XXIX.

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***

Cuando Shinsou por fin había terminado con el mapa, lo guardó en el doble fondo de uno de los cajones de un pequeño mueble. Él sabía que nadie miraría ahí.

"Sin lugar a dudas saldré victorioso de esta guerra. Pronto Shoto será sólo mío y nadie podrá impedírmelo."—Pensó determinado mientras se encaminaba a la puerta para dirigirse a la zona de entrenamiento.

Sería un día cansado para él, en especial porque Izuku Midoriya llegaría tan sólo unas horas después.

—¡Shinsou-sama!

El alfa volteó su rostro y se topó con Kendou, una de sus soldados más fuertes.

—¿Sucede algo, Kendou?

—Acaba de llegar este pergamino para usted.—Le dijo entregándoselo.

—Gracias, puedes retirarte.

La chica hizo una reverencia y se fue.

Shinsou, desconcertado, desenrolló el pergamino.

"Mierda. La que faltaba..."—Pensó con fastidió nada más ver el nombre de la destinataria.

***

A varios kilómetros de donde se situaba el reino de Hitoshi Shinsou, el ejército de Bakugou marchaba en sus caballos dirigiéndose al territorio. Aún restaban dos días para arribar al palacio, Katsuki quería hacer el menor número de paradas posibles mas algunos soldados de confianza, entre ellos Kirishima, le advertían de que los caballos y los soldados debían hacer un descanso de tanto en tanto.

En aquellos momentos estaban haciendo un descanso pues tenían sed y los caballos debían descansar.

—Bakugou, debes tranquilizarte un poco. Estando cansado no lograrás ser preciso en batalla.—Le aconsejó Eijirou, quien se encontraba a su lado.

—Ya lo sé, pelos de mierda. Lo que pasa es que no es tan sencillo cuando otro alfa amenaza tu territorio y desea a tu esposo, ¿sabes lo que se siente?—Le preguntó antes de tomar agua del riachuelo cristalino que tenía justo al lado de ellos.

Kirishima se quedó callado. Sabía que Bakugou tenía parte de razón, que tenía motivos para sentirse ansioso y angustiado.

—Es cierto que yo nunca he pasado por una situación de ese calibre y seguramente me sentiría como tú pero debes admitir que tengo parte de razón, de nada te servirá sobreesforzarte.

—Está bien, estoy de acuerdo. Ya estamos descansando, ¡¿qué más puedo hacer?! ¡Es imposible que me relaje!

Todos los allí presentes percibieron el estado de ansiedad en el que Katsuki se encontraba, estaban preocupados por su emperador. Eijirou decidió acercarse a él para abrazarle.

—Bakugou, sé que es difícil para ti pero debes calmarte. ¿Por qué no te duermes un rato? Total, no nos iremos hasta por lo menos una hora o dos. Yo estaré a tu lado, si quieres.

El emperador reflexionó durante unos segundos hasta que accedió a la petición de su amigo.

—De acuerdo, dormiré un rato.

Katsuki se tumbó en el suave césped y se quedó dormido. Kirishima cumplió su promesa y permaneció junto a él.

Por otra parte, los soldados, viendo que la situación se hallaba bajo control, sintieron alivio y dejaron de prestarles atención. Excepto Shoto, quien aún se hallaba preocupado por su marido y celoso por no ser él quien estuviese a su lado.

"Ojalá pudiera estar con Katsuki...Añoro tumbarme a su lado y acariciar su cabello mientras duerme plácidamente. Cómo desearía estar en el lugar de Kirishima." —Pensó desolado observando a su esposo.

—Honora.—Le llamó Kaminari.

El omega no le contestó.

—¡Honora!

En ese momento, el mencionado reaccionó.

—Perdona, Kaminari. ¿Quieres algo?

—Quería preguntarte si querías venir conmigo y los demás para hablar entre nosotros, ya sabes para distraernos un poco del tema de la guerra. ¿Vienes?

—Sí, vale.

Miró por última vez a su alfa y se fue con Kaminari.

—Por cierto, Honora. ¿Por qué mirabas tanto al emperador? ¿Acaso te gusta?

Shoto se sonrojó.

—N-no, claro que no. Es sólo que me recuerda a mi alfa.

—¿En serio? Vaya, debe ser muy guapo. Qué suerte tienes.

—Sí, tengo suerte...

Después de dar unos pasos, Kaminari lo llevó junto a Sero, Shoji, Ibara y Yaoyorozu, quienes charlaban animadamente.

—¡Hey! ¡Hola! ¿Nos podemos unir?—Preguntó Kaminari al llegar junto a Shoto.

—Claro, podéis sentaros.—Dijo Sero amablemente.

Entonces comenzaron una conversación informal entre ellos.

***

En la casa de Hawks, la reunión había llegado a su fin y todos estaban por retirarse. Enji se disponía a salir de la sala mas fue llamado por el anfitrión. 

—¡Espera, Enji-san!

Enji paró en seco y de dio media vuelta para mirar al beta.

—¿Quieres algo, Hawks?

—Sí, yo quería que...Pasásemos un rato a solas, como aquella vez...—Le dijo con tono insinuante.

"Sabía que esto sucedería..."

—No puedo, tengo esposa. ¿No lo recuerdas?

—Sí pero...En esa ocasión no te importó mucho, Enji-san.

Hawks estaba en lo cierto, cuando hace unos meses tuvo un affaire  con él ni siquiera había pensado en las consecuencias que podrían acarrearle, simplemente se dejó llevar por un joven muchacho que aprovechó su locuacidad y desparpajo para seducirle.

—Eso ya carece de importancia, fue un error y no se volverá a repetir, ¿comprendes?

—Pero yo...No pude olvidarte, me gustas.

Enji se sorprendió al escuchar la declaración de amor.

—No te preocupes, ya lo harás.—Respondió con tono frío y cortante.

Hawks se quedó helado por la contestación del mayor, sintiéndose dolido viendo cómo éste se alejaba de él sin mediar palabra.

"Enji-san, ¿por qué tienes que ser tan cruel conmigo?"—Pensó mientras sus ojos comenzaban a ponerse llorosos.

Su corazón había sido roto de nuevo por aquel atractivo e imponente alfa.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!






El Deber de los Herederos.(BakuTodo)[Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora