Azúcar En El Infierno (STARKER)

14.-

—Todos hablan de "Poder"— sonrió Anthony retador— aunque este es diferente para todos, el poder de algunos recide en el dinero, quizás en la fama... El de otros más en el miedo. Y dicen que para vencer el miedo tienes que verlo de frente, ¿Pero cómo ver algo de frente cuando es desconocido para todos?... Bueno, todo Nueva York tiene un miedo en común y yo les diré quién es —la imagen de Anthony que se proyectaba en todas las pantallas de televisión y espectaculares se cortó y dió paso a una fotografía de Jake— El hombre que ven en sus pantallas es Jake Gyllenhaal, robó la mitad de mi empresa, él ha estado ordenando los secuestros, violaciones y asesinatos en masa que se han dado los últimos meses en toda la ciudad. Todo mi equipo está buscándolo en los subterráneos, saldrá a las calles, por favor cierre su negocio, no salga de su casa... Va a haber fuego en las calles, y yo lo voy a hacer arder

La transmisión se cortó, Nueva York que ya había pasado todo un año lleno de inseguridad, totalmente estresados por el peligro que su vida corría en actividades cotidianas como salir, hizo caso de las palabras del único hombre que había hecho un manifiesto en contra del causante de todas las desgracias. Los negocios se cerraron casi en el acto, las escuelas cerraron sus puertas para salvaguardar a sus alumnos, y las líneas telefónicas comenzaron a saturarse. Se sentía la guerra en el aire.

...

—... Entonces Peter estuvo recolectando partes eléctricas de la basura del laboratorio de electricidad de su escuela durante meses, y su madre no entendía porqué en su habitación parecía que había un robot destrozado. Sin embargo, en navidad, cuando llegué a su casa por festividad, él me dió el regalo que había deseado durante muchos años... Mi primera máquina de coser... La había hecho con sus propias manos ¡Y funcionaba!. Es un chico maravilloso, él sabe que tiene un talento, y su única motivación es mejorar la vida de las personas.

—Lo suponía— aceptó Norman— un inventor reconoce a otro en cuanto lo ve, y me parece admirable. Además que ha elevado las autoexigencias escolares de Harry.

—Papá, que estoy a tu lado y te escucho hablando de mi— murmuró Harry divertido —May, no creas todo lo que dice, él no es tan inteligente como presume. Que la compañía Osborn se especialice en genética y medicina no hace de él un genio. Se lo debe todo a sus científicos y químicos.

—¿Genética?— cuestionó la fémina

—Sí, hacemos medicamentos para revertir algunas condiciones genéticas— Afirmó Norman con una gran sonrisa— además tenemos ciertos medicamentos conocidos patentados a nuestro nombre. El área de la salud es nuestra especialidad.

—Increíble— admiró May —Toda su familia debe estar orgullosa de sus logros.

—Mí familia se resume en mi padre y yo— añadió Harry sin pena —mi madre murió cuando yo tenía trece años y nunca hemos sido estrechamente amados por su familia, y mi padre es huérfano. Así que por eso mi padre cocinó mucha comida, no sabe medir porciones que superen las dos personas.

—Nos va bien la soledad- admitió el señor Osborn — sin embargo a este lugar le falta el lado femenino, de no ser por el personal del aseo, este lugar parecería un estadio de fútbol americano— Añadió divertido— ¿Y su familia May?

La mujer le dedicó una sonrisa tímida, y giró hacia Peter para pedirle permiso te contarlo, Peter sonrió y comenzó

—No tengo recuerdos de mi padre— comentó con una sonrisa nostalgica— él murió cuando yo era muy joven, sin embargo mi mamá... De ella sí que tengo recuerdos— sus sonrisa brilló al recordar a la primera mujer de sus ojos— luchó toda su vida por su familia, y dijo que me parezco mucho a papá... Ella murió hace dos años de cáncer, aunque May estuvo cuidando de nosotros desde hacía cinco años... De ahí en fuera no hay más familia

—Ahora Peter es mi familia— aclaró May— es como mi hijo, y no hay nada que no hiciera por él

—Es un chico afortunado de tenerla— afirmó el padre de Harry al momento que su teléfono comenzó a sonar.— discúlpenme unos minitos— se excusó levantándose mientras se dirigía a su despacho para contestar la llamada— ¿Jake? ¿Qué sucede?

—¿El chico está con ustedes?— desesperado, agitado, parecía estar corriendo

—Sí— susurró Norman— aún está en la cena, pero se irán pronto.

—¡No!—  gritó encolerizado—  mantenlo ahí, no dejes que salga. Stark es un hijo de perra, hizo un comunicado por televisión, me está pisando los talones, voy a salir de Nueva York e iré a Queens, mantén al idiota de Parker en tu casa, lo mataré ahí yo mismo— culminó terminando la llamada.

Norman salió de su despacho y le hizo una seña a su jefe de seguridad para que hiciera lo que tenían planeado.

—Señorita May— comenzó — lamento ser el portador de malas noticias— inquirió como disculpa — llamó uno de mis socios en Oscorp que recide en Nueva York, al parecer se ha desatado una trifulca entre algunas mafias y todo indica que se dirigen a Queens

Harry se levantó de su asiento de manera repentina y corrió hacia la sala para prender el televisor en busca de las noticias.

—Yo... Yo vivo a las entradas de Queens... Pueden... Ellos pueden llegar fácilmente a mi barrio— la voz y el rostro de la fémina mostraban lo preocupada que se sentía. Sin embargo Peter estaba pálido como el papel.

El televisor comenzó a mostrar imágenes de tiroteos en las calles, el edificio Stark en llamas y gritos desesperados por todas partes, los muros se mostraban como débiles barreras entre los inocentes y las balas.

—Pueden dormir aquí esta noche si lo desean— ofreció Osborn— mis guardias custodian la casa, y no tienen motivos para llegar hasta aquí. Estarán a salvo.

...

En Nueva York Kendall se mantenía en el piso del salón escolar; Había estado haciendo prácticas mientras estudiaba pedagogía, y ese día le tocaba cuidar a los más pequeños del preescolar.

—Recuerden mis niños— habló en calma con un tono de voz dulce— estamos en el piso porque somos tortuguitas, las tortugitas tienen un caparazón fuerte fuerte, y así no nos pueden dañar.— el retumbar de las balas no dejaba de sonar

—¿Las balas no duelen en el cara.. Carapazón?— preguntó un pequeño niño de cabello alborotado abrazando a su hermana

Un gran estallido se escuchó en las afueras del salón, algo había explotado y algunos comenzaron a llorar.

—Nada daña a las tortuguitas, pero tienen que tener su cabecita pegada al piso, no se levanten, no les va a pasar nada, las tortugas son fuertes.

Los disparos se detuvieron, un silencio ensordecedor los inundó... Kendall sólo pudo escuchar su propio latido. De repente la puerta del aula se abrió con brusquedad.

—Es ella, llevensela— Ordenó un hombre con la cara cubierta en una máscara.

Lo siguiente que escuchó Kendall fueron sus propios gritos.