40 [MARATÓN 2/4

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Cap 40 - Es igual a su mamá

EMILIO

Joaquín me esperaba afuera de la casa cuando me detuve. Cuando me llamo me encontraba saliendo de la ducha, afortunadamente alcance a contestar su llamada y como pude me di prisa para llegar en menos de diez minutos a su casa.

El se dirigió hacia mi a las escaleras. —Hola —dije dándole un corto beso en los labios. —¿Estas listo guapo?

Pude ver el miedo en sus ojos cuando asintió, puse mi mano sobre la suya. Esta vez sería yo quien lo apoye. No lo iba a dejar.

—Están esperando, Diego escucho cuando te hable por lo tanto les explico que estaba esperándote por que te quería en esta conversación. Pero creo que los preocupe, Diego lo sabe pero la tía y el tío se miraban un tanto preocupados. —me comentó un tanto exaltado.

—Vamos, estaré aquí contigo todo el tiempo —le dije para así tranquilizarlo.

Me dio una sonrisa de alivio, y joder puedo decir que la cosa más hermosa del mundo es la sonrisa de Joaquín cuando su hoyuelos se asomaban con ella.
Mi corazón dio un vuelco, el me hacía sentir cosas que nunca sentí, cosas de las que quería más. Cosas que no me podían faltar.

Lo seguí dentro de la casa, y por supuesto los tres Valdés estaban esperando sentados en la sala, de simple vista Diego era el único que lucía relajado y aburrido. Había un bloc de notas y un lápiz frente a Ana, me preguntaba si lo trajo para está conversación.

Joaquín se acercó hasta estar delante de todos ellos
Y apretó mi mano. El podía hacer esto yo me aseguraría de que pudiera.

—Quiero volver a hablar —dijo con una voz suave que sorprendió a su tía y a su tío. Nunca vi los ojos de Francis tan grandes.

—Quiero ser parte de esta familia. Estoy listo para eso, pero quiero que entiendan algo. —les dijo, y entonces paro para verme. Su mano seguía entrelazada con la mía y asentí para tranquilizarlo.  —No quiero hablar de…. Ese día, no quiero hablar de él, no quiero hablar con un terapeuta. Yo quiero hablar de mi madre. De los buenos recuerdo, me gusta pensar en ella y he hablado mucho de ella con Emilio. El me escucha pero me gustaría compartir recuerdos con otras personas que la conocían y la amaban. Pero el resto….. No puedo. Dejé de hablar para protegerme. De mi y de todos los demás, eso..
Eso es como sobreviví. —se detuvo y espero un poco.

Ana se puso de pie y las lágrimas salían de sus ojos. —No vamos a hacer que hables de nada que tu no quieras Joaquín, lo prometo. Estoy…. —dejo escapar un pequeño sollozo —. Es bueno escuchar tu voz otra vez mi niño —dijo finalmente para abrazarlo con tanta fuerza y llorar en sus brazos.

Francis me miro y luego miro a Joaquín. —Creo que él es quien te alentó a que hables, el te necesitaba y sabía que lo podías ayudar, por lo que hablaste. Suena como algo que tu mamá habría hecho. — movió su atención hacia mi —Es igual que su mamá. Es especial, dulce. Pero fuerte. También ella sobrevivió a mucho. Y si esto —dijo señalando a ambos —Es más que una amistad ahora, entonces asegúrate de que estés listo para cuidar de el, tu le haces daño y yo te lo haré a ti. No importa quien seas.

El lo estaba protegiendo, tal como lo hacía un padre. Siempre me había gustado Francis Valdés, pero ahora había subido un escalón ante mis ojos.
Estaba siendo el padre que joaquin necesitaba. El único que le dieron destruyó su vida, ahora Francis lo protegía.

Asentí. —Si señor, se lo especial que es. Nunca le haría daño lo juro —no parecía convencido pero volvió a mirar a Joaquín. —Te quiero niño, amaba a tu madre. Perderla nos cambio la vida, pero sobre todo queremos ayudar a sanar, si nos dejas. Siempre fuimos y seremos tu familia Joaquín.

Una lágrima rodó por la cara de Joaquín, y tuve que
Luchar contra mi instinto de agarrarlo y consolarlo. Necesitaba hacer esto con ellos y yo no podía intervenir ahora.

—Gracias me….. agrada aquí, me gusta esta casa y todos ustedes. Me siento seguro y, no me había sentido así desde hace mucho tiempo. Gracias por darme un hogar.

Diego había estado con la cabeza gacha todo tiempo, no quería pensar que el estaría llorando.

Diego se puso de pie. —Estoy contento de que vinieras, así finalmente pude conseguir mi habitación en el ático —le dijo guiñando un ojo.

Joaquín río, y luche contra los celos que tuve al ver como otra persona lo hacía reír. Me encantaba su risa pero parecía que me volvía posesivo con el.

El ahora tenía una familia, una a la que iba  a permitir entrar. Joaquín no estaría en silencio nunca más.

Deje a Joaquín con su tía ir de compras para el almuerzo. Necesitaba llegar a casa por que mi madre quería que me despidierá de mi abuela. Logré esquivar a la mujer la mayoría del tiempo que estuvo aquí, la única vez que mi mamá no estuvo con ella fue en el partido de anoche.

Entré y me detuve cuando vi varias maletas en la puerta, algunas de ellas era de mi mamá. Mi abuela se encontraba sentada en el sofá.

—¿Mamá? —le grite en lugar de hablar con esa mujer

Mi madre vino con una bolsa de lona en su brazo. Ella parecía nerviosa e insegura y mi nudo en el estómago se hizo más fuerte, no me iba a mudar. No habíamos hablado de esto nunca.

—¿Qué está pasando? —Le pregunté con miedo a dar un paso mas en la habitación. Mamá no podía articular palabra, sólo me miraba con tristeza.

—Quería hablar contigo sobre esto antes de que te fueras está mañana, pero sólo te fuiste lo cuál está bien. Tienes una vida y yo no quiero meterme en ella, no quiero que tu vida cambie yo solo… —Ella miro a su madre y luego a mi. —necesito un descanso de aquí. No dejó de pensar en que tu padre va entrar por la puerta en cualquier momento, lo hecho de menos y estar aquí hace que me sienta mucho peor, me encantaría que fueras conmigo pero el fútbol no te lo permitían, Y Joaquín … Emilio sólo serán un par de semanas. Porfavor entiendeme, no puedo estar aquí sola con su memoria. —sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—¿Quieres ir con ella? —He estado con ella y eso no serían unas vacaciones, no era bonito. Estaría en el mismísimo infierno si ella si iba con su madre.

Ella asintió —Fue mi casa alguna vez Emilio, se que no tuviste buenos momentos ahí. Pero necesito algo para alejar los recuerdos los sentimientos de mi. —Esta era su elección y yo quería que fuera feliz. Odiaba pensar en su dolor mientras yo pasaba tiempo en la escuela, las prácticas y pasaba tiempo con Joaquín. La iba a extrañar pero yo no pensaba dejar la ciudad. —Tienes 18 eres un hombre ahora. Estarás bien aquí mientras yo estoy fuera. Tienes a tus amigos tienes a Joaquín, llámame y estaré aquí pero tengo que irme Emilio.… Tengo que hacerlo.

Hice lo único que podía hacer. Me acerqué y la abrace. Ambos perdimos A mi padre pero yo tenía a Joaquín y ella? Ella no tenía a nadie. Yo fui un idiota y la deje sola cuando más necesitaba, yo estaba lidiando con mí propio dolor y no pensé en el de ella.  —Te quiero mamá y te entiendo.

Ella aspiro y me abrazo con fuerza. —Yo también te quiero mi amor, te amo Y estoy muy orgullosa de ti Emilio.

Pero me dejaba papá nos había dejado y ahora ella me dejaba a mi.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora