XXXIX--Cicatrices

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Otabek condujo a toda velocidad hacía el departamento del rubio. Afortunadamente ya lo había llevado a su departamento una vez que el rubio se mudó. La adrenalina corría por sus venas, Yura seguía sin contestar y un mal presentimiento llegó hacía el kazajo. El kazajo presionaba desesperadamente el botón del elevador, pero este no bajaba aún. Se desesperó y decidió subir por las escaleras. Yura vivía en el cuarto piso así que no tuvo que subir corriendo tantos escalones. Llegó a la puerta del rubio con el aliento entrecortado, sin esperar que su respiración se normalizara comenzó a tocar tanto la puerta como el timbre. Al ver que Yura no habría, decidió abrir la puerta con el código. La última vez que vino, miró cuando el rubio ponía el código, jamás creyó que le fuera hacer de tanta ayuda.

Entró y no miró al rubio por ningún lado. Llamó el nombre del rubio, pero nada, no había contestación. Sabía que estaba en casa porque sus zapatos y celular estaban en la sala. Siguió llamando mientras buscaba en la cocina, cuarto, estudio y nada. Buscó en el baño que estaba entre la sala y la cocina, pero el rubio no estaba. Su nerviosismo se elevó al recordar que no había buscado en un lugar, el baño de la habitación principal. Tragó saliva y comenzó a caminar despacio, con miedo de ver lo que estaría dentro. Se detuvo antes de abrir la puerta, mientras tomaba la perilla llamó otra vez al rubio

—Y-Yura...—su voz temblaba, tenía miedo y no se armaba de valor de abrir la puerta. Se armó de valor y empujó la puerta despacio—Y-Yu...ra—llamó mientras se abría la puerta lentamente. Se abrió la puerta y Otabek quedó con los ojos abiertos de par en par.

Pensó que estaba viendo un fantasma, un rubio desnudo, tanto su piel como su cabello estaba mojado. El rubio estaba de pie a un lado de la tina. Otabek respiró con alivio y corrió hacía el rubio sin decir nada. Se abalanzó hacia el causando que ambos cayeran dentro de la bañera.

—Estas bien, estas bien—repetía el kazajo sin soltar el abrazo. Yuri estaba perplejo en brazos del moreno, confundido por lo que estaba pasando, pero feliz.—Yura, estas bien. Estas bien Yura...—Otabek lo apretaba más fuerte

—O-Otabek?—Otabek no escuchaba a Yuri, seguía repitiendo ¨Estas bien¨—M-Me lastimas... Otabek

—He?—Otabek regresó a sus cabales y soltó al rubio—Yura...Yuri—le tenía agarrado de las muñecas, Otabek veía al rubio a la cara—Estaba muy preocupado, porque no contestaste mis llamadas? Sabes cuantas veces te llamé? Tampoco contestas las llamadas de Viktor—Otabek se percató que estaba apretando con fuerza las muñecas de Yuri al ver la cara de dolor de este—Lo siento yo...—Otabek miró las muñecas de Yuri y su vista subió poco a poco hasta llegar a sus brazos—Y-Yu...ri—Yuri quiso ocultar sus manos, pero Otabek fue más rápido y las volvió a tomar—Yura—dijo con un dolor en su pecho

—Déjame, que haces aquí?—Yuri se soltó del agarre y empujó levemente al kazajo.—Por qué me buscabas?—Miró a Otabek y notó el rubor en el kazajo, momentos después recordó que estaba completamente desnudo—Hay—casi cae a la tina, pero Otabek lo alcanzó a detener—Un calambre, estuve mucho tiempo en el agua fría

Love behind the Mask (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora