D O C E

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Narra Jungkook

Yeonjun y yo estábamos en la sala de espera. Le dije al estupido viejo que yo me quedaría a cuidarla, pues él quería volver a casa, con su hija favorita. Yeonjun quiso quedarse, claro que no se lo impedí. El doctor nos dijo que estaba grave, con desnutrición y deshidratada.

—Son las una de la mañana, deberíamos dormir. —me dijo Yeonjun, su voz aún sonaba débil.

—Duerme. —Le dije, no tenía intenciones ni ganas de dormirme.

Tenía que saber primero que ella estaría bien, antes de poder siquiera moverme de aquel lugar.

El señor Choi antes de irse, me preguntó cómo es que me encariñe tanto con ella... ¡eres tonto viejo! Ella me conoce desde mis doce años, ella hace que no esté triste, ella canta para mi en las mañanas, escucha mis tontas historias, se preocupa de que coma, ella es la única chica que tengo por verdadera amiga y también la única que sabe que tan sumido estoy en la oscuridad de mi tristeza.

"¿Cómo no tomarle cariño a alguien tan inocente?"

Miré a mi lado, ahí estaba el pequeño Yeonjun durmiendo, tú también sufres, chico tonto.
Me levante de mi asiento y caminé de un lado a otro, Definitivamente no podía dormir de los nervios.
¡Cinco de la mañana! Señorita Choi, espero que te quedes aquí. 

(...)


Eran exactamente las siete de la mañana cuando el doctor se acercó a mi.

—No durmió, señor Jeon. —dijo triste.

—No puedo Jin, dime primero cómo está. —Me acerqué a él, mis manos sudaban en frío.

—Estable, Jungkook, está estable y ya puedes pasar a verla. —Abracé a mi amigo. —Ve a la habitación, las enfermeras te darán las indicaciones.

—Gracias...

—De nada, nos vemos luego, Kook. —Dijo para dejarme solo con Yeonjun.

—¡Niño despierta! —Grité y este saltó en el sillón.

—¿Que pasó? —Me preguntó asustado.

—Debes ir a ver a tú hermana, está estable, no sé si despierta,  pero estable. —Suspiré.

Estoy seguro de que Yeonjun no lo pensó ni siquiera una vez y ya estaba de pie caminado a la habitación donde estaba su hermana. Yo me quede ahí mismo, esperando. Me senté en uno de los sillones y cerré por unos momentos mis ojos. Haber bebido y luego trasnochado una noche completa, no me estaba haciendo nada bien.

Detrás de las puertas (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora