XLV-Paranoia

766 69 14
                                    







—Tu qué crees? No muy bien.—Ya habían caminando lejos del cuarto del rubio, Viktor se detuvo de golpe—Seung, tengo un mal presentimiento. Creo que Yuuri... no sé, tengo miedo que haga una locura.

—Cálmate, necesitas estar ahí para que seas su soporte

Viktor no se alejaba de Yuuri por nada. Yuuri insistentemente le decía que regresara a casa con las niñas, pero Viktor se rehusaba. No quería.

Viktor habló con Yuuri y decidieron que Yuuri regresaría a casa. Ahí arreglaron su habitación con todo lo necesario para seguirle monitoreando. A pesar de que Yuuri apenas si tenía una semana en el hospital, sentía que se volvería loco. Ambos se negaron a la idea de seguir ahí y hacer que las niñas regresen al hospital como lo hicieron cuando Angela estuvo ingresada. No querían volver a vivir ahí nunca más.

Viktor creía que la actitud de Yuuri era mejor de lo que había esperado. El azabache se mostró feliz de regresar a casa, lo cual indicaba que en verdad estaba mejorando con su actitud y no estaba tan depresivo. Viktor creyó que esto era algo bueno aunque ya habían tenido una discusión en el hospital. El cumpleaños número cuatro de las pequeñas sería en una semana y Yuuri quería organizarles una gran fiesta a las pequeñas, pero Viktor se rehusó. Aunque ambos querían festejar a lo grande puesto que era el primer cumpleaños que las pequeñas celebraban juntas, mejor aún los cuatro juntos. Sin embargo Yuuri no estaba en condiciones para estar en la fiesta.

Finalmente Yuuri accedió a no hacer nada para ese día, solamente harían algo simple entre ellos. Después de todo esto era para que el pequeñín naciera con bien. El embarazo de Yuuri era un secreto para las niñas. No querían decirle aún para no emocionarlas. Temían que si perdían el bebé podrían causar un gran impacto negativo en las pequeñas. Después de todo ella siempre quisieron un hermanito e idearon el plan bebé.

Tan pronto bajaron del auto, Viktor subió a Yuuri en la silla de rueda, cuando entraron a la casa, Viktor le cubrió los ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tan pronto bajaron del auto, Viktor subió a Yuuri en la silla de rueda, cuando entraron a la casa, Viktor le cubrió los ojos.

—Viktor, qué haces?

—No te descubras los ojos, espera—Yuuri sentía como Viktor lo llevaba, de pronto se detuvo—Ahora puedes ver

—Ohm... mi cuarto?—Yuuri  estaba frente a su puerta

—Sí, nuestro cuarto... ahora mira bien—Yuuri miró a su alrededor

—Es-pera... que ahí no era una pared?—dijo señalando el pasillo que estaba a la derecha de su habitación.

—Si—sonrió Viktor. Tomó la silla y comenzó a empujarla. Un nuevo pasillo daba de su cuarto y tenía otras dos puertas.—Esto será el cuarto—se acercó al oído de Yuuri—el cuarto del bebé—le susurró—Entremos—Viktor abrió la puerta y una habitación grande con paredes blancas y sin ningún mueble, se encontraba detrás de ella. Yuuri se sintió tan emocionado—Ya cuando el bebé crezca se irá a las habitaciones del otro lado, dónde están las niñas. No queremos que nos escuche por las noches, verdad?—Yuuri golpeó levemente a Viktor

Love behind the Mask (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora