Azúcar En El Infierno (STARKER)

19.-

Habían pasado horas, el sol había caído y Peter no llegaba con May, al principio la mujer se había consolado, creyendo que estaría con Kendall viendo alguna película en su casa, como acostumbraba con anterioridad. Sin embargo cuando logró ubicar a la chica se topó con la noticia de que al terminar el instituto Peter había ido directamente a casa.

Asistió a la policía de manera infructuosa, decían que era normal que los adolescentes escaparan unas horas de sus padres. Pero ellos no conocían a Peter, el chico jamás habría dejado a su tía sin un mensaje, siempre había logrado comunicarse con él, aún cuando no tenía celular.

May desesperada buscó por todas partes, recorrió el camino de la escuela una y otra vez, las lágrimas amotinándose más sobre sus ojos a cada paso. No lo entendía, y no tenía a dónde ir, no tenían más familia, solo era Peter y ella.

Llegó al edificio de Stark Industries, su última oportunidad, ella sabía que Anthony se había ido a Italia, pero quizás tenían información de Peter, tenían alguna forma de contactarlo.

La mano derecha de Anthony, Alexandria, recibió a May preocupada, llena de pánico por no encontrar a su sobrino.

—Peter, mi niño, trabaja aquí ¿Han sabido algo de él?

—¿Peter Parker? No se ha presentado en la última semana

—Yo se eso— May hipó, sentía que estaba enloqueciendo de dolor, sabía que otra persona no se preocuparía por algo así, pero ellos no entendían que su niño no era la clase de persona que desaparece sin dejar rastro— no sé nada de él desde la tarde, él nunca se va sin decirme, lo llamé al celular pero no me contesta.

El dolor parecía ser un ente que se propagaba por todo el cuerpo de May, de repente todas sus pesadillas se habían hecho realidad, las noticias sobre jóvenes desaparecidos cobraban vida, se encontraba a sí misma en un callejón sin salida, sin saber qué hacer para recuperar a su hijo.

Alexandria se apresuró a mandar mensaje por todas las vías a Anthony, informándole el asunto. También llamó a Happy y a dos de los hombres de confianza del empresario.

Los hombres de Stark recrearon el trayecto del joven Peter sobre una camioneta de la empresa. Esperaban dar con algún indicio de su búsqueda, sin embargo era infructuoso, parecía que la tierra se había tragado al joven.

—Señora May, Anthony ya se enteró de que el chico está desaparecido — informó Alexandra leyendo su celular —El señor Stark viene en camino.

Estaba asustado, le habían quitado todo, solo había conservado la ropa interior, estaba sentado en el piso, abrazaba sus piernas con temor, la fría pared en la que su espalda se apoyaba era como la mano de la muerte, fría como la misma, recordándole de manera constante lo efímera que era la vida, como si estuviera esperando por él, como si sus minutos estuvieran contados.

Desde que despertó no había parado de llorar, pero lo habían golpeado de manera tan brutal que cuando sintió la sangre emanar de su boca comprendió que no debía gritar, no debía llorar muy alto, comprendió que ellos - fuesen quien fuesen- tenían el botón para apagar su vida.

No lo entendía, no habían pedido rescate por él, y no parecían querer hacerlo, se habían limitado a humillarlo y golpearlo.

Tenía miedo, su piel temblaba ante el tacto de la brisa que se colaba por la puerta, el único consuelo que obtenía era de su inconsciente, que le recordaba la sonrisa que a Tony se le escapaba después de cada beso, sus ojos caoba brillantes, era amor, lo sabía, lo sentía, lo mantenía con esperanza aún en ese lugar.

Un par de manos lo tomaron con fuerza del cuello, tomándolo desprevenido debido a la venda que cubría sus ojos y que no tenía el valor de quitarse. Lo arrastraron hasta salir de la casa, privado del oxígeno golpeó todo a su camino, siendo ofuscado por un golpe seco a un costado de su oreja que lo mando directamente al fango.

Terminó con el cuerpo y rostro manchado de tierra acuosa debido a las últimas lluvias de la semana, su rostro aún tenía sangre seca que había emanado de su boca y nariz con anterioridad, formando en su rostro una mezcla de suciedad. Escuchó el sonido del obturador de la cámara. Le estaban tomando fotos.

Lloraba, lleno de pena, lleno de miedo, le dolía todo, "señor Stark, ayúdeme", suplicaba en silencio, Tony siempre había sido su representación de seguridad, ahora se sentía tan vulnerable como un muñeco de porcelana. Lo estaban rompiendo.

—El señor Anthony ya ordenó a todos sus hombres que comiencen a buscar a Peter— informó Alexandria a May —Y en las noticias ya están ofreciendo una gran recompensa para quien de informes sobre su paradero

—¿Usted cree que lo encuentre?

—Sí alguien en este mundo es capaz de encontrar a Peter, ese es el Señor Stark.

Tony se encontraba en un vuelo de regreso a Nueva York, había optado por tomar un vuelo privado, pero seguían siendo horas eternas de viaje. Había intentado contactar con Jake de manera ineficiente, parecía hacerlo a propósito por todas las veces que Anthony lo mandó a buzón.

—Bastardo, nunca está cuando lo necesito— murmuró Anthony furioso, una vena saltaba de su frente y era incapaz de siquiera descansar esas horas de viaje. Apenas llevaba una hora en Italia cuando se enteró de lo del chico y regresó haciendo caso omiso a todo lo demás.

El universo era una maldita perra, él aceptaba el castigo por sus crímenes cometidos, pero Peter no había hecho nada, no tenía por qué pagarlos. Le carcomía el alma imaginar a Peter sufrir ante manos crueles, manos que harían todo por un par de cientos de dólares, manos como las de él mismo.

Era su pena, si alguien merecía el infierno en vida era él, no Peter.

En su cabeza ya se encontraba armando el plan "A", el plan "B" y el "C", no le gustaba actuar de manera neandertal ante los problemas que necesitaban una solución lógica. Pero valla que quería desviarles la columna a los que habían osado secuestrar al chico. Quería destruir sus huesos poco a poco hasta que el dolor y sufrimiento fueran tan altos que irremediablemente muriesen.

Solo necesitaba apoyo; A Jake y sus hombres.