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Capitulo 31》 desearía haber estado ahí

Joaquín

No vestía de negro. Ya había suficiente negro, suficiente tristeza.
No recuerdo mucho el funeral de mi madre, lo único que recuerdo es el negro. Odiaba todo el negro mi madre odiaba el negro decía que era apagado y que todos necesitaban un poco de color en su vida.

A el sr Osorio tampoco tampoco le habría gustado todo el negro. Le gustaba reír y buscar la alegría en la vida.
Eleji un pantalón blanco y por supuesto una playera amarilla. El amarillo me quedaba bien tenía que reconocerlo, el papá de emilio había aplaudido mucho mi estilo único de vestir y hoy iría como yo.

El tio, la tía, Diego y yo nos fuimos juntos al funeral. La mayoría de esas ceremonias en el sur se realizaban en las iglesias o las funerarias antes de que llevarán el ataúd a la tumba. Pero Emilio dijo que su papá no habría querido una ceremonia larga para que la gente llorara. Lo quería rápido y sencillo sin nada de lujos.

Aparcamos en la calle como toda la gente Y luego nos dirigimos a la gran carpa blanca donde la gente se comenzaba a reunir. Busque a Emilio hasta que nuestros ojos se encontraron. Se hallaba de pie junto a su madre viéndome acercarme. Hoy sería el día en el que por fin se haría realidad para el.

El funeral de mi madre no fue cuando lo comprendí, simplemente por que no me encontraba bien entonces mi mente se negaba a aceptar lo que presencié. Pero sabía que ver a su padre ser enterrado golpearia muy fuerte a Emilio y si me necesitaba, estaría allí.

Me hizo un gesto para que me colocará a su lado. No mire hacia atrás a mis tíos para asegurarme de que no habría problema con ello, seguro entenderían.
Camine junto a la fila de personas hasta que me hallaba lo suficiente cerca como para Emilio tomará mi mano. El simple agarre me dijo que no se encontraba bien.

-Me gusta tu playera - dijo inclinandose para susurrar cerca de mi oído -Te queda tan bien Es tan tu.

Levanté mi mirada

-A tu papá le gustaba la manera en la que me vestía decía que era único - una sonrisa triste se curvo en sus labios.

-Si, lo hacía estoy seguro que a él le encantaría.

Más personas llegaban Y venían a dar sus condolencias a Emilio y a su madre. Durante ese tiempo nunca soltó mi mano.
Cuando el ministro comenzó a hablar la madre de Emilio se hundió en la silla colocada detrás y lloro en silencio.

Sentí a Emilio temblar a mi lado cuando fue el momento de que dejará la rosa sobre el ataúd de su padre. Aparte mi mano y espere mientras caminaba y dejaba la rosa roja.

-Siempre serás mi héroe -dijo mientras miraba el ataúd, lo suficiente fuerte como para que pueda oírlo.

Cuando se giró y camino de nuevo hacia mi pude ver la expresión tensa en su rostro. Estaba conteniendo la emoción, que sabía lo estrangulaba al intentar mantenerse fuerte por su madre.

En el momento en que se acomodó a mi lado su mano tomo la mía.

No oi mucho lo que se dijo después de eso. Me hallaba demasiado centrado en Emilio y la forma rígida en que se encontraba parado, era como si se hubiese convertido en piedra, su agarra a mi mano era como Si se aferrara a mi por miedo a que huyera.

Estaba de acuerdo con ello no tenía ni la mínima atención de dejarlo.

Cuando el ataúd comenzó a bajar A la tierra, Emilio inhalo bruscamente y su madre se levantó y agarró su brazo apoyándose en el, el envolvió su brazo en ella Y la sostuvo.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora