capitulo 28: no se han ido Emilio
Envié a Joaquín a casa con los Valdés a las diez. No quería dejarme, pero necesitaba dormir Mamá y yo dormiríamos aquí. Francis prometió traerlo de vuelta a primera hora de la mañana. Fue mi roca hoy Dejarlo ir no fue fácil, pero veía el cansancio en sus ojos.
A las cuatro cincuenta y tres de la mañana mi padre tomó su último aliento. No había dormido, No podía. Sin embargo mamá sí, por lo que la desperté antes de que las enfermeras llegaran. Lo besó en el rostro y le dijo que lo amaba una y otra vez a continuación se acurrucó en mis brazos y sollozó.
Mientras la sostenía allí y veía como las enfermeras comenzaban a desconectar todas las máquinas, me despedí en silencio. Del mejor hombre que alguna vez conocí. Luchó duro pero al final sabía que no podía aguantar más. Le prometí que me encargaría de mamá y que no lo defraudaría.Cuando llegó la hora de irnos sostuve a mi madre en mis brazos y caminamos por última vez por esa puerta. Seguimos nuestro camino por el pasillo hasta la puerta de la sala de espera. La abrí esperando que estuviera vacía.
Pero no Diego, Emannuel, lai y Eduardo se encontraban ahí en diferentes sillas sentados o desplomados, se encontraban dormidos
No se marcharon aunque les pedí que fueran a casa, estos chicos no lo hicieron.Habíamos sido amigos y compañeros de equipo desde que éramos niños, pero más que eso.... éramos una familia.
-Voy a llamar a tu abuela, querría saber. Ve a despertar a los chicos y a decirles.
Mi abuela nunca venía por aquí fuimos a visitarla por años, pero era una vieja rica y aburrida que miraba por encima del hombro de la vida que mi mamá eligió. Mi abuelo falleció de un ataque al corazón cuando tenía 5 años, no recuerdo mucho, eran los únicos abuelos que conocí.
Mis abuelos por parte de mi padre murieron en un accidente de coche, el era hijo único al igual que mi mamá.Me sentía adormecido, casi como si no fuese real. Como si fuera a ir a casa y el estaría allí, esperándonos, esperando a que mamá le hiciera ese pastel de carne y me preguntase sobre mi día.
Era imposible comprender que se había ido.
Primero fui donde Diego, quien se desplomó en una silla con la gorra de béisbol tirada sobre el rostro. Se movió al minuto en que le toqué el hombro Poniéndose la gorra de nuevo en la cabeza, levantó la mirada. No tuve que decirle nada el Lo supo.
Parándose me abrazó.
-Lo siento, amigo De verdad lo siento.
Asentí y se apartó para ayudarme a despertar a los demás. Cada uno me dijo cuánto lo sentía y que si necesitaba algo, los llamara. Harían lo que fuera. Les di las gracias por quedarse y les dije que los llamaría cuando supiera los arreglos del funeral.
Diego fue el último en seguirlos fuera. Se detuvo y me miró.
-¿Quieres que despierte a Joaquín y le diga? Puedo traértelo si... lo necesitas.
Negué con la cabeza. Necesitaba llevar a mamá a casa y acostarla y Joaquín necesitaba descansar. Ayer se quedó conmigo más de diecisiete horas sin dormir.
-Cuando se despierte, dile que me llame.
Diego frunció el ceño. Le dije que le dijiera que me llamara no que me enviara un mensaje. Se encontraba confundido. Afortunadamente no preguntó, solo asintió antes de girarse y marcharse.
Dejé que las palabras de Joaquín se repitieran una y otra vez en mi cabeza, diciéndome que era fuerte. Lo superaría. Entonces fui a buscar a mamá y la llevé a casa.
Después de que mamá se quedara dormida me metí en la cama y dormí. El atontamiento aún no me dejaba. Incluso al regresar a casa y sin él ahí no lo asimilaba. De momento aproveché eso.
Dormí por más de catorce horas. Había oscurecido cuando por fin abrí los ojos Oí a mamá hablar con alguien y darle las gracias por la comida. Debió haber sido el golpe en la puerta delantera lo que me despertó.
Levantándome, cogí una camisa y me la puse entonces salí del cuarto para ver cómo se encontraba. Tenía la esperanza de despertar antes que ella. No tenía intención de dormir todo el día.
Mamá se dirigía a la cocina con una cacerola en las manos. Se dio la vuelta para mirarme
y los círculos oscuros bajo sus ojos me preocuparon.
-Miriam nos trajo algo de cenar. Muy amable de su parte -dijo mamá, forzando una sonrisa.
Miriam era la madre de Emmanuel. Siempre fue amable con mamá, Aunque nunca fueron amigas cercanas. Miriam tampoco socializaba mucho con las otras mujeres en de aqui Pero por las veces en las que estuve en casa de Emmanuel, sabía que era una señora agradable.
-¿Vas a comer? -le pregunté, esperando que dijera que sí. No me apetecía comer mucho pero sabía que tenía que hacerlo.
Se encogió de hombros y luego se secó los ojos.
-Aún no tengo hambre.
-¿Cuándo fue la última vez que comiste? Se encogió de hombros otra vez.
Me moví alrededor de la barra, puse mi brazo alrededor de sus hombros y luego la obligué a ir a la mesa.
-Siéntate. Vas a comer, Ambos lo haremos Tenemos que comer.
Se sentó de buena gana. Agarré dos platos y repartí un poco de lasaña casera.
Dejé el plato frente a ella, luego coloqué un tenedor y una servilleta al lado antes de conseguirnos bebidas.
Una vez que tuvo todo sobre la mesa me sente en la silla.
-Él querría que comiéramos. Le prometí que me encargaría de ti.
Ayúdame a mantener mi promesa.
Mamá sollozó de nuevo y asintió. Esperé hasta que tomó un bocado de su comida para comer Comimos en silencio. La lasaña estaba muy buena y una vez que comencé a comer, me di cuenta de que me hallaba hambriento. Fui y me serví otro plato incluso antes de que mamá se hubo comido la mitad del suyo.
-Voy a tomar un baño y volver a la cama -dijo en voz baja- Tengo algunas de esas pastillas para dormir Creo que tomaré una. No pude dormir mucho hoy, No puedo detener mis pensamientos, no puedo dejar de extrañarlo.
Puse mi segunda porción en la mesa y me acerqué para darle un beso en la cabeza.
-Vamos a extrañarlo. Siempre lo extrañaremos Pero nos tenemos el uno al otro y lo superaremos. -Podía escuchar el apoyo de Joaquín mientras las palabras salían de mi boca. Sin el las últimas tres semanas ¿habría sido capaz de decir eso? ¿Habría ayudado a mamá a superarlo? Lo dudaba.
Mamá se acercó y me dio unas palmaditas en el brazo.
-Gracias -susurró poniéndose de pie y luego se dirigió a su habitación.
Bajé la mirada a mi plato y ya no tuve más hambre.
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MI VOZ / EMILIACO /AU
FanfictionSi, su sonrisa era hermosa, pero no era real era sin vida y falsa. ¿nadie veía eso ? ¿fui el unico ? 13 agosto 19 /#421 Amor 15 agosto 19/ #10 Emilio 16 agosto 19/ #1 joaco 16 agosto 19/ #1 osorio 28 agosto 19/ #1 Joaquín 28 agosto 19/ #1 Joaquín b...