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El Señor Stark decidió ir al restaurante en el cual -según sus propias palabras- celebraba todas las ocasiones importantes. El lugar parecía exclusivo e importante, parecía tener una etiqueta clara y por sus ventanas era imposible observar el interior de él. Se estacionó frente a la alfombra roja que cubría la entrada del lugar, y salió del vehículo, Peter desabrochó su cinturón, sin embargo no pudo abrir la puerta, el señor Stark rodeó el automóvil y la abrió por él, le ayudó a salir y lo guió hasta la entrada.

—¡Tony!— saludó un hombre corpulento con acento italiano—. Joe te ha estado buscando.

—Que coincidencia, yo lo he estado evitando— respondió Tony entregándole las llaves de su auto, el corpulento señor rio con alegría.

—Le diré que viniste, seguro se alegra de tenerte por aquí de nuevo.

—Vamos, hoy no, vengo con alguien— Tomo a Peter de los hombros y lo colocó frente a él a modo de presentación, sin embargo el menor solo alcanzó a sonreír antes de ser apartado por Tony y colocado a su lado de manera protectora.

—Entonces no te entretengo más, Monic te llevará a tu lugar Tony, me alegro que regresen buenos tiempos, te extrañamos en casa.

Tony rio entre dientes, como si esto fuera parte de una broma entre ellos que Peter no alcanzaba a comprender.

La tal "Monic" resultó ser una chica pelirroja de largas piernas, resaltadas por un vestido negro demasiado corto y pegado a su cuerpo, que los guió por un elevador hasta una mesa cercana al balcón.

Peter se sentía fuera del lugar, parecía el hijo adolescente, el chico que come en Bruger King. Cuando la señorita PiernasLargas se retiró con un "En un instante te traigo la carta Tony" Peter tomó la silla y se dispuso a sentarse, sin embargo el señor Stark acercó primero la silla a la mesa para ayudarlo. "Genial" pensó el menor, "ahora creerá que soy un maleducado". La verdad es que le punzaba el estómago pensar que aquella chica conocía al mayor a un nivel personal, el suficiente para llamarlo "Tony" la envidia le corroía. El señor Stark se sentó frente a Peter y le sonrió.

—Me encargué de que todo este piso estuviera reservado solo para nosotros —anunció como si se tratase de un secreto—. Así podrás comer sin preocuparte y pensar en etiquetas

—No... No sé qué decirle señor Stark, muchas gracias— se conmovió por la acción, nadie nunca había tenido un detalle tan atento y caro con él.

El señor Stark rio y cuando estaba a punto de formular una frase fue interrumpido por "Monic PiernasLargas"

—Tony, te traje una cartilla por simple protocolo, pero ¿Quieres lo de siempre? Me lo sé de memoria— Monic rio coqueta mientras tomaba del hombro a Tony "¿Por qué me están ignorando?" preguntó internamente Peter

—Sí, para mí lo de siempre, y para el chico una pieza de pollo, puré de papa con aderezo y ensalada, y para tomar una limonada rosa.

—Claro Tony.

Para cuándo la chica se había ido, la cara de Peter estaba roja producto de la furia contenida.

—¿Qué... Qué fue eso?— Tartamudeaba al hablar - quizás el efecto Stark en su sistema- sin embargo no podía callar su furia repentina.

—¿A qué te refieres?— preguntó Tony inclinándose sobre la mesa con curiosidad observándolo de aquella manera tan singular; como si estuviera analizando cada una de sus células.

—Yo...— no se podía acobardar ahora ¿Podía?— Has ordenado sin preguntarme... Quizás... Quizás soy alérgico al pollo.

—No eres alérgico al pollo.

—Eso no lo puedes saber.

—Sí, si puedo, leí tu historial clínico, alergias, operaciones, todo lo sé— le dejó sin habla ¿Eso no era un poco muy acosador?

—Bu... Bueno, quizás no quería pollo, o puré... El punto es...

—Entiendo— dijo Tony con una sonrisa de satisfacción, notó que nunca lo había visto sonreír, no así, no con esa fascinación —Lo lamento, es la costumbre... Para que estés bien dejaré que pidas mi postre, y si quieres cambiar tu platillo— le pasó el menú— aquí está la carta, te aseguro que todo es delicioso.

—Gra... Gracias señor Stark— ahora el castaño se encontraba apenado, se había enojado porque Tony había pedido su cena sin siquiera preguntarle, pero sobre todo por haberlo ignorado olímpicamente frente a PiernasLargas, sin embargo ahora se sentía torpe y tonto, como un niño que acababa de hacer una rabieta.

Observó la carta, todo parecía estar escrito en un idioma que no conocía, los nombres de los platillos eran imposibles de nombrar.

—Señor Stark— toda su autoestima y orgullo propio estaba a punto de desbordarse — Yo...

El sonido del ascensor anunció que alguien había subido al piso ¿Monic Piernaslargas?

—Ven aquí Parker— palmeó sus piernas con firmeza.

—¿Cómo?— ¿Quería que se sentara en su regazo?

—Ahora— ordenó, su semblante había cambiado, ¿furia? Sus ojos mostraban muchos sentimientos, y ninguno de ellos era positivo.


Azúcar En El Infierno (STARKER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora