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capitulo 18 : no eramos tan graciosos

Narra Emilio

Era día del juego, Solía amar los viernes durante la temporada de futbol. Papá siempre me levantaría y comeríamos el desayuno juntos mientras hablábamos sobre las jugadas y lo que necesitaba hacer para ganar.

Esta mañana me desperté con un repiqueteo de trastes en la cocina, Salté y bajé corriendo por el pasillo para encontrar a mamá en medio de una pila de platos rotos. Lágrimas habían estado corriendo por su cara mientras levantaba la mira hacia mí.

-Estaba intentando -aspiró- hacerte el desayuno, No pude alcanzar la repisa superior Tu papá siempre alcanzaba la plancha de waffles para mí, Me resbalé y jalé la segunda repisa conmigo-Otro sollozo sacudió su pecho.

Fui hacia ella y la jalé en un abrazo.

-Mamá, vuelve allá y quédate con papá. Puedo preparar mi propio desayuno, Limpiaré esto, Te necesita con él.

Ella asintió contra mi pecho y volvió a sollozar Así fue como empecé mi día.

Llegar a la escuela y ver a Joaquin era todo en lo que podía pensar mientras besaba para despedirme la mejilla de mamá y luego besé la frente de papá y le prometí que ganaríamos a lo grande esta noche, Le contaría todo al respecto cuando llegara a casa.

Mi pecho dolía, y mi garganta se sentía apretada pero sabía que si podía ver a Joaquín si pudiera escuchar su voz, estaría bien. Llamarlo no era una opción porque el habría estado en la camioneta de Diego y no hablaría enfrente de él. Así que tuve que verlo esta mañana y verlo a solas, Antes de que me rompiera completamente.

La camioneta de Diego ya se encontraba estacionada afuera en la escuela cuando yo llegué, Jamás estuve más agradecido de verlo en mi vida. No perdí tiempo hablando con personas que dijeron mi nombre, Tenía que llegar a mi casillero a Joaquín.

Cuando vi la parte de atrás de su cabello mi pecho se alivió un poco, El estaba aquí. Me concentré en el mientras caminaba por la multitud, necesitando recordarme a mí mismo que podía hacer esto. Podría atravesar esto. Joaquin estaba conmigo.

-Oye -dije casi sin aliento cuando llegué a nuestros casilleros. Esperé a que se diera la vuelta y me mirara, Era extraño como la sola promesa de verlo hacía las cosas verse mejor.

Cerró su casillero y luego se volteó para enfrentarme, La sonrisa en sus labios cayó lentamente mientras estudiaba mi cara, Lo sabía. Sin que yo dijera una palabra sabía que lidiaba con algo de mierda. Eso era algo que necesitaba de el, Su comprensión sin que tuviera que explicarle.

Su mano de deslizó sobre la mía mientras me miraba con una gentil fuerza que era simplemente Joaquín, Le di la vuelta a mi mano y enlacé mis dedos a través de los suyos. Luego el apretó mi mano fuertemente aunque empequeñecía la suya.

-Estoy aquí -susurró Joaquín apenas moviendo sus labios.

Eso era lo que necesitaba, La opresión en mi pecho se alivió y pude respirar profundamente de nuevo.

-Mala mañana -expliqué, aunque el ya lo había adivinado.

Asintió y su pulgar se frotó contra mi mano, Me gustaba la manera en la que se sentía tener su palma presionada contra la mía. Todo lo que dudaba de mí mismo, de mi habilidad para lidiar con esto de la vida... el lo organizó con un solo toque.

Se aproximaron los chicos del equipo detrás de un escándalo y ruido por el partido de hoy.
Eso hizo que joaquin soltara rápidamente mi mano y siguiera su paso, verlo irse me dolía lo necesitaba y no tenía el suficiente puto tiempo.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora