Capítulo 37

2.2K 284 115
                                    

Demencia y desespero

Miércoles, 31 de octubre.

Son Seungwan siempre fue una mujer que todo lo que quería lo tenía. Nunca quiso tener hijos, pero cuando tenía 18 y su relación con Yoonoh dependía de un hilo, ella propuso embarazarse. Muchas personas les dieron la espalda a los dos, incluyendo sus padres, pero lo más importante para ella, era que tenía a Yoonoh.

Pero ahora lo había perdido, todo por culpa de un hijo de puta. Taeyong había llegado de la nada a arruinar todos sus planes de vida. Se iban a casar, iban a criar a Yeongmin juntos, Yoonoh diseñaría su casa soñada.

Estupideces. Eran completas estupideces.

Pero Wendy estaba totalmente ciega de amor. Si Yoonoh no podía ser de ella, no sería de nadie, y su plan comenzaría desde el más inofensivo e inocente, hasta el más astuto.

—Yoonoh —dijo a través de teléfono. Era cerca del mediodía, y aunque caminaba por las calles se podía dar cuenta como la gente decoraba sus casas con calaveras y fantasmas. Era halloween, un día perfecto para llevar a cabo su plan. —Hoy quiero ir en busca de Yeongmin al jardín.

—Hasta que te dignas a llamarnos —Yoonoh rodó los ojos. Se alejó un poco de la construcción en la que estaba para poder hablar bien. —Si quieres ver a Yeongmin está bien, no te lo negaré, de todos modos, también es tu hijo.

—Dile a tu novio que no es necesario que vaya por él al jardín. Lo iré a buscar yo.

—Claro, le diré a Taeyong, Minnie hoy sale antes, a las 2, para que no se te olvide —hubieron segundos de silencio, algo incómodos para Yoonoh, pero a Wendy no le importó mucho. —Tráelo temprano a casa. Hoy es Halloween y Yuta le compró un disfraz. Iremos a pedir dulces.

—De acuerdo.

Wendy no estaba bien. Su cerebro y corazón estaban tan dañados que ella no razonaba correctamente, así que cuando fue en busca de su hijo, lo abrazó fuertemente, besándole la frente. El niño un poco distante con ella, se dejó hacer. Era su madre y aunque nunca le daba muestras de amor como lo hacía Yoonoh, Yeongmin lo disfrutaba.

—¿Por qué no venías a buscarme antes? —le preguntó el niño subiéndose al auto. Wendy prácticamente lo había obligado a sentarse adelante y Yeongmin no repuso nada porque estar en ese asiento lo hacía sentir grande. —¿Iremos a casa, mamá? ¿Por qué Taeyong hyung no vino hoy? ¡Tío Yuta me compró un disfraz de momia! Iremos a pedir dulces con papá. Hoy las maestras nos dieron algunos dulces...

—Hijo —dijo lentamente, apretando el volante con fuerza. —¿Qué te he dicho de hablar mucho? Mareas a las personas, Minnie. No debes hablar tanto.

El niño enmudeció de inmediato, sin querer hacer enojar a su madre, él más que nadie era el que sufría cuando ella se enojaba. Su cuerpo tembló de solo imaginarlo y en lo único que pensaba era estar entre los brazos de su papá y Taeyong, porque ellos dos lo cuidaban, lo protegían.

—Taeyong te ha cuidado bien, ¿verdad? —preguntó y el niño asintió con la cabeza. —Me he dado cuenta, pero hijo, ahora estás con mamá. Te cuidaré mejor como él lo hace, ¿está bien? —Yeongmin volvió a asentir, aferrándose el cinturón que tenía puesto.

—Q-quiero ir con hyung, mamá —susurró el niño, tragando saliva. —Ho-hoy es Halloween. Renjun hyung dijo que...

—Me importa una mierda lo que haya dicho ese chico —Wendy siseó, apretando sus manos. —Ahora estás con mamá y jamás nos volveremos a separar.

—Quiero a papá —Yeongmin comenzó a sentir el ambiente tenso, y para ser un niño de 6 años ya comenzaba a darse cuenta de cosas, como que su mamá ahora mismo no se encontraba bien. —Por favor llévame donde mi papi.

Catarsis ↬ Jaeyong ; Yuwin ; Markhyuck [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora