiaba al pequeño, su piel blanca igual a la de Yuuri y unos cuantos mechones color plata se comenzaba asomar después de que era limpiado. .
—Por qué no llora?—preguntó más insistente. Sacó su celular, lo prendió y marcó un número. —Manda un helicóptero a mi locación. Tienes menos de 5 minutos, mándalo ahora—colgó.—Le hice una pregunta... Por qué no llora?
—La pequeña nació enferma. Su corazón... está muy débil.—Viktor casi se desmaya.
—Y Yuuri... Como está Yuuri?
—Él solo se desmayó, estará bien.
—Qué está pasando aquí, Viktor? Creo que me tienes que explicar esto.
—Yuuri huyo con mi hijo.
—Es una niña—respondió la mujer.—su nombre es Angela—Dijo acomodando la en sus brazos.
