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Cap 16- que mierda está haciendo conmigo

Emilio Pov
Cuando terminó el primer período me dirigí directo hacia mi casillero para esperar a Joaquín, No verlo esta mañana me tenía inquieto. Probablemente debería controlar mi necesidad de tenerlo alrededor; pero ahora mismo tenía mucha más mierda con la que lidiar, Me encontraba ligado a el, Eso no era algo malo.

Mientras caminaba por el pasillo, un brazo se envolvió alrededor del mío y sentí tetas presionarse contra mí.
Supe que era Serena antes de siquiera mirarla Ella estaba determinada a hacer un movimiento hacia mí ahora que en verdad terminé con María, Serena y Maria competían la una contra la otra por tanto tiempo como podía recordar.

Cuando Serena se encontró conmigo en mi casillero esta mañana, consideré dejar que me distrajera, Pero en los diez minutos que coqueteó conmigo ya comenzaba a ponerme nervioso. Su voz era demasiado aguda y batía sus pestañas tan malditamente tanto, que tenía miedo de que se cayeran; porque esas mierdas eran demasiado largas para ser reales, las mujeres empezaban a disgutarme tanto desde que conocí a probablemente el hombre más perfecto que vi.

-Tenemos juntos el próximo período Siéntate conmigo, Haré que la clase sea mucho más agradable -dijo mientras se inclinaba contra mí.

Sabía la clase de cosas que Serena hacía en clase para volverlas más agradables, Más de una vez la vi en acción, Pero no lo sentía, No hoy Solo necesitaba ver a Joaquín.

-Estoy seguro de que podrías -respondí, No iba a ser malo.

Simplemente necesitaba que retrocediera.

Se rio y me sostuvo más apretadamente, Me hacía sentir claustrofóbico No me gustaba la sensación de no poder respirar profundamente Y ¿en dónde se encontraba Joaquín?

Observé la multitud hacia nuestros casilleros Serena hablaba, pero ya no la escuchaba Joaquín de nuevo no se hallaba en su casillero, y mi inquietud empeoró.

Me detuve y miré hacia atrás para ver si se encontraba en alguna parte del pasillo, Pero no había señales de el -¿A quién buscas? - preguntó Serena, todavía unida a mí.

No iba a decirle, De inmediato estaría sobre el.
Pense en joaquin pensé en que no era lo suficientemente bueno para lo que Joaquín necesitaba. No podía ser ese chico, No era bueno en las relaciones y Joaquín merecía lo mejor.

Pero podía ser malditamente un buen amigo.

Mirando otra vez hacia el casillero y viendo que aún no había señales de Joaquín me liberé del agarre de Serena. -Tengo que irme, Necesito hacer algo No estaré en el próximo período -dije distraídamente mientras continuaba buscando en los pasillos, No era como si Joaquin no fuera a ir a su casillero ¿Qué hacía? ¿Solo cargando todos sus libros por ahí hoy?

Tan pronto como di vuelta a la esquina mis ojos cayeron sobre el, Se encontraba inclinado sobre la pared lejana, sacando libros de su mochila saturada.
Debería preocuparme por el alivio que sentí al verlo, Empezaba a necesitarlo demasiado.

El mordía su labio inferior y un ceño frustrado arrugaba sus cejas, Dejó salir un jadeo y enderezó para acomodar su cabello que se encontraba despeinado. Justo mientras volteaba de reojo, su mirada se encontró con la mía.

Sus ojos brillaron brevemente con felicidad y eso solo agrando mi sonrisa, Pero luego los cerró con rapidez y me dio una sonrisa tensa antes de volver a inclinarse sobre su mochila y meter velozmente todos esos libros que acababa de sacar. ¿Qué hacía?

Me dirigí hacia el y me puse en cuclillas para que estuviéramos al mismo nivel, Le observé estudiar mis pies por un momento antes de que lentamente elevara su mirada para encontrarse con la mía. Sus mejillas se volvieron rosas.

-Tienen esas cosas llamadas casilleros, Evitan que tengamos que llevar montones de libros todo el día, Deberías revisar el tuyo -bromeé, queriendo que su sonrisa falsa se volviera real.

¿Se sentía extraño porque hablamos hasta quedarnos dormidos anoche? No podía imaginar cómo el chico con el que hablé hasta dormirme, ahora me evadía. Porque ahora que lo encontré y vi la manera en la que trataba de no mirarme, supe que no fue a su casillero por mi culpa.

-En serio Joaquin déjame llevar esta mochila hasta tu casillero y descargar estas cosas, Es demasiado pesada para que la cargues por ahí Voy a tener que llevarte a mi quiropráctico si haces esto todo el día - la gente no lo miraría mal tan solo somos amigos, los amigos hacen eso cierto?.

Cerró su mochila y se levantó, Hice lo mismo. Pero antes de que la pudiera recoger la tomé. -Vamos -dije colocando mi mano en su espalda baja y moviéndolo a través de la multitud hacia nuestros casilleros.

Me dejó guiarlo y me gustó la manera en que se sentía colocar mi mano sobre el de ese modo. Había puesto mi mano sobre chicas antes pero nunca se sintió así, El era diferente de verdad lo era y no podía aguantar las ganas de gritarle que mierda está haciendo conmigo y por que me hacía sentir estas cosas. Se sentía Casi como si estuviera asegurándome de que todo el mundo supiera que Joaquín era mío. Lo cual era ridículo, porque no era mío, era mi amigo. No me pertenecía.

Sin embargo, la idea de que fuera mío aparentemente me atraía lo suficiente como para que mi corazón se acelerara ante el pensamiento Pero no, Tenía que calmar esta mierda. Me sentía emocional y hecho un desastre Joaquín era mi paz en la tormenta, No podía confundir eso con algo más y arruinarlo todo.

Tenía memorizada su combinación desde que lo ayudé la semana pasada, La puse de memoria sin siquiera darme cuenta. Abrí su casillero rápidamente luego comencé a llenarlo con los libros de su mochila. -

¿Con cuáles necesitas quedarte? -pregunté mirándolo.

Dio un paso más cerca de mí y la esencia de vainilla vino con el. No me moví, Me quedé en donde estaba e inhalé No olí perfum. Solo... Joaquin.

Agarró un libro de texto de su casillero y extendió su mano hacia la mochila que tenía en mis manos, Sacó un cuaderno y retrocedió. Su olor permaneció y terminé alejando su mochila mientras me decía que tenía que dibujar una línea con el, Querer olerlo cada vez que me hallaba cerca no iba a ser genial.

Una vez que tuve sus libros ahí, cerré su casillero y giré en su dirección. -¿Vas a decirme por qué no viniste esta mañana a tu casillero?

-Aún no sabía si iba a hablarme ahí Donde las personas podían vernos.

Inclinó su cabeza y alcanzó su mochila, Cuando finalmente me miró se encogió de hombros.

No hablaba.

Eso estaba bien, Si solo quería hablarme cuando nos encontrábamos solos podía lidiar con eso, Simplemente necesitaba estar más a solas con el, Lo cual dado lo mucho que me atraía, podría resultar difícil. Saber cómo se sentían sus labios y el intentar acercarme lo suficiente para inhalar su esencia; eran dos razones que demostraban que estar a solas con Joaquín no iba a ser fácil.

Mierda, Tenía que controlarme Quizás Serena era algo bueno, Ella sabía el resultado No iba por nada más que sexo y los derechos de fanfarronear.

Extendí mi mano y acomode el mechón de cabello que se despejó hacia un lado contrario.

Cuando lo miraba o tocaba, era difícil querer ser alguien más.

-Te extrañé esta mañana, Esperé verte por los casilleros Cuando no viniste, eso me trastornó -expliqué y nose por que se lo dije sólo salió, sentí la necesidad de que lo supiera.

Una nueva suavidad en su expresión transformó su cara de regreso a la Joaquín de anoche, Esa que confiaba en mí. Me gustaba esa mirada.

Dio un paso hacia mí y su mano rozó suavemente la mía, no una sino dos veces, antes de que me sonriera Mi pecho se apretó Luego se dio la vuelta y se alejó.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora