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CAP 4 - una mirada a sus labios hinchados y tendría una razón para volver a él

EMILIO.

—¿donde está Diego? —pregunto Eduardo mientras se sentaba en la mesa de la cafetería.

—No lo he visto, probablemente con ese primo guapo que tiene —le contesté, tratando como si no lo hubiera tenido en mis brazos mientras sus besos me conmocionaban por completo.
Malditasea ese beso había sido dulce, sus manos en mi pecho y su cuerpo tan cerca al mío. Por ese único momento fui capaz de olvidar.
No había pensado en mi vida Y a lo que me enfrentaría en cualquier momento al llegar a casa.

Pero entonces había hecho un pequeño gemido Y me saco de mi delirio, el chico no podía hablar y yo lo presionaba contra un árbol y tomando lo que necesitaba. Dios, yo era un monstruo, el no merecía eso.

Había decidido alejarme de el, así que lo solté y me alejé. Nisiquiera fui capaz de mirarlo  cuando me aparte, una mirada a sus labios hinchados por el beso y tendría otra razón para volver a él. 

Por no hablar de que si Diego se enteraba de que había besado a su primo acabaríamos dándonos una paliza. Me lo merecía de seguro, el era demasiado lindo para mi.

—Es cierto, no puede hablar estuve en el segundo periodo con el. —dijo Santiago.

—Imaginen un chico que luce así y no puede quejarse debe ser perfecto —agregó lai en tono de burla y metiéndose en la conversación.

Eduardo que se encontraba sentado en la mesa salto —No seas idiota, es el primo de Diego —sonaba molesto, había visto la forma en la que lo miraba está mañana, Eduardo comenzaba a encariñarse con Joaquín, y si era honesto conmigo mismo…. No me gustaba eso.

—El estuvo en la fiesta el viernes, Diego dejo claro que se hallaba un poco mal mentalmente y que no era alguien con quien no le gustaría que nos metieramos —añadió Emmanuel, evitemos esos comentarios tan fuera de lugar chicos. —no es sólo mudo, si no que su mente no está bien.

Eduardo estudio un minuto Emanuel como si estuviera mintiendo —No parecía loco.

Concorde con el, Joaquín no se encontraba mal de la cabeza, eso lo sabía. Diego se inventaba esa mierda. El muchacho era inteligente, sus ojos fueron suficiente para demostrar eso. Había rabia y decepción en ellos cuando me miro, me había visto en mi peor momento y quería que lo hiciera, después de ese beso quería que se mantuviera alejado de mi.

Si verlo en la fiesta envió una sacudida de Alivio a mi cuerpo. Pero me permiti notarlo sólo un momento antes de poner fin a la misma. En ese momento no podía hacer frente a cualquier cosa excepto mi familia.

Emmanuel todo los ojos —¿y sabes esto Por que? ¿Hablaste con el?.

—Lo que sea, ¿podemos hablar de algo más interesante? —Se quejó lai.

No añadí más a la conversación por que soy sensato, pero también por que lo conocía. Había sido como si el hubiera visto a través de mi, visto mis pensamientos y entendido. Pero también esperaba más de mi eso… eso había sido difícil se tragar. Por alguna razón enloquecida, no quería decepcionarlo, pero al mismo tiempo quería que me odiara lo suficiente como para que nunca se me acercará de nuevo.

Olvidar aquel beso no iba a ser fácil pero no me arrepentí de haberle mostrado a Joaquín la realidad de esta mañana. Había atacado y actuado de una forma por la que mi madre se habría horrorizado, pero vi la mirada en sus ojos y habia recibido el mensaje sabía que no era un buen tipo. Y que no era alguien a quien llegar a conocer o confiar.

MI VOZ / EMILIACO /AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora