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Corazón palpitante y alma anhelante, el beso fue cálido, como los besos que le había dado en la noche para desearle dulces sueños, pero este sabía a menta, lima y alcohol.

Sin embargo su mente pronto regresó a Peter al lugar en donde se encontraba y se separó de Tony. Observando incrédulo que nadie parecía notarlo, y si alguien lo había hecho los había ignorado.

—Señor Stark, estamos en público— recordó el menor apenado

—A ellos no les importa— informó el empresario —Para ellos no soy ni el primero ni el último que tiene una relación con un trabajador

—Señor Stark...

—Eso no significa que solo seas un trabajador, significa que la prensa no puede entrar aquí y que me estoy muriendo de ganas de follarte desde que te vi en ese traje.

Peter tomó del cuello al mayor y lo atrajo a sí, fusionando sus labios a los suyos. Era curioso el suceso entre ellos dos, cuando más cerca estaban era más difícil saber en donde comenzaba Peter y en donde Tony, si los veían en conjunto era posible ver a Peter oculto en las acciones de Anthony, y al menor en la sonrisa del empresario, como si ambos fueran una extensión de ellos mismos, como si fuera imposible separarles sin dañarlos, sin romperlos.

Los ojos de Peter brillaban cuando se separaron para tomar aire, su sonrisa se notaba tímida, pero auténtica, le gustaba poder besar a Tony sin preocuparse, en un mundo perfecto habría sido lo primero que habría añadido.

La noche había continuado, siendo casi imposible sacar a Peter de la trampa que eran los brazos de Anthony. Siendo ignorantes de la presencia de Jake, quien los vigilaba desde la planta alta, preguntándose ¿Cómo Peter había logrado acercarse tanto a Tony en tan poco tiempo?

—Se... Señor Stark, me hace cosquillas — murmuró Peter entre pequeñas risas.

Habían llegado a su habitación en el hotel y Tony no había tardado ni cinco minutos cuando ya tenía a Peter totalmente desnudo sobre la cama, bocabajo. Se encontraba besando la línea media de su espalda, desde el cuello hasta que comenzaba su trasero. Su barba le picaba y le hacía cosquillas al menor, pero le encantaba, le llenaba de ilusión saber que tenía esa clase de privacidad con el hombre.

Esta vez no había prometido no tocarlo, de hecho en la reunión había admitido querer follarlo, y si lo intentaba el menor sabía que lo dejaría, porque ansiaba ser poseído por ese hombre, porque no imaginaba a nadie más tocándolo.

Sin embargo no lo hizo, el mayor terminó dormido en la espalda del menor, abrazandolo, protegiéndolo, escuchando su respiración, fingiendo que podía vivir en esa realidad sin tener consecuencias.

...

Al día siguiente Peter fue despertado por Tony, quien repartía en su rostro cortos besos. Le encantaba despertar así, envuelto de amor, de seguridad, era como palpar un pedacito de cielo.

—Despierta, es hora de irnos, ya hice las maletas.

Peter se levantó, vistiéndose en segundos. Era momento de regresar a su recurrente vida en Nueva York. Salió del hotel y subió a un auto con Tony que los llevaría al aeropuerto.

Ya en el avión ambos se encontraban desayunando, uno frente a otro en la clase VIP que parecía ser más bien un área privada solo para ellos.

—Señor Stark ¿Puedo preguntar algo?

—Claro ¿qué ocurre?

—¿Por qué construyó Stark Industries?

Tony se mantuvo pensativo durante unos segundos, jamás le habían preguntado tal asunto, todos habían dado por hecho que los empresarios construyen imperios por el simple placer de poder y dinero.

—Bueno— Tony bebió jugo —Siempre me gustó construir cosas, me hacía muchas preguntas todo el tiempo, crecí con limitaciones, y la mayoría de mis preguntas no se resolvían, pero eso solo hizo que mi curiosidad aumentara. Nunca creí realmente que podría vivir de mi curiosidad. Y me alejé de todo ello por problemas económicos. Un día conocí a un hombre — el semblante de Tony cambió ¿dolor?— era un genio, y vio un reloj que construí con chatarra y energía solar. Fue la primera vez que sentí que alguien me admiraba, yo era un don nadie. Me dijo que tenía que hacer de este un mundo mejor, que podía crearlo y que tenía el potencial para cambiar al mundo con mis propias manos, y comencé mi camino hacia Stark Industries, comencé con un reloj solar y cuando comencé a hacer las cosas en grande... fue el auto con energía solar, eso fue lo que comenzó a reunir la fortuna y de ahí no paré.

Peter se encontraba anonadado, ¿había descubierto un pedacito de Tony que nadie más había encontrado?

—Y tú niño ¿Qué quieres hacer de tu vida?

—Yo... Me encantaría seguir con la ciencia, con la tecnología... Desde niño me encantaba armar cosas, mi padre fue un inventor, mi mamá decía que saqué su ilusión por lo nuevo, por descubrir, si un día puedo hacer algo que realmente ayude sería un sueño. Mi familia siempre tuvo centavos en los bolsillos y con mis inventos quería hacer su vida más fácil, menos dura, quería que la vida no les pesara tanto. Hice muchas cosas, la mayoría no funcionaba del todo, pero un día hice una máquina de coser para mi tía con cosas que encontré en la basura, le encantaba, y realmente funcionaba... Y ahora usted... Usted tiene el reactor de energía y podrá hacer grandes cosas con él... Eso quiero... Que las personas que quiero vivan mejor.

Tony se quedó observándolo, admirando al chico, como si descubriera en él algo que no había visto antes, como si una estrella estuviera naciendo ante sus ojos. Era como si entendiera al destino.

—Ven aquí— pidió Anthony extendiendo los brazos.

Peter sonrió y obedeció al mayor, sentándose sobre su regazo abrazándolo y ocultando su cara en su cuello.

—Suena un poco Disney ¿No?— preguntó Peter en un murmuro— querer que todos estén bien

—No— aseguró Anthony abrazando al chico, acariciando su espalda —Sólo te convierte en una buena persona.

El regreso a Nueva York fue como Peter lo esperaba, su tía lo recibía con gusto y volvía a fingir que Tony no representaba una carga emocional directa para él. Volvía a fingir que estar junto al empresario no lo disolvía en emoción.

Tony se fue del aeropuerto rodeado de guardias, sin despedirse ni con una mirada cómplice, y le dolía a Peter porque después de Orlando esperaba más cercanía, porque ahora que le entregaba el corazón a Tony se encontraba vulnerable, pero seguía siendo Anthony Stark, el empresario, el jefe... Seguía siendo el Tony de otros.


Azúcar En El Infierno (STARKER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora