CUARENTA Y TRES

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—Llamaré a Jungkook... —Tae la soltó de sus brazos, dejándola por unos momentos en el suelo, para tomar su celular en sus manos.

—No... —rogó ella, arrastrándose por la madera, hasta llegar a él.

—Guarda ese aparato. —la voz de Ji Yong fue demandante. —Aquí estamos todos jodidos... no llamarás a nadie por qué tendremos que salir de esto solos.

—Tienes razón... —dijo Tae. —No puedo volver con Jimin...

—Ni yo con Jungkook... —negó la chica, con miedo.

—Ni yo con Chanyeol... —suspiró, sentándose cerca de los dos.

—Nos van a buscar... —Tae asustado, volvió a acercar a su amiga hacia si.

—¿Por qué no quieres volver con ese tal Jimin? —la curiosidad de Ji Yong le hizo preguntar.

—Le hice un robo... —respondió, besando la cabeza de Vant —pero ha valido la pena. Además de que una gran promesa por medio de sus palabras me impiden volver...

—¿Y tú muchacha? —los dos estaban mirando a la desorientada chica.

—Ji Yong... ese es tu nombre. —Dijo apartándose de Tae, porque este se comenzó a quitar su sudadera para dársela.

—Me has reconocido eh... —El sonrió, bajando la mirada. Sintió que era malo volver a encontrarse de esa forma.

—Me compró, pagó a mi padre, no sé qué trato abran hecho... y ahora... ahora Jungkook me ha vendido a Chanyeol... me ha vendido como si fuese un helado de chocolate... —soltó para después ponerse la sudadera.

—Con razón no quizo darme su ayuda, jamás lo creí capaz de esto. —Taehyung volvió a tomar entre sus brazos a Vant, con miedo a que la alejasen.

—Chanyeol tiene algunas cosas que pueden acabar conmigo... —Se sinceró también, al ver que ellos lo habían hecho.

—Gracias por ayudarnos...

—De nada... ¿este? —G-dragon se rascó la nuca —¿Cual es tu nombre?

—Kim Taehyung... diría que es un gusto, pero en estas condiciones...

—Si, te entiendo...

—Si...

—Deben irse... —Ji Yong se levantó, con tristeza pero con el pecho lleno de orgullo por hacer algo bueno.

Detrás de las puertas (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora