TREINTA Y NUEVE

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Jungkook sentando en los escalones fríos de su casa, miraba como las señoritas empleadas, cubrían el cálido sol del atardecer al pasar por al lado de él, trasladaban las cosas de Solar.

—Día 27 de 30... —dijo suspirando con pesadez, mientras miraba el anillo entre sus manos.

El mismo había ido a buscarla, habló con el señor Choi, explicándole todo lo que había pasado y sin mayor dificultad convenció a la madre de su hijo de permanecer a su lado.

"Así las cosas deben ser ¿no?" —Pensó guardando en anillo en los bolsillos de su pantalón.

—Señor... la señorita Solar ya está instalada en su habitación. —Camille llegó a su lado. Dándole una triste mirada, pues le había descubierto mirando aquel costoso regalo.

—¿En que habitación se ha quedado? —preguntó sin ganas.

—En una de huéspedes. Cómo usted lo ordenó, la habitación de la señorita Choi está intacta...

—Gracias Camille, ya puedes retirarte. —Pidió colocando uno de sus largos mechones de cabello tras su oreja.

—Señor... —dijo ella sin atreverse a marcharse aún.

—¿Si? —El elevó la vista. Dándole paso a aquellos ojos llenos de dolor.

—Ayer el señor Taehyung, antes de sucediera todo, ya sabe... —Ella vaciló.

—Habla Camille, por favor, habla para que te vayas, quiero estar solo... —su rostro estaba neutro, pues no sabía qué sentir.

—Había dejado un regalo para usted, debajo de su almohada... ¿no lo ha visto? —preguntó la mujer, bajando la mirada.

Jungkook no podía haber visto aquel regalo, pues no durmió en su habitación, ni siquiera había dormido, más bien solo se quedó tirado en la cama que antes ocupaba Vant, aspirando su aroma en las almohadas.

—Gracias por avisarme, ahora vete, por favor... —El chico recargó su cabeza en ambas manos, mirando desde ahí la entrada de su casa. Volvió sus ojos a el reloj que bordeaba su muñeca.

"Siete de la tarde, dos horas más y ella aterrizará en Italia" —Al momento en el que se levantaba, pensó.

Detrás de las puertas (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora