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Cap3- no te preocupes por mi

me encontraba decidido a no ser un obstáculo para Diego. El viernes por la noche, la tía le obligó a llevarme a esa fiesta, y lo utilicé como una oportunidad para demostrarle que no sería una molestia. En su mayoría, me senté solo en la oscuridad, lejos de todos. Cada treinta minutos, comprobaba que Diego siguiera allí o estuviera buscándome, y luego volvía a mi escondite.

Realmente esperaba que esto no fuera un evento de cada fin de @semana. No quería tener que pasar por esto cada vez que Diego fuera a la fiesta de campo. Prefería quedarme en mi habitación y leer. Estar solo en un campo oscuro no era exactamente mi forma favorita de pasar el tiempo. Aunque, sucedió algo que sin duda lo hizo menos... aburrido.

Pensando en el lugar que había reclamado junto a ese árbol, mis mejillas se sonrojaron. Había conseguido mi primer beso real, de un tipo que ni siquiera conocía. Era tan alto y tenía el pelo cafe obscuro y rizado en las puntas. Su cara... era como si Dios hubiera tomado todas las características perfectas para el hombre y las hubiera puesto juntas sólo para este tipo.

No había sido aquello lo que me hizo quedarme de pie allí después de que él me advirtiera de que me fuera. Habían sido sus ojos. Incluso en la oscuridad, vi melancolía allí. Una melancolía que nunca había visto en nadie más, además de mí.

Le había dicho a su madre que la quería al teléfono. Luego colgó y maldijo mientras golpeaba su camioneta. Cualquier persona que hablara con su madre de esa manera no podía ser mala. Él no me asustaba.

Pero estaba preocupad9, así que me quedé incluso cuando dijo que me fuera. Y entonces me besó. Había sido duro al principio, como si

estuviera tratando de hacerme daño, pero luego se había suavizado, y antes de darme cuenta, me encontraba agarrándole con los puños su camiseta. Mis rodillas se debilitaron, y no me encontraba seguro de si realmente gemí o si simplemente eso pasó en mi cabeza. Esperaba que fuera en mi cabeza. Teniendo en cuenta lo repentinamente que él me había dejado, no quería haber hecho ni un sonido. Y me hubiera gustado no agarrarme a él.

Terminó tan repentinamente como había comenzado. No dijo ni una palabra cuando se alejó de mí. No me miró. En su lugar, se dio la vuelta, se dirigió a su camioneta y se fue. No tenía ni idea de quién era. Todo lo que sabía era que era hermoso y encantador y que me había dado un primer beso para recordar.

Dos horas más tarde, cuando Diego finalmente decidió irse, me había encontrado dormitando en el suelo debajo de mi árbol. Había estado molesto y no me dijo nada de camino a casa. El beso se desvaneció en el fondo de mi mente, mientras me centraba en cómo hacer que mi primo no me odiara.

El domingo, cuando Diego tenía planes de ir a casa de un amigo a nadar, tía había tratado de enviarme con él. Pero le escribí una nota diciéndole que me sentía mal y que no sentía ganas de ir, y ella dejó que me quedara en casa.

Diego terminó yéndose todo el día. Sabía con seguridad que él se hallaba preocupado de que si llegaba a casa, ella trataría de imponerme sobre él de nuevo.

Hoy empecé la escuela, y ella le dio a Diego una lista de tareas acerca de mí. Me sentí mal por él. Podía ver la frustración en su rostro. Así que le entregué una nota tan pronto como llegamos allí.

Yo me encargo. Haz lo que sueles hacer, y apareceré en clase. Sólo porque no hable, no significa que no pueda moverme. Le diré a tía que hiciste todo lo que dijo. Pero no quiero que me lleves a todas partes. Quiero hacer esto solo.

No parecía muy convencido, pero asintió y se fue, dejándome en la entrada de la escuela.

Por suerte, la tía había alertado a la oficina principal del hecho de que no hablaba. Les parecía bien que escribiera todo lo que necesitaba decir. Me dieron mi horario y preguntaron dónde se hayaba diego. Al parecer, la tía también les dijo que Diego sería mi guía. Mentí y escribí que había ido al baño y que nos encontraríamos en el pasillo.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora