06

11.4K 975 126
                                    

Cap 6- La deje disfrutar

Emilio pov
Maria no esperaba en mi casillero cuando llegué hoy. Era un alivio no tener que lidiar con ella. esta mañana estuve desde las tres con mi papá. Se enfermó de nuevo y yo me desperté con el sonido de mi madre corriendo por el pasillo para buscarle un vaso de agua.

Fui a ayudarla y todos nos quedamos despiertos juntos. Tenía miedo de dormir. ¿Qué pasaría si me fuera a la cama y esos fueran los últimos minutos que tuviéramos juntos? Se hallaba tan flaco y tan débil. Los doctores no podían hacer nada más. El mes pasado lo enviaron a casa sin esperanzas. Simplemente medicación para el dolor para aliviarlo.

Enfrentarme a la escuela como si mi vida no se estuviera desmoronando no era fácil. Y fingir que quería a María cerca de mí no era algo para lo que yo tuviera paciencia en este momento.

Empecé a sacar mis libros cuando una bonita mano delicada tocó el casillero al lado del mío. Era joaquin. Alguien que seguía encontrando una manera de entrar en mis pensamientos. Incluso aunque estaba jodidamente intentando olvidar cómo me miraba, como si viera algo más profundo que el imbécil que le mostré. O cuán perfecto se sintió en mis brazos.

Alcé la vista para ver su perfil mientras examinaba el candado y ponía la combinación. De verdad era algo que mirar.

Con un pequeño giro de su cabeza, me miró antes de volver a inclinarse hacia su casillero. Me quedé allí, esperando a que abriera, pero luego de tres intentos todavía no lo consiguió.

-Muévete. Déjame a mí -dije-. ¿Tienes la combinación?

El me dio su completa atención. Luego me entregó su celular. Bajé la vista para ver su combinación en la pantalla. -Gracias. Ahora retrocede.

Cuando estuvo fuera de mi camino, ingresé la combinación rápidamente y abrí su casillero. -Ahí tienes -dije, justo mientras su teléfono vibraba en mi mano. Bajando la vista, vi el rostro de Eduardo y el mensaje Buenos días.
¿Qué demonios? ¿Por qué eduardo le enviaba mensajes y cómo demonios tenía una foto de él en su teléfono? Diego dijo que estaba fuera de los límites.

Sostuve el teléfono para que joaquin lo agarrara. -Hay un montón de cosas en juego este año para ganarle a State. No podremos hacerlo si el primo de nuestro mariscal está jugando con el equipo de futbol y jodiendo nuestra confianza. Apártate. -Soné más duro de lo que planeé, pero a la mierda. Estaba agotado.

Arrancó el teléfono de mi mano y me fulminó con la mirada. Todo el punto de actuar como un imbécil era que el me odiara y se mantuviera alejado. Pero ver ese destello en sus ojos me hizo querer retirar la mierda que acababa de salir de mi boca. Enojado conmigo mismo, giré y me alejé. En realidad, estaba enojado con Eduardo . Eduardo, debería haber corregido. No joaquin. Ya me aseguré de que mantuviera su distancia. Ni siquiera me miraba a los ojos ahora. No tenía que seguir siendo tan cabrón con el. Pero la verdad era que si no actuaba como un idiota a su alrededor todo el tiempo, podría olvidarlo y decir algo que no debería. Algo verdadero.

Eduardo caminaba en mi dirección mientras me dirigía a mi primer periodo. Sabía que iba a buscar a joaquin, Era una mierda. Diego dejó malditamente en claro que no quería que ninguno de nosotros se acercara a su primo. Por culpa de su estúpida decisión de ignorar la petición de Diego, me hizo tomármelo con el.

-No lo hagas -gruñí, y extendí mi mano para agarrar el brazo de eduardo cuando pasaba por mi lado-. Diego no quiere esto y tienes que respetar eso.

Eduardo se tensó bajo mi mano y soltó su brazo. -No te pregunté, osorio

-espetó, luego continuó hacia joaquin.

No podía preocuparme por esto. No era algo que pudiera controlar. Si eduardo quería hacerlo, entonces me aseguraría de que pagara por ello hoy, en el campo. Todos lo haríamos. Y si no podía caminar la noche del
viernes, entonces yo haría su parte. Podíamos ganar este juego sin su trasero estúpido.

Pero no podíamos ganarlo sin Diego. E íbamos a ganarlo. No iba a decepcionar a mi papá.

Parece que la noche anterior maria se acostó con Jackson Hughs, el único verdadero jugador de balón pie que teníamos en Lawton High. Se mudó de algún lugar al norte donde se preocupan por esa mierda. Así que ahora se hacía un lugar por Lawton en balón pie.

-No me importa -respondí honestamente. La primera vez que los vi juntos esta mañana en mi camino al primer periodo, paré y esperé a que el dolor llegara. Demonios, esperé a que llegara cualquier cosa. Después de todo, estuve con maria de a ratos por un año. Pero nunca sentí nada. Ni una maldita cosa.

-¿De verdad? Ustedes estaban uno encima del otro ayer en el pasillo -me recordó lai.

-Ella estaba encima de mí, así que la dejé disfrutar. -Esa era la verdad, casi. En realidad, sólo necesitaba la distracción que ella representaba. También estuve intentando borrar el recuerdo del beso de joaquin . Me perseguía y, demonios, era difícil de olvidar.

Lai rio. -María sigue mirando hacia aquí. Está esperando una reacción de tu parte.

No iba a conseguir ninguna. Me encogí de hombros y abrí mi libro de texto.

-Eso es frío, osorio Como, verdaderamente insensible. Por eso eres un monstruo en el campo. Simplemente no te importa una mierda. -Si tan sólo supiera. Sí me importaba algo. Algo que me partía en dos.

-Nada de lo que preocuparme -respondí.

-Eduardo dijo que estabas enojado con él por hablarle a el primo de Diego. Le dije que tenías razón.

Esta vez, en verdad giré mi cabeza para mirar a lai. -Voy a terminar con eso esta tarde en el campo.

-- lo vas a dejar caminado en 2 piernas?

-No.

Lai rio. -Voy a Instagramear esa mierda.

El señor Halter entró en la habitación y comenzó a darnos instrucciones de lectura. Gracias a Dios, dormiría una siesta en esta clase.

-Mi mamá me dijo que ese chico vio a su papi matar a su mamá - susurró lai, inclinándose hacia mí-. Eso está jodido.

¿De qué demonios hablaba?

-¿Eh? -pregunté mientras volví a girarme hacia él.

-El primo de Diego. No habla porque vio a su papi dispararle a su mamá. Él está en prisión o en sentencia de muerte o algo. Mi mamá dijo que ahora el está chiflado.

Mi estómago giró y se retorció. No quería creer eso. No para Joaquín. Diablos, para nadie, pero especialmente no para joaquin. Era amable. No se descargaba ni maltrataba a nadie. Ni siquiera a mí, a quien debería haber cacheteado por lo menos tres veces ahora. No había enfado detrás de su mirada. Sólo una soledad que yo quería ignorar. Pero lo que lai decía... Ese tipo de horror podría arruinar a una persona completamente.

La madre de Lai era famosa por sus chismes y creía que sabía todo de la ciudad. Quería que estuviera equivocada en esto. Pero, ¿y si era verdad? ¿Cómo vivía con ese tipo de pesadilla?

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora