LIV-Mañana

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Hoy era el día que Yuliana por fin era dada de alta en el hospital. Después de que cambiaran la fecha dos o tres veces, por fin la pequeña rubia de ojos verdes iría a casa. Yuri estaba tan feliz que el corazón no le cabía en el pecho. Yuuri ya había dado a luz hace dos semanas y ya estaba en casa. Sin embargo los doctores decidieron que Yuli requeriría más tiempo en el hospital para tenerla en observación. Después de un mes de nacida la pequeña por fin iría a casa.

El primer trabajo de padres que enfrentaron Otabek y Yuri fue poner el portabebé en el carro. Duraron como media hora para poder poner el portabebés correctamente. Yuri no confiaba en Otabek y mejor se sentó al lado del bebé en el asiento de atrás por si se llegaba a mover el portabebé. Cuando llegaron a casa, todo normal, pero una vez abrieron la puerta de la entrada, Viktor, Yuuri, las pequeñas y el bebé daban la bienvenida a Yuliana.

—Yuri, creo que es hora de que por fin cheques el cuarto de la pequeña—dijo Yuuri sonriente. El azabache estuvo al pendiente de la habitación para que no acumulara polvo.

—Vamos—Otabek señaló arriba y Yuri comenzó a subir las escaleras con la bebé en brazos. Otabek subió después del rubio. Yuri se quedó de pie frente al cuarto que tenía el nombre de la pequeña

—B-Beka... tengo miedo

—Miedo de qué?—Otabek acarició la mejilla ajena—No hay nada a que temerle. Yo estoy aquí

—Tengo miedo de que esto sea un sueño—dijo mirando a la bebé que seguía dormida—tengo miedo de despertar—Otabek no dijo nada, simplemente sonrió. Otabek se separó y abrió la puerta

—Esto no es un sueño, es la realidad. Está es nuestra realidad—dijo jalando levemente al ruso.

Yuri entró y se quedó anonadado. Ese cuarto era precioso y glamuroso, pero sin parecer muy afeminado.

La cuna, la hermosa y divina cuna con una enorme corona y velo era el centro de atención en el cuarto de la bebé. La cuna hacía juego con los muebles, hermosos muebles blancos con acabados hermosos de madera. El candelabro en la habitación y las molduras en las paredes hacían que la habitación fuera como un cuarto de una princesa europea. Yuri comenzó a llorar y momentos después Yuliana también. Otabek no dijo nada, simplemente le abrazó para que sintiera que todo esto en verdad era real.

—B-Beka

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—B-Beka... t-todo es hermoso. Me encantó el color, los muebles, todo... —Cuando Yuri se limpió las lágrimas miró que ya estaban todos ahí en la habitación.

—Yura, ahora que ya estamos completos, ahora que nuestra hija por fin está en casa... yo... tengo una pregunta

—B-Beka...—los ojos de Yuri brillaron, su corazón se aceleró al pensar si Beka le preguntaría eso. De repente Otabek puso una rodilla en el suelo

—Yura, te amo, te amo y quiero seguir estando juntos por mucho, mucho, mucho, pero mucho tiempo.—Vicky se acercó y le dio una cajita negra aterciopelada a Otabek. Otabek la tomó en sus manos y miró a Yuri. limpió su garganta para hablar—Yura, dime...—abrió la cajita y un par de anillos de oro blanco con diamantes brillaba dentro—Quieres casarte conmigo y vivir conmigo por el resto de tu vida y la que sigue?—Todo se quedó en silencio, ni siquiera se escuchaba el zumbido de una mosca. Yuri miraba los anillos y miraba a Otabek

Love behind the Mask (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora