Love behind the Mask (Terminado)

IX-Regreso a la Realidad

Ya habían pasado días de su estadía en las Vegas, y Yuuri aún no olvidaba lo vivido, la primera noche de regreso a la realidad fue la más dolorosa. Yuuri solo en su habitación, llorando hasta que el sueño lo venció, pensando y lamentándose sobre enamorarse de Viktor. Yuuri no puede decir que hubiera deseado que nunca pasara, porque... a pesar de que ahora siente mucho dolor, sabe muy bien que si no lo hubiera hecho, aún sería virgen y casto. También lo vivido fue un bello sueño, dónde Viktor fue su edén y ahora es su infierno. Tal vez lo único de lo que Yuuri se lamenta es de haberse enamorado de Viktor. Si tan solo Yuuri tuviera el mismo corazón duro de Viktor, pero no, el azabache se enamoró de Vitya, el Viktor de Las Vegas, el Viktor que lo hizo subir al cielo y ver fuegos artificiales tras cada estocada.

Yuuri también se arrepentía de herir a Otabek, San Otabek. Yuuri aún no podía creer que el Kazajo fuera tan buena persona y tan buen amigo, porque si, ahora Ota era su amigo. Yuuri intentó borrar a Viktor de su cuerpo, intentó que el kazajo borrara los besos y las caricias que el peli plateado dejó en el azabache, pero no pudo. Yuuri no pudo probar más que los castos besos del kazajo porque se acobardó al último momento. La noche que Yuuri durmió con Otabek nada pasó. Yuuri intentó pasar la noche en los brazos del kazajo pero se acobardó con tan solo un beso. Otabek no le forzó, tiernamente le dio un beso en la frente y le dio una sonrisa de "no te preocupes, todo está bien."

Yuuri creyó que después de esa noche Otabek no le dirigiría la palabra, pero se sorprendió cuando el kazajo lo invitó al evento. Yuuri en serio sentía mucho aprecio hacía Otabek, pero cuando este le ofreció que se regresaran juntos, Yuuri se negó. No fue hasta que Yuuri se dio por vencido con Viktor y comprendió que para el ruso, Yuuri solo era una aventura más. Yuuri decidió huir antes de que fuera demasiado tarde, antes de caer aún más bajó por Viktor. Si es que no había tocado fondo aún.



Cuando Pitchit regresó, llenó de interrogaciones al azabache, pero al ver su cara deprimida, se detuvo y dejó el tema. Pitchit dejó que Yuuri pasara una semana en depresión en el departamento, pero después de esa semana, Pitchit lo forzó a ponerse de pie y volver a su vida diaria. Ahora Yuuri tenía que regresar a trabajar y darle la cara a Viktor. Yuuri se había reportado enfermo en el trabajo porque no regresó a trabajar el día estipulado de su regreso. Ahora, una semana después de su fecha de regreso, Yuuri hizo una entrada triunfal en la junta matutina de los lunes.

Esa mañana Yuuri se despertó lleno de nervios, no durmió mucho debido a la ansiedad que le producía al pensar el volver a ver a Viktor. Los nervios eran tan grandes que se equivocó de salida en el freeway, y tuvo que dar una gran vuelta para poder regresar al camino correcto. En fin, el azabache llegó tarde al trabajo.

Cuando entró a su área de trabajo, todos estaban ya atentos escuchando a Viktor en la junta de todos los Lunes. Yuuri entró sin hacer mucho ruido, pero al ver a Viktor, su nerviosismo aumentó y tropezó. Por el ruido Viktor volteó y se quedó impactado al ver al azabache con su nueva imagen en el trabajo. Varias personas voltearon expectantes para ver lo que robó la mirada y la atención del jefe.

El bullicio y chiflidos no se hicieron esperar al ver al nuevo Yuuri en su área laboral.

La cara de Viktor era de asombro, Yuuri se veía tan bien... Tan... lindo... sin lentes, su cabello hacia atrás y aún más corto. Su ropa también era más linda y sexy. Su pantalón, leggins negros que tenían una parte semitransparente a los lados, desde la pantorrilla hasta el tobillo. También usaba una sweat t-shirt blanca que era un poco larga y tapaba la mitad de sus redondos glúteos.



Yuuri escuchaba chiflidos, piropos y halagos por parte de muchos de sus compañeros al entrar, el azabache no estaba acostumbrado a llamar tanto la atención y con un poco de incomodidad y mucha vergüenza, se sentó rápidamente sin decir nada y pretendiendo no notar las miradas de Viktor. Miradas que pararon cuando una mujer hermosa, desconocida para Yuuri, que se encontraba al lado del ruso lo codeo para que Viktor siguiera hablando.