D O S

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Jungkook, estacionó frente al gran Hotel, su hotel, dio las llaves de su auto al caballero que lo esperaba e ingresó.
¡Como le encantaba aquel lugar! Siempre estaba lleno de vida, de una música en particular. Amaba la sensación, pues para poder tomar una habitación, había que cruzar un tipo de bar, donde todos los que atienden ahí, son de diferentes nacionalidades. Solían bailar, reír, beber prudentemente y recibir de la mejor manera a las personas que se hospedaban ahí.

Flashback

En este hotel estaremos tranquilos, a solas...

—¿Por qué me has traído aquí? —preguntó Jungkook mirando a su alrededor, sorprendido.

—Porque necesitábamos privacidad para lo que haremos. —le susurró coqueta, al oído.

—Solar soy menor de edad... —sus manos sudaban en fríono me dejarán pasar.

—Pero yo ya tengo la edad suficiente... —sonrió besando su mejilla derecha —vamos Jeon, no me defraudes ahora.

Jungkook respiró profundamente, viendo como Solar se alejaba para ir a pedir una habitación.
Sus piernas temblaban del susto, y de tan solo pensar en la idea de cumplirle a alguien como Solar, lo ponía aún más nervioso.

—Ya está, tenemos la habitación 53... —Solar lo tomó de la mano y lo arrastró hasta el ascensor.

(...)

Jungkook amaba la vibra y es que por eso aquel hotel era tan recurrido y solicitado. Pues ahí la gente podía salir de la rutina. Todos parecían ser amables y expresivos ahí, con sus grandes ojos, sus pieles bronceadas y sus agradables sonrisas.
Todos se percataron de la presencia del apuesto chico, hasta la música se detuvo, lo miraban, examinaban. Veían todos los días a coreanos y extranjeros, pero este coreano en particular se les hacía precioso.

—¡Jeon Jungkook! —gritó un hombre saliendo del escenario. Primero el chico se había molestado por qué voceó su nombre, pero prontamente vio de quien se trataba.

—¡Bastian! —gritó Jungkook con dificultad, pues el nombre se le hacía raro. Bastian, un chileno genio en finanzas, su nuevo socio y mano derecha.

—¡Hasta que llega el "Jefe" —la palabra Jefe lo dijo en su idioma y Jungkook sonrió, pues sabía que significaba.

Todos miraron aún más sorprendido y comenzaron a sonreír. La música volvió a sonar cuando los dos hombres se abrazaron.

Detrás de las puertas (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora