39 [MARATÓN 1/4]

10.4K 854 313
                                    

Cap 39 - ¿Vas a poseerme?

JOAQUÍN

Escuchar a Emilio sonreír y hablar con sus amigos mientras me sostenía en sus brazos era perfecto. Era exactamente como quería Que mi primera experiencia fuera. No lo podía imaginar de otra manera.

No llegamos a quedarnos hasta tarde como los demás, después de una hora o algo así Emilio estaba listo para marcharnos. Sabía que no iríamos a casa aún, y yo estaba feliz de ir con el a donde el quisiera. Discutimos sobre lo que se considera buena música mientras nos dirigimos al acantilado, le gustaba la música urbana, mientras que yo prefería el pop de todo tipo.

Cuando finalmente aparcamos en nuestros lugar, se acercó y apagó la radio antes de tomar mi rostro en sus manos Y besarme como si fuera algo precioso.
Este era mi tipo favorito de beso. Me encantan todos, pero cuando el me besaba así me hacía sentir como si nada podría hacerme daño jamás otra vez.

Me perdí en su toque y no fue hasta que rompío el beso que abrí los ojos y recordé que no flotaba en una nube.

-¿Me quieres contigo cuando le digas a tus tíos que hablaras de nuevo? -era una pregunta pero se escuchaba más bien como un ruego. Quería estar ahí conmigo eso era importante para el, eso me hizo amarlo aún más.

-Si -conteste.

Dejo escapar un aliento que se había aguantado desde que me hizo la pregunta. -Bien, estaría preocupado su no estaba allí. Quiero estar ahí para ti Joaquín yo no.... -se detuvo y dió un vistazo a las luces de la ciudad. -No quiero que te sientas como si siempre tienes que ser mi fuerza, también quiero serlo para ti. -me miro a los ojos. -Quiero significar para ti lo que tu significas para mi.

Eso no fue un "Te amo" pero estaba suficiente cerca. Esa última frase dijo más de lo que sabía, me di cuenta de que se preocupaba de no ser importante para mi una vez que comenzará a hablar con otras personas.

Extendi la mano y tome su rostro. -Antes de ti.. nunca sonreí, nunca reí había olvidalo como se hacía. Estaba sólo y no conocía nada. Pero tu me salvaste. Me haces sentir preciado, necesario, querido, único. Me trajiste de vuelta y me diste razones para volver a reír. Nadie podría significar para mi lo que tu significas.

Emilio sonrió como un niño a quien le dieron su primer caramelo, y entonces me sostuvo contra el con tanta fuerza que no podía respirar. No me quejaba pero cuando bajo su fuerza, tome una respiración profunda.

Me miro durante unos minutos mientras deslizó su mano por mi pierna. -¿Cómo estás...... ahí?- Pregunto acariciando mi pierna. Y mi estómago comenzaba a hormiguear, al principio no entendí su pregunta pero pude entenderla al final.

-Ah, no... no duele más -Le respondí mientras volteaba mi cara hacia la ventana para que no llegase a ver mi rostro lleno de vergüenza.

-No quiero que pienses que esto... que esto es los que somos.. Que tú... que yo. Quiero decir he tenido este tipo de relaciones, y contigo es diferente, literalmente. Pero lo que tenemos es mucho más que eso, quiero que siempre sepas que eres mucho más. Así que si quieres parar y no volver a hacerlo... lo entenderé, estoy bien incluso con sólo abrazarte.

Estaba preocupado de que yo pensara que sólo quería sexo. Se estaba envolviendo con tanta fuerza alrededor de mi corazón, me temía que demasiado. Demasiado rápido pero no lo detendría.

-Quiero que seamos más -conteste-. Pero me gusta esto -emilio dejo escapar un pequeña risa- ¿vas a poseerme? —los dos reimos.

Me estire y tome su mano para pasarla en mi entrepierna.

-Quiero más de esto contigo Emilio -Le dije casi susurrando.

La mano fuerte de Emilio se adentro a mi pantalón y comenzó haciendo algunos movimientos, arqueé mi espalda por lo repentino que fue. Se aferró a mi mientras besaba mi cuello diciéndome lo perfecto, hermoso y especial que era. Nunca dijo te amo, pero yo tampoco.

Al terminar nuestro encuentro volvimos al auto para tomar el largo camino a la casa de mis tíos.

Horas más tardes me metí en mi cama, cuando Emilio subió atravez de mi ventana. Abrí los ojos y vi como se quitaba su playera y algunas otras muchas cosas, mientras subía a mi cama junto a mi. Cuando me recoste en su pecho beso la coronilla de mi cabeza. -Un día voy a hacerte el amor en una cama -Susurró.

Me quedé dormido pensando en Emilio y yo haciendo algo más interesante que sólo dormir en mi cama.

Cuando desperté a la mañana siguiente Emilio ha se había marchado. Enterré mi cabeza en la almohada en la que había estado durmiendo, definitivamente conservaba su olor.

Me levanté y me fui a vestir para poder bajar a desayunar, además quería decirla a la tía Ana que quería hablar con la familia el día de hoy, una vez que garantizará una hora exacta le diría a Emilio.

Hoy era un gran día para mi, hoy me dejaría de esconder. Me gustaría tener relación normal con mi familia.
Estaba emocionado por eso pero también asustado, de lo que preguntarán, asustado de que me hicieran hablar de ese día. No quería describir ese día de nuevo.

Tener a Emilio a mi lado mientras lo decía me ayudaría mucho, y eso explicaría mucho sobre mi relación con el. Pero les tenía que dejar en claro que no hablaría sobre ese día ni con ellos ni con nadie. No quería hablar de mi padre nunca, si querían hablar de mamá y sus recuerdos, podría hacer eso.. de echo lo necesitaba.

Estaba listo.

Diego se encontraba sentado con el cabello un poco despeinado, una pijama a cuadros y tomando su taza de café mientras tenía el periódico abierto en la página de deportes.

La tía estaba en el bar de la casa, aparentemente haciendo una lista de cosas necesarias para la casa. Iría la mercado, conocía esa lista.

-Buenos días Joaquín. Me avergüenza decir que no he preparado el desayuno, tengo que ir al mercado rápido por que nos quedamos sin nada.
Ahora tendrás que desayunar talvez cereal, o podrías hacerte un emparedado creo que hay un poco de fruta fresca también.

Estaba bien con un tazón de cereal de eso había sobrevivido cuando viví con jorie.

Me acerqué a la tía Ana y le entregue la nota que había escrito para decirle que necesitaba hablar con ellos, pense que venir y hablarles sería un poco impactante. Quería hacerlo tranquilo y con tiempo, no especifique en la nota de que quería hablar con ellos.
No quiero ir a un consejero, terapeuta o psicólogo a donde sea que me quieran mandar. Había estado diez años en ellos y no ayudaban, me atrevo a decir que incluso lo empeoraban todo.

La tía fruncio el ceño -Claro cariño, podemos hablar ahora si quieres. -me dijo.

Diego levanto la cabeza y nos vio -¿Hablar de que? -Pregunto.

-Joaquín quiere hablar con nosotros de algo -dijo mirándolo fijamente para luego volver su mirada a mi. -Aquí, puedes utilizar mi pluma. -me extendió su pluma.

Negué con la cabeza. Señale la nota donde decía que necesitaba hablar con ellos tres.

Su ceño se fruncio. -Esta bien, déjame buscar a tu tío Francis. Esta afuera cortando el césped.

Me dio unas palmaditas en el brazo y camino hacia la puerta principal, no me iba dar tiempo de llamar a Emilio así que en cuanto se fue tome mi celular y llame a su celular, no le mandaría un mensaje probablemente se encontraba dormido.

Pero el contesto al primer timbrazo.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora