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CAPITULO 46 - Quiero pertenecerle

EMILIO

Eduardo entró a la clase justo cuando tocó la última campana, sus ojos escanearon el lugar hasta que me encontraron. Lo vi acercarse a mi con su ceño fruncido, no había un asiento vacío a mi lado pero se detuvo en un chico y lo convenció de que se moviera antes de tomar su asiento.
Lo mire y el volteó su atención hacia a mi.

—Hubo un…. problema en los casilleros.. Pero me encargué de eso, el está bien —Susurró Eduardo.

Mi pecho se apretó y enrrolle mis manos en puños —Explica —dije, sin importarme una mierda si alguien me escuchaba.
Ya estaba listo para irme a encontrar a Joaquín, el hecho de que se suponía que debía estarle dando espacio era la única cosa manteniendome en mi a siento.

—María…. 

No necesité escuchar más. Me puse de pie y camine hacia la puerta.

—¿A dónde cree que va, Sr. Osorio? —pregunto el profesor.

—Me siento mal —respondí antes de abrir la puerta y salir. Debería de haberle sacado más información a Eduardo, Pero mi instinto de ir a buscar a Joaquín y asegurarme de que estuviera bien era más fuerte.

Empecé a caminar hacia la clase de Joaquín cuando la puerta se abrió nuevamente detrás de mi.

—Emilio, espera —grito Eduardo.

—Voy a buscar a Joaquín —conteste sin detenerme.

—Él esta bien, yo me encargué de eso —fue su respuesta.

—¿María lo toco? ¿Le dijo algo? —mi voz subía poco a poco por la idea de alguien haciéndole daño a Joaquín.

Eduardo no respondió. Ahí estaba mi respuesta.

—Ella estaba defendiéndote en su propia manera loca. Las féminas en esta escuela han llegado a la conclusión de que Joaquín es el enemigo, ya que el rompió contigo. Seguramente haz escuchado las conversaciones hoy, iba a pasar de cualquier manera alguien iba a confrontarlo, si no es que todos.

Eso me hizo determe —¿Que?— le pregunté incrédulamente.

—¿Qué quieres decir con "qué"? —parecía confundido —¿Qué están diciendo? ¿las chicas?

Asenti.

—Mierda de Joaquín. Él  no está respondiendoles mantiene su cabeza baja, sólo lo acompañe hasta su clase y le envié un mensaje de texto a Diego para que lo buscará y lo acompañará en el almuerzo. El chisme morirá pronto.

—Espera —lo detuve mientras mi estómago se retorcio y la irá camino por mis venas —.¿Estas diciendo que la gente ha estado hablandole mierda a Joaquín todo el día? ¿Por mi culpa? —Eduardo asintió. 

Explote —¡Maldita sea! —grite y me eché a correr hacia la clase de Joaquín.

—Pensé que los habías escuchado —vociferó Eduardo.

Si los habría oído, los hubiera callado.
¿Qué pensaba que haría? ¿Dejarlos hablar de Joaquín? ¿Enserio? ¿Mis propios amigos siquiera notaban que estaba enamorado de el?

Me detuve en la puerta del salón de clases en el que él estaba y respire profundamente, mis emociones estabas descontroladas. No había sido mi intención causarle dolor, sin embargo era lo único Que parecía  capaz de hacer. Me estaba aferrando a él sin considerar el echo de que tenía sus propios demonios que enfrentar. Me necesitaba y todo lo que yo había hecho era tomar de él. 

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora