XXXI.

3.1K 321 77
                                    


***

Los soldados avanzaban junto con su emperador en completo silencio para no perturbar la concentración del grupo pues era esencial que todos estuvieran en sus cinco sentidos y más cuando muchos de ellos notaban que personas ajenas les acechaban.

"¿Serán ladrones? ¿Mercenarios? ¿Sicarios?"—Pensó Shoto inquieto.—"En cualquier caso, es una estupidez y una temeridad que unos pocos individuos se atrevan a desafiar a un ejército y a su emperador, al no ser que ellos también sean soldados experimentados y haya otros más ocultos más adelante..."

Pero aquello tampoco tenía sentido, aún no estaban demasiado cerca del Territorio de Shinsou y, además, era imposible que se hubiera enterado de que ellos iban a ir ya. Al no ser que alguien se hubiese ido de la lengua, claro.

"En cualquier caso espero que todos estén preparados, no podemos fallar ahora."—Pensó el omega.

Continuaron su camino y las presencias desconocidas se hacían cada vez más evidentes. Entonces todos empuñaron sus armas, preparándose para atacar.

Y el momento llegó.

—Vaya, vaya, ¿qué hacen aquí unos forasteros tan lejos de su reino?—Habló una voz desconocida.

—¡¿Quién eres?! ¡Muéstrate!—Gritó Bakugou.

Comenzaron a aparecer varias personas, uno de ellos tenía el cabello blanco y una siniestra mano que ocultaba su rostro, junto a él aparecieron una chica rubia, un muchacho de pelo azabache, otro que llevaba puesto un traje que ocultaba todo su cuerpo y apenas se podían apreciar sus ojos, un chico de cabello rubio y ojos azules y; finalmente, otra chica de pelo azul celeste.

"Valientes imbéciles."—Pensó Katsuki mientras los observaba.—¿Qué demonios queréis?

—Soy Tomura Shigaraki y ellos son mis subordinados, juntos formamos La Liga de los Mercenarios; somos los más sanguinarios y crueles de todo el país. Así que, os aconsejo que colaboréis y nos den toda la fortuna que posean, al no ser que prefierieran ser asesinados en cuestión de segundos.

Katsuki no hizo otra cosa que carcajear.

—¡Ja! ¡No me hagas reír!

Su contestación enfureció a Shigaraki.

—¿Nos estás subestimando?

—No, pero es obvio que seis personas no derrotarán a un ejército completo. ¡Atacad!

Los miembros de La Liga de los mercenarios no se sintieron intimidados cuando varios de los soldados fueron a por ellos. Los subordinados de Bakugou, junto con él, los atacaron sin titubear.

Toga, la chica rubia del grupo, sonrío de una manera siniestra.

—JA, JA, JA, ¡Vamos! ¡Dadme vuestra sangre~!—Exclamó cuando vio a un par de soldados que se dirigían hacia ella.

Ellos quedaron confundidos, ¿a qué se refería aquella extraña chica?

Toga desenvainó su empuñadura y atacó a los soldados.

—¡SANGRE! ¡SANGRE!—Gritaba mientras les provocaba heridas los apuñalaba.

—¡Shiro!—Gritó Shouji cuando vio a su compañero malherido y tirado en el suelo, éste estaba siendo atacado por la sádica chica.

—¡Sí! ¡Sangre! ¡Mucha! Ja, ja, ja. Qué pena, vas a morir.

Shouji no se quedó quieto y atacó a Toga.

—¡Agh!—Se quejó cuando notó una espada atravesando su hombro derecho. 

Ella se giró para verle la cara al causante.

El Deber de los Herederos.(BakuTodo)[Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora