VIII

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***
Días después de que Katsuki le marcase, Shoto intentó acercarse a él pero el alfa no se lo permitía. De hecho ni le miraba. La frialdad y la indiferencia de su esposo le inquietaban.

"¿Por qué Katsuki no me quiere cerca? .Quiero su atención y que esté a mi lado."—Pensaba angustiado.

Shoto ahora sentía por primera vez una sensación de dependencia que nunca antes había experimentado pero era algo normal. Las sensaciones del omega las vivían todos los de su casta cuando estaban recién marcados aunque también podía suceder cuando se quedaban embarazados pero aun así a él le preocupaba que no se le pasase nunca.

El bicolor se removía nervioso en su futón, él ansiaba tener la presencia de su esposo a su lado. No la soledad que éste le había dejado.

"Tengo que buscar a Katsuki, le necesito."

Se levantó del futón y salió del dormitorio para buscarle.

***

Shoto caminaba por el largo pasillo con la esperanza de hallar a su esposo.

—¡Shoto-sama!—Le llamaba una voz.

El omega se giró y pudo comprobar que se trataba de una de las criadas.

—¿Qué hace por aquí? . No debe andar por aquí, está en una condición delicada.—Le regañó la joven criada.

—¿Condición delicada?

—Después de haber consumado el matrimonio y ser marcado, los omegas han de guardar reposo. Pero no se preocupe, le llevaré de vuelta a su dormitorio, Shoto-sama.

La beta intentó llevarse consigo al omega pero éste se resistió y la apartó de un manotazo.

—No, no quiero estar encerrado en el dormitorio. Quiero ver a Katsuki.

—En estos momentos Katsuki-sama se encuentra en una importante reunión en la que no están permitidos los omegas, así que le aconsejo que le espere en su dormitorio. Avisaré a su esposo para que vaya con usted en cuanto termine.

—Pero yo...

—Shoto-sama, aguante. Él no tardará mucho en ir con usted.

—Le esperaré pero no quiero ir al dormitorio aún. Deseo ir al jardín, estoy hastiado de estar encamado.

La muchacha sintió pena por Shoto y accedió a llevarlo al jardín.

***
Mientras Bakugou estaba reunido junto con los líderes de las Dinastías Yaoyorozu, Iida y Kirishima.

Aunque estas dinastías no eran las más poderosas ni las más relevantes era importante tener aliados para una posible guerra.

—Bakugou-sama, ¿ha oído sobre los últimos rumores sobre la Dinastía Shinsou?—Le preguntó el líder de los Iida.

—Sí, he oído que esos bastardos han estado fortaleciendo a su ejército reclutando a gente joven.—Respondió Katsuki.

—Entonces supongo que lo puedo preguntar...¿Cree que la Dinastía Shinsou pueda estar planeando una guerra?

—Sí, es muy posible.

—¿Y qué piensa hacer al respecto?—Preguntó el emperador de los Yaoyorozu.

—Vigilaré a los Shinsou y a su ejército, también estaré entrenando a mi ejército y a mí mismo. Nunca se sabe cuando podrían atacar.

—Entiendo. Pero no se preocupe, pase lo que pase, la Dinastía Yaoyorozu se mantendrá fiel a su dinastía y ofrecerá tanta ayuda como usted demandé, Bakugou-sama.

—Cuente también con la Dinastía Kirishima.

—Y con Los Iida.

—Os lo agradezco, lo tendré en cuenta.

Bakugou se levantó de su cojín y salió de la sala dando la reunión por finalizada.

"Necesito aire fresco, saldré a caminar por el jardín un rato y luego iré a ver a Shoto."

***

Cuando al fin salió al jardín, Katsuki comenzó a caminar por éste.

Enseguida detectó cierto olor dulce que se le hacía conocido.

"Este olor...¿Acaso es Shoto?"

El rubio cenizo avanzó dando grandes y apresuradas zancadas guiándose por el olor a feromonas de omega.

Minutos después, le encontró.

—Shoto, ¿qué haces aquí? ¿Quién te ha dejado salir del dormitorio?

—Katsuki, yo quería verte pero como estabas ocupado decidí caminar un rato.

—Vale pero, responde. ¿Quién te ha traído hasta aquí?

—Nadie, yo he venido por mi propia voluntad.

—No es cierto, yo le he acompañado. Lo lamento, Katsuki-sama. Pensé que a su esposo le vendría bien salir al exterior.—Se disculpó la criada.

—Así que has sido tú...Entra, más tarde recibirás tu reprimenda. Ahora que nadie me moleste porque voy a estar con mi esposo en nuestro cuarto.

—Como ordene, Katsuki-sama.

La joven hizo una reverencia y pasó por al lado del ahora emperador de su reino sin mirarle a la cara.

Shoto miraba a la chica y sintió culpabilidad y compasión por ella.

—Katsuki, sólo no seas muy severo con ella. Yo tengo la culpa al fin y al cabo.

—Ella ha desobedecido una orden mía, seré tan duro como quiera. Además, tú a mí no me tienes que instruir en nada. Tú no sabes lo que es mandar, sólo eres un omega.

El omega permaneció callado, el tono frío y cruel de su esposo le intimidaba.

—Ahora ven conmigo, debemos seguir manteniendo relaciones hasta que te quedes en estado.

—Sí, cariño.

Bakugou le ofreció su brazo a su omega que se agarrase a él y éste aceptó sin más pues sabía que era inútil pelear. Bien lo sabía él.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

El Deber de los Herederos.(BakuTodo)[Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora