Azúcar En El Infierno (STARKER)

12.-

Peter despertó en la habitación del hotel en el que se hospedaba Tony. La noche había sido pesada, pero saber qué clase de hombre tenía a su lado le daba paz. Porque ignorar al monstruo que colgaba de sus hombros no hacía que este dejara de existir. Y al menos, ahora, ya sabía su verdad.

—¿Te vas a ir?— preguntó el menor al ver a Stark empacando su ropa en maletas. Su traje parecía impoluto y su rostro lucia fresco y orgulloso, como si la noche anterior no hubiera sido su punto de quiebre, como si no hubieran abrazado los pedazos rotos del otro hasta caer dormidos.

—Sí, a Nueva York, voy a lanzar un comunicado— sujetó su costosa corbata negra a su cuello— creo que Jake ya ha tomado suficiente ventaja, iré a proclamar mi ciudad. No más jueguitos, es hora de que Jake caiga.— explicó con una extraña obscuridad inmersa en sus tono y en sus ojos.

—¿Me vas a dejar? — un hueco se alojó en su pecho

—Regresaré en la mañana, Alexandria es mi mano derecha, ella sigue en Nueva York, y la voy a necesitar... ¿Si te pongo guardias de seguridad crees poder explicarselo a tu tía May?

—No, Tony, sin guardias, por favor. Estaré la mañana en la universidad, y en la tarde iré a cenar con la familia de un amigo, él tiene muchísimos guardias, te aseguro que no estoy en peligro.— aún no reunía el valor suficiente para confesarse ante May.

—¿Quién es ese amigo?— preguntó viéndolo fijamente con un ápice de molestia.

—Zeus, Tony, no seas celoso, es un compañero.

—¿De la universidad? ¿Le tienes confianza?

—Anthony Stark, no puedo creer que estés más preocupado por mis amigos de universidad que del loco de Jake.

—A Jake sé manejarlo.

—Si sabes manejar a Jake ¿Porqué sigue dando problemas?— respondió ligeramente insolente

Anthony se acercó a la cama sobre la que reposaba el chico y de un movimiento ágil acorraló entre las sábanas al menor.

—Una palabra más y te amordazaré y llevaré a New York conmigo.

Peter sonrió al ver al hombre tan salvajemente natural y lo tomó de la corbata provocando que se acercara a él y lo besó con auténtico deseo. Sabía que lo que había pasado en la noche había sido una catarsis, Tony había mostrado sus demonios y Peter los había aceptado, y con eso había logrado que Anthony volviera a tomar las riendas de su vida.

—Será un viaje corto, quiero provocar un poco a Jake para que salga de su escondite... Y cuando todo esto termine, me gustaría hablar personalmente con tu tía.

—¿C-con May?

—Sí, ¿Recuerdas la casa que te mostré?

—¿En donde nos reconciliamos?— Peter tomó a Tony del cuello y acarició su barbilla

—Esa misma. Me gustaría que tú y May vivieran ahí... Conmigo

El aire fue cortado en la atmósfera por un segundo, Peter no estaba seguro de lo que había escuchado

—¿Quieres... Quieres que vivamos juntos?

Tony sonrió con cariño

—Sí

—¿No es muy repentino? Es decir, nos conocimos hace un tiempo pero acabas de regresar a mi vida y no se, yo estoy, no sé...— le agobiaban todas las implicaciones

—Sé que suena impulsivo, pero quería que la casa estuviera a tu nombre, que fuera tuya... Y nadie me conoce como tú, no puedo imaginar una vida en la que tú no estás.

—Tony, yo...

— Es para que nunca te falte un hogar, y si muero... Me gustaría que tuvieras esa seguridad.

—No me gusta que hables de muerte Tony— murmuró en una súplica mientras acariciaba el cabello azabache del hombre— y sí, quiero estar contigo, no quiero irme de ti.

Tony selló esa promesa con un beso sobre los labios del chico. Quien ahora pensaba en un tangible "Por siempre" entre ellos dos.

...

—May me va a matar cuando se entere... Igual Tony me va a regalar la casa, sería mía aún si terminamos lo nuestro, y yo nunca se lo pedí... Además después de Tony no hay nada, en verdad nada, soy incapaz de sentir algo similar por alguien que no sea él. Nunca me había quedado totalmente claro porqué las personas deciden casarse y hacer una vida juntos, pero ahora lo sé, porque no existe nada mío que no sea de él también, y en verdad lo amo— culminó sin aliento el joven mientras llamaba por teléfono a su amiga en camino hacia la universidad

—Es un gran paso Peter, y me cuesta creer que lo conoces tan bien como afirmas. Aquí en Nueva York ya se anunció en todas las televisoras que Tony Stark tiene un comunicado en unas horas, todos actúan como si fuera el mismo presidente.

—Dijo que quiere hacer que Jake salga  y muestre la cara... No lo sé, me asusta en cierta parte, es Jake de quien hablamos, el mismo hombre que ordenó mi secuestro.

—Si tú confías en Anthony, yo también, la semana pasada secuestraron a una de mis compañeras, todo parece indicar que la violaron y la dejaron en las afueras... Es horrible, y si tú crees que tu hombre puede solucionar todo ese caos... Ya no tenemos nada que perder, así que mis esperanzas también están en él.

—Es horrible decirlo, pero cuando Jake muera todo va a estar mejor, confía en eso.

—¿Quién va a morir? — interrumpió Harry apareciendo de la nada en la entrada de la Universidad

—Yo, de un infarto— chilló Peter asustado al verlo— Te hablo después Ken, te quiero— se despidió

—¿Y bien? ¿De quien hablabas con tanto desprecio?

—De problemas de la gran ciudad

—Los Newyorkinos siempre son problemáticos— Harry tomó la mano de Peter e inspeccionó su muñeca —¿No te gustó el reloj que te regalé? Puedo cambiarlo por un celular.

—No es eso— respondió el menor apenado— me da miedo perderlo, parece muy caro

—No te preocupes por eso, mi padre es amigo del fabricante, si lo pierdes te regalo otro y otro y otro

—No es necesario — aceptó — Lo usaré y nunca me lo quitaré, así no podré perderlo.

—Asombroso, y es a prueba de agua, no tendrás que quitartelo ni para bañarte... Y sobre la cena de hoy, no has cambiado de opinión ¿Verdad?

—No podría, May está muy emocionada en conocer a mi amigo y su familia.

—Será un cena de muerte, mi padre se ha esforzado más en ella que en mi cumpleaños.