ONE SHOTS ||•°Joe Mazzello°•||

🙍Short🙍

La luz que provenía de tu ventana te hizo gemir y enterrar tu cabeza más profundamente en el cuello de Joe, sentiste su brazo apretarse más a tu alrededor cuando comenzó a despertarse también.

-Buenos días, amor- susurra Joe con su voz matutina que te hizo derretirte.

-Sshh... todavía podemos dormir más y despertarnos para una buena tarde- murmuras cerrando los ojos con más fuerza y ​​esperando que Joe esté de acuerdo contigo, pero cuando plantó un beso en la parte superior de tu cabeza, sabías que no compartía tu deseo.

-Lucy nos invitó a almorzar, y sabes que estará muy enojada contigo si no vamos- lo único que te hizo sentir menos sueño fue lo buena que sonó la voz de Joe.

Mientras él continúa hablando, aseguraste de comenzar a besar su cuello con la esperanza de que si no pudieras dormir más, pasarías la mañana haciendo algo que ambos disfruten.

-Amor, no me estoy quejando, pero no estás cansada de todas las rondas que tuvimos anoche- dijo Joe y sabías que ya estaba sosteniendo algunos gemidos, simplemente sacudes la cabeza mientras buscas las marcas que dejaste- por mucho que quiera continuar, no tenemos tiempo

-Eso es una mierda- murmuras moviéndote para que puedas ver la cara de tu novios- dijiste que Lucy nos invitó a almorzar y para eso todavía tenemos mucho tiempo.

-Sí, pero aún necesitamos desayunar y preparar el plato que llevaremos- intentó convencerte Joe mientras su mano acariciaba yu mejilla- desde cuándo soy la voz de la razón en esta relación?

No tenías ganas de discutir con él y su dulce y sexy voz matutina, así que besas su nariz y tomas su mano sobre la tuya

-Todavía creo que todo eso es una mierda- murmuras tratando de contener una risita. Joe se ríe contigo y con algunos gemidos a tu lado, finalmente se levanta mientras busca su ropa que está en todas partes.

Fue difícil para ti dejar de mirarlo mientras se movía por la habitación buscando sus cosas, le diste una dulce sonrisa antes de finalmente levantarte y agarrar la camisa de Joe.

-Hey, estaba buscando eso- dijo haciéndote reír y sacando la lengua.

-Demasiado tarde, perdedor- bromeaste parada frente al espejo asegurándote de que no hubiera ningún mechón de pelo cubriendo tu rostro.

Joe se movió, así que ahora tu espalda estaba presionada contra su pecho, te envolvió en sus brazos mientras su barbilla descansaba contra tu cabeza, a través del espejo lo viste fruncir el ceño y mirarte con curiosidad.

-Qué pequeño desastre?-bromeaste otra vez con una gran sonrisa.

-Creo que el único pequeño desastre aquí eres tú- dijo Joe moviéndote, así que ahora te estaba mirando- desde cuándo eres tan bajita?

-Qué... qué?- le preguntas con una mirada confundida.

-No recordaba que fueras tan pequeña, todo ese buen sexo te encogió?- ahora fue el turno de Joe de burlarse, rodaste los ojos y le golpeaste el brazo, aunque la sonrisa en tu rostro estaba allí para traicionarte.

-Siempre he sido de este tamaño idiota, te escuchas a ti mismo y todas las tonterías de las que estás hablando?

-Es verdad! Cuando te abrazo, estás a la distancia perfecta para que te bese, y ahora estás... más baja- trató de explicar Joe, y fue cuando te diste cuenta de que ya no bromeaba, no podías dejar de reír.

La mirada confusa que Joe tenía en su rostro te hizo detenerte, estabas casi en el piso sintiendo lágrimas formándose en tus ojos mientras reías más y más con el paso del tiempo.

-La razón por la que sucede puede ser porque siempre uso tacones- finalmente dijiste cuando pudiste recuperar la compostura- eres un desastre Joseph, no lo notaste?

-Sí, pero nunca pensé que eras tan pequeña- Joe trató de defenderse, pero al verte sonreír le hizo saber que ya había perdido la batalla- es solo que estaba más concentrado en la cara bonita que tienes.

Abres la boca para bromear un poco más, pero no puedes evitar sentir que tu cara se calienta ante sus palabras, sacudes la cabeza y giras la mirada hacia el suelo, haciendo todo lo posible por encontrar una respuesta inteligente a eso, pero sentiste la mano de Joe agarrarte la barbilla, así que ahora lo estabas mirando, sabías que no tenías que decir nada más.

Joe te sonríe con amor mientras se baja lentamente para besarte, se sintió un poco extraño cuando te pones de puntillas para que Joe no se doble tanto, pero cuando ambos se besan, la idea de la diferencia de altura se fue.

-Te amo, Joey- susurraste a centímetros de él.

-Yo también te amo, pequeña.