Después de unos minutos Tony estaba un poco más sobrio, o al menos podía hablar con claridad. Y pronto los fantasmas que le atormentaba regresaron del pasado.
—Desde que tengo memoria usé la fuerza para defenderme— su relato inundó la habitación, Peter seguía arrodillado frente a él, sosteniendo su mano vendada, con una súplica inmersa— yo tenía catorce años, Jake era mi amigo, era hijo de un policía vecino, me acogió en su casa cuando mi padre mató a golpes a mi madre...— su voz monótona tenía tenues tonos de resentimiento, sin embargo continuó hablando como si esa historia la hubiera contado decenas de veces, aunque en realidad era la primera vez que la decía en voz alta— Después me llevó con Joe.
—¿Joe? — Peter sabía que había escuchado ese nombre en alguna parte, sin embargo no lograba identificar de dónde.
—Joe es el dueño del Atlantis, el restaurante donde comimos por primera vez.— una ligera sonrisa se ocultó en la comisura de sus labios al recordar su primera cita— No sólo es una cadena de restaurantes, también es hotel y banco. Joe dirige la mafia italiana en Nueva York, su empresa es la más segura para personas que somos o fuimos parte de ese tipo de sociedades, su banco no hace investigaciones, en sus hoteles está prohibido que asesinen y jamás se envenena la comida del restaurante a menos que quieras a toda la mafia italiana pisandote los talones.
—¿Fuiste parte de ellos?— le resultaba abrumador pensar en una mafia.
—Trabajé para Joe durante años, inicié como limpiador; cuando había asesinatos yo limpiaba la escena, si torturaban a alguien yo estaba ahí después del trabajo sucio para que no quedarán rastros, aprendí a desaparecer evidencia. — Tony guardó silencio, como si estuviera viviendo el suceso una vez más— Jake Ingresó tiempo después por gusto, era un chico con gusto por ese mundo, así que cuando fue mayor de edad se encargó de liderar el trabajo en los barrios, como eramos amigos me eligió para ser su trabajador... golpear, amenazar y torturar se volvió trabajo del día a día, me hice mala fama, en ese entonces yo era muy violento y tenía problemas de ira.
—¿Torturabas personas? — la cara de Peter había adoptado tonos rojizos, intentaba contener el horror que le provocaba y las lágrimas que de manera violenta amenazaban con salir. Era diferente imaginarlo haciendo actos crueles a escucharlo de sus propias palabras.
—Sí, lo hice, muchas veces, y cuando subí de puesto junto con Jake, los demás hombres de Joe me comenzaron a pedir expresamente a mí para sacarle información a hombres de bandas enemigas. Les rompía los huesos de los dedos con martillos, los marcaba con hierro caliente sobre la piel o simplemente les arrancaba la dermis y los bañaba en ácido... Me volví un experto en quebrar sus almas, hacía hablar al más duro. Comenzaron a llamarme "El monstruo de Nueva York". Jake subió de status y comenzó a pedirme una cuota de hombres poderosos para secuestrar, algunos por información, otros eran enemigos y otros simplemente por dinero. Me volví muy bueno rastreando personas, y de ahí vinieron mis enemigos; los hombres que soltamos comenzaron a ponerle precio a mi cabeza.
—Eran... Eran personas malas a las que secuestrabas, a quienes matabas... Eran malos ¿no?
—Sí, la mayoría ya había matado también antes de que yo los asesinara... Pero eso no es lo peor. —Cerró los ojos con dolor— Cuando quise salir del mundo de mafias Joe fue comprensivo, dijo que él no tomaría replesalias en mi contra y me ofreció el Atlantis como protección, se portó como un padre caritativo, pero para ese entonces mis enemigos eran muchos, y todos le habían puesto precio a mi cabeza... Así que los comencé a cazar... Los maté, uno por uno.
—Fue para salvarte Tony— Peter intentaba justificarlo porque su alma se lo pedía a gritos
—Los maté uno por uno con sus familias... Esposas, hijos... Había niños... Muchos... Les disparé en la cabeza para asegurarme que ninguno me buscara cuando creciera... A otros los quemé.
Peter se levanto de donde estaba, corrió hacia el baño y comenzó a vomitar, no soportaba el hecho de imaginar a Tony matando infantes inocentes de tres años.
Peter lloraba aún siendo incapaz de controlar las arcadas que preseguían al vómito. No podía justificarlo. Anthony era un asesino y no estaba seguro de poder con eso. Repentinamente Stark le daba asco.
Tony se acercó al menor quien se encontraba arrodillado, sudando y temblando.
—Eres un asesino— susurró dejando que las lágrimas salieran de manera incontrolable —Mataste a inocentes, no sólo a los malos.
—Son sus gritos los que escucho. Sus bastados padres se merecían la muerte, pero ellos... Ellos solo fueron una pieza de ajedrez que tuve que mover para llegar a Stark Industries, y no hay día que no lamente su muerte.
—¡Los mataste para poder construir tu puta empresa de mierda sin problemas!— gritó con furia el menor levantándose de donde estaba —¡Eran niños!
—A esto me refería con que era una mala persona Peter, durante mucho tiempo no fui consciente del mal que albergaba en mí, torturar era lo único que sabía hacer... Y cuando conocí a un hombre que me vió más que como un asesino... Bueno, era demasiado tarde, me había convertido en un monstruo— Anthony parecía un rascacielos a punto de derrumbarse, sus cristalinos ojos mostraban el dolor palpable que sentía— he intentado redimirme todo este tiempo, he intentado hacer un mejor mundo para compensar el daño que he causado, pero por más que lo intente nunca me alcanzará la vida para pedir perdón.
Peter se acercó a Anthony y lo abrazó entre lágrimas, porque en el fondo lo sabía; Stark no era un desalmado, era una víctima de las circunstancias. No era su culpa tener un padre que sólo le había enseñado violencia y odio, no era su culpa que el único "amigo" que le había tendido la mano en su desgracia había sido Jake, un loco que pensó que lo mejor era mandarlo con una red de mafiosos.
Creció conociendo sólo asesinatos y dolor, y había intentado redimirse
—Está bien — susurró Peter mientras sentía que Stark lo abrazaba y se desbordaba en llanto. Jamás había visto a un hombre como él llorando, y comprendió que para amar a alguien realmente no bastaba con ver lo mejor de esa persona, también se tenía que ver lo peor, plantarse frente a él y decir "Me quedo"
—Hay algo más— susurró Anthony— Es... hice algo horrible...
—No— silenció Peter en una súplica—Está bien, eres Tony Stark, un visionario, un genio, el hombre que me salvó, el hombre que salvó a mi tía de la prostitución... Eres un buen hombre.
—No, soy un monstruo.
—Tienes razón, pero los "Buenos hombres" ignoran a las mujeres como mi tía que se ven obligadas a prostituirse, a los "buenos" no les importan las personas como yo que pasaban días sin comer, los "buenos hombres" son unos inútiles cuando pasan cosas como lo que está pasando en la gran ciudad... Hay veces que se necesita un monstruo para acabar con hombres como Jake, Nueva York está a punto de colapsar y "los buenos hombres" no pueden hacer nada para evitarlo... Nueva York te necesita, yo te necesito, tal cuál eres, no necesitas cambiar nada, y te amo Tony, con todos tus pecados.
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Azúcar En El Infierno (STARKER)
FanfictionPeter quiere entrar a la universidad, pero no tiene dinero suficiente para ello. Tony es millonario, y las bases de cada uno de sus centavos fueron construidas con sangre. Tony se convierte en el mentor de Peter y paga su universidad por sus propias...