ONE SHOTS ||•°Joe Mazzello°•||

🐶Matchmaker (JD)

Hoy fue tu día libre y, aunque estabas realmente feliz de tener tiempo para ti, empezaste a aburrirte de no hacer nada, así que después de pensar lo que querías hacer, te diste cuenta de que probablemente necesitabas un poco de aire fresco, agarraste la correa de tu perro y te dirigiste al parque más cercano.

Amabas a tu perro con todo tu corazón, pero por alguna razón, ella estaba actuando más enérgica que de costumbre. Cuando encontraste el banco más cercano para sentarse y trataste de ajustar su correa, fue la peor idea porque forcejeó haciéndote soltarla para comenzar a correr lejos de ti.

Un gemido escapó de tus labios y comenzaste a llamarla y correr tras ella esperando que no le pasara nada malo, por un par de minutos la perdiste de vista. No fue hasta que la viste encima de un chico, muy guapo por cierto, corriste tras ella, ya avergonzada de las acciones de tu perro.

-Oh Dios mío! Lo siento mucho, ella ha estado realmente enérgica hoy, normalmente está mucho más tranquila- divagas tratando de poner la correa de nuevo- estás bien?

Cuando miras a los ojos del extraño, sientes como si el mundo se detuviera, él era hermoso y se veía tan lindo, sus mejillas se tornaron de un tono rosa claro, trató de ocultarlo mirando a tu perro mientras la acariciaba un poco más .

-Sí, lo estoy- respondió en voz baja, no lo hubieras podido escuchar si no estuvieras tan concentrada en él- parece un buen perro.

-Realmente lo es- murmuras mirando con cariño a tu perro.

-Cuál es su nombre?- te pregunta al mirar hacia atrás, cuando sus ojos se encuentran y sientes un centenar de mariposas en tu estómago.

-Coco-  respondiste sintiendo que tus mejillas se calentaban, trataste de ocultarlo mirando a tu perro y arrodillándote para acariciarla y pretender reajustar su collar.

-Y el tuyo?- pregunta el chico lindo mientras te levantas para enfrentarlo.

-Mi qué?- te sorprendió un poco que él todavía estuviera hablando a pesar de que parecía tan nervioso como tú.

-Tu nombre, amor- te ríes un poco sintiendote un poco estúpida por no haber entendido su pregunta antes.

-(T/n)... y el tuyo?- mueves una de tus manos para que pueda sacudirla.

-Ese es un nombre muy hermoso, soy John.

Sentiste que tus mejillas se calentaban con ese comentario, trataste de esconderlo de él pero te sentiste hipnotizada por sus ojos, pero no eras la única hipnotizada por él, a tu perro también parecía gustarle mucho

-Creo que realmente le gustas-  agregas mirando cómo tu perro le rogó a John que jugara con ella.

John vio la pelota que tenías en tus manos para que Coco pudiera jugar y te preguntó si podía usarla, se la diste e instantáneamente Coco estaba lista para buscarla, tu la desataste para que John puediera lanzar la pelota y ella pueda perseguirla.

Durante todo el tiempo que estuviste en el parque, John se quedó contigo, jugando con Coco y charlando contigo, la conversación comenzó a crecer y después de un par de horas sabían casi todo sobre el otro, no fue hasta que John vio su reloj, notando lo tarde que era.

-Mierda, ya llegué tarde, debía haber estado en la práctica de la banda hace una hora- dijo John aún mirando su reloj.

-Oh, lo siento mucho por eso, también por lo que Coco hizo temprano- te disculpaste sintiéndote un poco mal por incomodarlo, pero en general feliz de haberlo conocido.

-No hay nada por lo que debas disculparte, además de que tienes el perro más lindo- dijo, ya podías verlo volver a ser tímido.

No sabías de dónde provenía esta avalancha de confianza, pero buscaste un trozo de papel y un bolígrafo en tu bolso y escribiste tu número.

-Llámame- dijiste entregándole el papelito, John lo agarró y podías ver la emoción en sus ojos- fue un placer conocerte, espero que tu práctica salga bien.

Le pones la correa a tu perro al ver lo cansada que parecía, pero ella seguía mirándote a ti y a John, era un poco extraño, pero lo dejaste pasar.

-Por supuesto que lo haré- justo cuando ibas a darte la vuelta, sentiste que te daba un beso en la mejilla, te volteaste a mirarlo, pero ya comenzó a caminar hacia la otra dirección- ten un buen viaje a casa.

Corrió y se podía ver que tenía prisa, pero todo lo que podías pensar era el beso que acababa de darte. Tocaste la piel donde sus labios te tocaron y sonreíste como loca.
Miraste a tu perro y podías notar que estaba igual de feliz que tú.