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Tú*

Al despertar en la mañana, me sentí extraña, tallé mis ojos, la cama se sentía demasiado cómoda, se sentía el roce con mi piel muy apegado, los sentidos estaban muy flojos contra las sábanas, me sentía vacía, comencé a enfocar la vista, me miré, estaba completamente desnuda, me sentí sucia por un momento, luego recordé lo que anoche había ocurrido con Jungkook, miré a un lado y el estaba durmiendo con las sábanas entre las piernas, también estaba desnudo; de todas maneras se trataba de mi esposo, no debería tener éstos tipos de tabú, aunque en parte me sentí culpable, era una especie de paradoja, aunque la había pasado muy bien, siento el cuerpo lleno de tierra, no sé la razón específica de aquellos sentimientos, sin embargo, prometí que guardaría mi virginidad hasta el matrimonio, y así fue, no tengo mucho de que preocuparme, aparte que se sentía bien, no se trataba de algo malo, Jungkook se despertó y me vió.
- buenos días, princesa -. Dijo tallándose  los ojos y acomodándose en la cama apoyándose en sus codos.
- buenos días, cariño -. Le di una sonrisa nerviosa. Me miró mejor.
- vaya, sigues así -. Miró sorprendido.
- mírate a ti -. Reí.
- vaya -. Ambos reímos. - ¿te parece dar un paseo por Seúl hoy? -.
- claro, me encantaría conocer el lugar en que vives -. Sonreí.
- viviremos -. Corrigió. - luego de nuestros estudios, tendrás que venir conmigo, amor, ya sabes, yo debo atender a la empresa y tu serás la abogada de la empresa, ¿qué te parece? -. ¿Abogada de una de las mejores empresas de Corea?, no sonaba mal, pero en el fondo, aunque no quisiera, sabía bien que al casarme con Jungkook tendría que mudarme a Corea tarde o temprano.

Me levanté y me duché en el hermoso baño del cuarto de matrimonio, tenía una ducha de ensueño, al igual que todo el baño, era fantástico, me sentí en cierto delirio por un momento, me maquillé de manera elegante y salí a vestirme, en eso entró Jungkook, mientras el se duchaba, yo elegía mi ropa del día, opté por una blusa blanca con una cinta negra, pantalones medio ajustados negros y tacones del mismo color.

Lucía bastante bien, en parte lograba representarme elegantemente, esperé a que Jungkook saliera y se vistiera para que pudiéramos bajar a desayunar

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Lucía bastante bien, en parte lograba representarme elegantemente, esperé a que Jungkook saliera y se vistiera para que pudiéramos bajar a desayunar. Para no perder el tiempo, comencé a rizar mi cabello para embellecer el cabello.
Bajamos y en la mesa estaba el padre de Jungkook leyendo el periódico que se encontraba en letras Coreanas, no pude entender mucho de aquello, Jungkook me había enseñado algo de su idioma, pero no lo manejaba del todo, cómo podía manejar el alemán o el inglés. Para mi suerte, todos los cercanos de allí sabían algo de español o inglés del cual pudieran entenderme y yo a ellos.

- buenos días, hijos -. Dijo el padre de Jungkook dando un vistazo a nosotros.
- buen día, padre -. Saludó Jungkook serio.
- buen día, padre -. Repetí e hice una reverencia.
- siéntense, adelante, hasta que al fin aparecen -. Añadió el señor Jeon. Hicimos lo que ordenó, nos sentamos frente a frente con Jungkook.
- ¿cómo durmieron? -. Preguntó el padre de Jungkook.
- bien -. Dijimos ambos al unísono, yo sentí un ardor en mis mejillas de la vergüenza, recordé a detalle lo que habíamos hecho anoche.
- ¿y usted? -. Me atreví a preguntar.
- bastante bien, cómo un angelito al saber que tengo una nuera tan agraciada y bella -. Sonrió y yo hice lo mismo, no podría decir igual de Jungkook, el se encontraba frío, sin expresión alguna. Suni trajo el desayuno para nosotros, se trataba de gyeranmari, se veía absolutamente delicioso, probé un bocado, y su sabor era espectacular, cómo un choque de exquisitez en el paladar.

 Suni trajo el desayuno para nosotros, se trataba de gyeranmari, se veía absolutamente delicioso, probé un bocado, y su sabor era espectacular, cómo un choque de exquisitez en el paladar

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Después de terminar de desayunar, nos dirigimos a conocer la ciudad de Seúl, era bastante moderna, muy bonita a mi parecer, Jungkook se comportó bastante tierno conmigo.

Llegó el momento de prepararse para la fiesta que el padre se Jungkook nos había organizado, para ello, intenté lucir lo más bonita posible, para encantar a los invitados y lucir bien al lado de mi guapo esposo, así que, pronuncié mi maquillaje de manera en que se viera natural, pero a la vez bello, costó horas, pero lo logré, ricé mejor mi cabello y me coloqué el vestido que Jungkook me había comprado en mi país.

La verdad es que, al mirarme en el espejo, noté lo bella que me veía, no me acostumbro a arreglarme tanto diariamente, soy conservadora de estilo, pero esta se trataba de una ocasión especial, al igual que mi boda lo fue, noto que embellecerse un ...

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La verdad es que, al mirarme en el espejo, noté lo bella que me veía, no me acostumbro a arreglarme tanto diariamente, soy conservadora de estilo, pero esta se trataba de una ocasión especial, al igual que mi boda lo fue, noto que embellecerse un poco, hace la diferencia un montón.
- vaya, ¡te ves realmente preciosa, amor! -. Exclamó Jungkook viéndome de pies a cabeza.
- gracias, cariño, también luces precioso -. Dije sonriendo. - me alegra que seas mi esposo, eres el hombre más guapo del planeta -. Le abracé.
- a mí me alegra más, que la mujer mas bella del universo sea mi novia, la dueña del cosmos, y sea solo mía -. Su ternura podría hacerme desmayar algún día. - princesa, ¿la escolto a la fiesta? -. Preguntó en un tono caballeroso.
- por supuesto, su alteza, príncipe -. Dije.
Entramos al salón de fiesta de la casa, ya los invitados, estaba lleno de personas, era un lugar muy espaciado, se denotaba la elegancia, todos nos miraron, me sentí nerviosa tendiendo el brazo de Jungkook con fuerza me manifesté.
- tranquila, cariño -. Me susurró al oído.
- si -. Dije nerviosa.
Llegamos a las mesas de cóctel y Jungkook me sirvió una copa de vino.
- Jungkook, sabes que no bebo -. Mencioné.
- lo sé, pero aquí, debes aceptar por lo menos una copa de tu esposo, o es considerado como "mal visto" -. Señaló.
- bien -. Dije tomándola. Lo miré.
- ah, ¡pero si son mis hijos! -. Exclamó el padre de Jungkook, le sonreí, mi suegro no parecía tan malo después de todo y de lo que me había contado Jungkook. - inclúyanse a la fiesta, les presentaré a todos -. Dijo escoltándonos hacia la multitud.

Conocí a muchas personas elegantes y todo el tiempo recibí cumplidos de: "ay que bella", "que agraciada", "que tierna", y así casi toda la noche. Hasta qué decidimos ir a bailar un vals a la pista, todos nos vieron enternecidos y luego de bailar aquella música lenta, nos dirigimos a sentar.
- cariño, iré por algo de agua gasificada, ¿quieres? -. Preguntó mi esposo.
- claro -. Le sonreí. Me encontraba bastante cansada.

- vaya, así que tú eres la princesita de Jungkook, lograste robártelo, ¿eh? -...

La verdadera definición de Amor  [Jungkook y tú] (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora