Catarsis ↬ Jaeyong ; Yuwin ; Markhyuck [NCT]

Capítulo 5

Fiesta pt. 2

—¡No te acerques! —su voz tembló cuando vio que Yoonoh trató de dar un par de pasos. Taeyong se sentía bastante inestable ante su presencia. —Por favor, basta. Ya no quiero... no quiero sufrir.

—Pero tampoco quieres parar —dijo Yoonoh, sin ser consciente de como todas las palabras y acciones que hacía dañaban cada vez más a Taeyong.

—Yoonoh —su voz salió como un gemido doloroso. —Por favor...

Pero en realidad no sabía que cosa era lo que pedía. No sabía si quería que Yoonoh se alejara y no volviera nunca más a verlo, o quería que se acercara y lo besara. Su cabeza era un torbellino en ese momento y por lo único que suplicaba realmente era que su cabeza lo dejara en paz. 

—Por favor —murmuró, sintiendo como su cuerpo se debilitaba cada vez más ante la cercanía de Yoonoh. 

El de hoyuelos frunció el ceño cuando vio a Taeyong dar pequeños pasos, sin saber que iba a hacer, pero se sorprendió cuando de repente lo tenía en frente, con pequeñas lágrimas en sus ojos y con una mirada decidida. 

—¿Tae? —preguntó, sin saber que hacer porque no se esperaba encontrarlo de esa manera. Yoonoh realmente no tenía ni idea de cuanto afectaba a Taeyong.

—Bésame —siseó, poniendo sus manos en sus hombros, acercándolo. 

—¿Qué...?

Pero Taeyong ya se encontraba besando su boca de manera brusca, introduciendo su lengua, sin siquiera darse cuenta de que Yoonoh no respondía.

—Bésame —repitió enojado. Le irritaba las ganas que tenía besarlo, de sacarle la ropa y de que el contrario lo follara contra la cama que compartía con su novio. Le irritaba de sobremanera el poder que tenía Yoonoh en su cuerpo. 

—Taeyong —dijo Yoonoh, cuando el otro comenzó a besarle el cuello, haciendo presión en su cuerpo. El mayor trató de apartarse porque ese definitivamente no era su Taeyong.

Pero Yoonoh era débil ante el encanto de éste, así que sin aguantar más lo tomó desde sus muslos y lo subió a la encimera del baño, sosteniendo su cintura y besándolo fuertemente, tomándolo entre sus brazos y deseando mucho más de él.

Una vez más ambos volvían a caer ante la tentación, pero de algo estaba bastante seguro Taeyong; esta vez no sería la última. Quizás estaba siendo codicioso, pero quería mucho más de lo que Yoonoh estaba entregándole. 

Yoonoh se frotó contra Taeyong y ambos gimieron, llenando toda la habitación de suspiros y jadeos. Ellos no sabían la locura que estaban cometiendo. 

El menor aferró sus piernas a la cintura de Yoonoh y lo acercó mucho más porque sentía que la distancia entre ellos era demasiada. Tomó los bordes de la camiseta del mayor y comenzó a dejar pequeñas caricias en su piel, mordiendo el labio del contrario.

—No voy a huir —susurró Taeyong, Yoonoh enfocándose en el lamer y chupar su cuello. —Ya no huiré.

Yoonoh no sabía que decir, pero algo inexplicable se instaló en su estómago y lo único que pudo hacer fue besarlo con más determinación y suavidad, casi con amor. 

Taeyong tomó la camiseta entre sus manos dispuesta a sacarla, olvidándose por completo en el lugar que estaba, por eso empujó a Yoonoh cuando tocaron la puerta abierta del baño con demasiada fuerza.

—Joder —dijo Yuta, mirando a ambos con la boca y ojos abiertos, sorprendido de haberlos encontrado de esa manera. —Yoonoh, solo dijiste que venías a hablar con él, no a comértelo.