XXIII.

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***

El criado de Enji Todoroki volvió para avisar al omega de que podía entrar.

—Midoriya-sama, el emperador Enji-sama, le espera en el comedor. Acompáñeme. 

—Gracias, con permiso.—Contestó haciendo una reverencia.

El adulto lo observó con desconfianza pues lo cierto era que la Dinastía Todoroki no se fiaba mucho de la Dinastía Midoriya. Tenían una enemistad bastante disimulada ya que nadie parecía notarlo.

Ambos se dirigieron hacia el comedor principal, Izuku fue recibido por Enji con una mezcla de cordialidad y sorpresa.

—Buenos días, Todoroki-sama. Le agradezco que haya accedido a recibirme.—Dijo el omega inclinándose ante el alfa.

—No es nada. Toma asiento, por favor.—Le contestó.

Izuku se situó en un cojín que estaba frente a Enji, para así poder mirarlo cara a cara.

—Le voy a ser sincero, Midoriya-sama. Me sorprende mucho que haya venido a hablar conmigo.

—Lo comprendo perfectamente, tiene todo el derecho a desconfiar de mí pero no vengo a hacerle daño ni a amenazarle. Simplemente me gustaría hacerle una propuesta.

Enji se sentía intrigado, ¿qué podría ofrecerle aquel mocoso endeble? 

—Prosigue.

—Primeramente quisiera hacerle una pregunta: ¿Sabe usted que La Dinastía Shinsou le declaró la guerra a La Dinastía Bakugou?

—Claro que lo sé, esa clase de noticias se esparcen como la pólvora.

—Me lo figuraba. Bueno, seré directo: ¿Estaría dispuesto a brindarle apoyo a Shinsou-sama?

—¡¿Qué?! ¡No, jamás! Hice un trato con Los Bakugou al casar a Shoto con su hijo y obviamente no iré en contra de mi familia política. Es cuestión de honor.

El omega se asustó y se sintió intimidado por el tono de voz del alfa mas sabía que debía sobreponerse a ello.

"No puedo acobardarme ahora, debo mantener la calma."

—T-Todoroki-sama, tra-tranquilícese, por favor. Déjeme acabar.

El pelirrojo trató de calmarse y recomponer la compostura.

—Está bien, continúa.

—Con apoyo, no me refiero a que usted le brinde soldados a Shinsou-sama, sino a que le dé apoyo político, que reclute aliados que lo apoyen en su causa.

—¿Y qué gano yo con eso?

—La garantía de que, si su yerno pierde esta guerra, a su hijo no le sucederá nada.

El alfa no estaba muy convencido, sabía muy bien que esa clase de promesas eran papel mojado en tiempos de guerra.

—No me convence, ese tipo de promesas no sirven de nada y menos si no lo hace el mismo Shinsou.

Midoriya estaba comenzando a sentirse frustrado, al parecer el padre de Shoto era más desconfiado de lo que pensaba.

"Vaya...Parece que Todoroki-sama es un hueso duro de roer...Supongo que tendré que recurrir a mis últimas cartas."

—Si accede, no solamente su hijo estará protegido, sino que obtendrá usted un mayor prestigio, poder y riquezas. Niéguese y, si Kacchan fracasa, su hijo será el primero en ser decapitado.

 —¿Y si Shinsou pierde?

"Eso es imposible."—Pensó Izuku.

—Su hijo continuará a salvo, dudo mucho que Kacchan le vaya a hacer algo. Si lo que le preocupa es su honorabilidad y prestigio, no tiene de qué preocuparse, su apoyo será conocido únicamente por Shinsou y por mí. El resto depende de lo discreto que usted sea. Ahora, ¿qué decide?

El pelirrojo se quedó pensativo, la decisión era complicada.

—Déjeme meditarlo durante unos días.

—No hay tiempo, Todoroki-sama. Debe darme una respuesta ya, la guerra está a punto de comenzar.

El adulto lo miró fijamente durante unos segundos antes de contestar.

"Este omega debilucho realmente tiene agallas para hablarme así..."

—Está bien, apoyaré a Shinsou-sama.

Izuku sonrió.

—Gracias, Todoroki-sama. Sabía que usted era alguien razonable.

Entones el omega extendió su mano para que Enji la estrechase como una forma de acuerdo entre ambos.

Izuku salió del palacio muy contento, pensando en lo orgulloso que se sentiría Shinsou de él cuando se enterase de su hazaña.

"Seguro que así, las ganas de Shinsou-kun de marcarme, aumentarán."—Pensó el omega con una feliz sonrisa en su rostro.

***

Once días pasaron, había llegado el momento de avisar a los soldados de que, en tres días partían hacia la guerra. Todos fueron reunidos en una misma zona, varios de los líderes de diferentes dinastías se encontraban allí junto a Bakugou. El alfa había decidido en el último momento ser el que anunciase aquella noticia.

—Escuchadme todos bien, malditos extras porque no lo voy a repetir una vez más: En tres días marcharemos a la guerra. Así que aprovechad estos días para descansar y despediros de vuestros seres queridos porque, alguno de vosotros, no volverá.

En ese momento todos los soldados se tensaron pues, a pesar de que eran conscientes de que en la guerra había muertes, no podían evitar sentir miedo pues eran jóvenes y todos tenía proyectos de futuro. Ninguno quería morir.

Shoto, estaba muy preocupado, tenía mucho miedo. ¿Y si moría en batalla su esposo? ¿O él? ¿Qué sería de él si Katsuki pereciera? No quería ni pensarlo.

"He de aprovechar estos días con Katsuki, quiero estar con él el máximo tiempo posible."

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

El Deber de los Herederos.(BakuTodo)[Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora