- ¿____________? -. Dije, la vi allá afuera muriéndose de frío cubriendo sus brazos, estaba mirando a cierto punto fijamente, me quité la chaqueta del saco y la dejé en sus hombros, la llevé conmigo adentro, lucía taciturna, sin expresión, como sin alma. Todo terminó, la fiesta había acabado y nosotros debíamos volver a casa, todos debían hacerlo, no bebí alcohol en toda la noche, al menos sin contar el brindis de las copas de champán. Al llegar a casa, nos encontrábamos completamente exhaustos, se trataban de las siete de la mañana, estuvimos despiertos toda la noche, después de que todos nos agradecieran y felicitaran, después de recibir cada regalo de bodas, sonrisas y arroz arrojado otorgándonos felicidad, que extraña forma de celebrar, en mi país no solía arrojarse el arroz a los recién casados, pero debía adaptarme, ahora estaba nacionalizado aquí, por mi esposa, «¡ay que bello sonaba!», mi esposa... esposa, podría repetirlo mil veces sin cansarme. Ya que estábamos casados, era momento de decirle la verdad. Quizás mañana al despertar, no quería asustarla, ni que se enfadaran conmigo, son cosas que no soportaría.
- estoy tan feliz de tenerte, __________ -. Le dije sonriendo. Ella estaba sentada en la cama quitándose los zapatos. Me miró. - y yo también soy tan feliz de tenerte a ti, mi Kookie -. Me sonrió y se levantó, la abracé, nos miramos, comenzó aquel momento tenso, donde nuestros ojos se encontraban profundos, templados, tiernos, me acerqué y la bese. Aquel beso comenzó a profundizarse, cada vez más, sentí sus manos en mi cabello, la acerqué más a mi, comenzamos a besarnos cada vez mas intenso, hasta que nos separamos por falta de aire; nos miramos profundamente, ambos sabíamos lo que aquello significaba, de alguna manera podíamos comunicarnos mentalmente. La tomé de la cintura con delicadeza y a la vez con bravura, la estreché contra la pared y comencé a besarla con intensidad, ella siguió mi beso y con ambas manos tomó mi rostro, con sus dedos, jugó con mi cabello, haciendo rizos entre ellos. Comencé a bajar los besos, desde los labios, le besé el cuello, ella suspiraba, ella era mía, mi esposa, sólo mía, y esta noche sería oficial, le di una suave mordida en su cuello, ella lanzó un quejido suave, bajé los besos hacia su hombro, lo besé con ternura, ella posicionó sus manos en mis hombros, de besar los suyos, hice un camino de besos por su brazo izquierdo, hasta llegar a su mano, la besé con ternura y separé mis labios de su cuerpo por un segundo. Nuestros ojos se encontraron, la besé en los labios, con bravura, con una pasión que jamás había imaginado que poseía, comencé a bajar mis manos al rededor de sus caderas, bajando de a poco, lentamente, comencé a desatar el nudo del corsé del vestido de novia, ella quitó mi saco y quedé con el torso desnudo, deslicé mis manos por su espalda, y antes de alcanzar al punto deseado, mi teléfono vibra, intento ignorarlo, pero sigue insistiendo, logrando ser irritante al oído humano, lo saqué de mi bolsillo, vi que se trataba de mi padre. ___________ lanzó una mirada a la pantalla del móvil. - contesta, adelante -. Miré el teléfono con expresión de lamento. - no tardaré, aguarda -. Ella se quedó allí, mientras yo me iba de la habitación a contestar.
- ¿sí? -. Pregunté. - ¿Jungkook, estás ahí? -. Sentí miedo por un momento, quizás mis familiares se habían ido de chismosos antes de tiempo. - si, ¿qué ocurre? -. - debes viajar el sábado, te quedan tres días para prepararte para tu boda con IU -. Dijo frío. - no me voy a casar -. Respondí firme. - claro que sí lo harás -. Su firmeza estaba convirtiéndose en enfado. - NO -. Dije enfadado. - ¿por qué no?, ¿eh? -. Preguntó calmando los humos de apoco. - no me casaré con una desconocida -. - eso se solucionará luego, pero debes viajar el viernes para llegar el sábado y preparar tu boda, ya está casi todo listo -. - dije que no me casaré -. Dije frío. - claro que lo harás -. - no, hay algo más, algo que me impide casarme, así que no puedo -. - ¿qué es eso que te impide casarte? -. Preguntó confuso. - ¿Jungkook? -. Se estaba enfadando. - es que, ya estoy casado -. Argumenté. - ¿¡qué!? -. Gritó un poco alterado. - como oíste, estoy casado, por el civil y por la iglesia -. Dije. - ¿cómo eso de que te casaste, Jungkook? -. - me casé aquí, con mi novia de hace casi un año, ya estoy casado, no volveré a repetirlo -. - no te creo -. - así lo es, lo creas o no -. - vaya, lograste salirte con la tuya, Jungkook, te has casado con una americana, ¿no es así? -. Preguntó. - si -. - divórciate -. Dijo firme. - me casé por la iglesia también, ¿no eres tan creyente? -. - eres bastante terco, Jungkook, parece que si eres mi hijo después de todo -. Sonaba relajado. - bien, no hay nada que pueda hacer al respecto -. Suspiró. - viajarás igualmente a Corea el fin de semana, trae a tu esposa -. - bien -. Colgó.
Mi padre sonaba un poco molesto, sé que odia que le desobedezca, pero ya no había nada que él podía hacer, por lo tanto, tendría que llevar a ___________, conmigo, tenía que decirle desde ya, que iríamos a Corea, quién soy, y todo lo demás, así que me decidí a entrar a la habitación, ella estaba de espaldas, colocándose un pijama bastante tierno, me causó bastante ternura al verlo, se colocaba la camiseta y pude ver su espalda desnuda, vaya que linda, al ponerse la camisa del pijama, levantó el vestido de novia y lo colgó en un colgador posicionándolo en el armario.
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La abracé por detrás. - oh, Jungkook, me asustaste -. Dijo riendo. - ___________, hay algo que quiero hablar contigo -. Dije seriamente. - ¿si, Jungkook? -. - prométeme que no te enfadarás conmigo, sea lo que sea -. Mencioné asustado. - ¿qué pasó? -. Preguntó asustada. - solo prométemelo -. Dije frío. - te lo prometo, ¿es algo malo? -. - no, pero tengo que decirte, no soy solo un chico de intercambio de finanzas, la razón real por la que vine a estudiar aquí, es porque... -. De una manera u otra, costaba bastante decirlo. - es porque mi padre es dueño de una de las empresas más importantes de Corea del sur, y mi padre quiso que viniera aquí a perfeccionarme en la carrera para luego forjar el trabajo como vice presidente en su empresa, yo llegué aquí a profesionalizarme, en este lugar, me enamoré de ti y mi padre quería que me casara con la hija de su enemigo empresarial para unir economías, lo siento por no habértelo dicho antes, es que, temí que quisieras más a mi dinero en vez de a mí, por esa razón no te lo dije, pero ya que estamos casados y he confirmado que me quieres cómo soy, no hay secretos, te amo, y espero que me perdones por no habértelo dicho antes -. Tomé un respiro, su rostro se veía confuso. - y la razón del porqué te lo digo tan repentinamente, es porque mi padre llamó y el viernes por la noche debemos viajar a Corea, se supone que el sábado era mi boda con esa desconocida, pero ya le dije que estoy casado, por lo tanto aceptó mi matrimonio y quiere vernos el fin de semana, descuida, sólo será por el fin de semana, ¿está todo correcto? -. Pregunté, en su rostro, habían emociones combinadas, pero la más fuerte era la decepción y el enfado. - Jungkook... -.