Capítulo 23

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"Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado"

George Sand

***

2 semanas después...

Observo todo el armario buscando una ropa adecuada para presentarme en mi propia fiesta sorpresa, pero entre más miro mi ropa nueva y de buena marca, no encuentro algo que se adapte a mi gusto para esta noche, me da un poco de pereza y aburrimiento tener que debatir en mi mente si elegir algo elegante o apropiado, ni siquiera puedo darme el beneficio de la duda porque Miranda me puede sorprender con cualquier cosa y la verdad, es que no me agradaría para nada tener que usar una ropa inadecuada para el momento, porque a pesar que piense que está noche puede llevarme a uno de esos pubs de los cuales ella frecuenta, hay una pizca en mi interior que me dice que no me confié en todo.

Agarro un vestido azul marino y lo evaluó con mucho cuidado buscando saber si es adecuado para cualquier ocasión, creo que por el diseño elegante y divertido pueda ser que se ocupe para ir a una fiesta o una cena, así que decidiéndome por ese, no tardó mucho en darme un baño para pronto salir, tomar mi ropa interior y por último ponerme el vestido que se queda muy bien con la estructura de mi pequeño cuerpo. No dudo mucho tiempo en peinarme y maquillarme y así esperar la ubicación que Miranda debe de mandarme para yo llegar al lugar.

Apenas termino de arreglarme cuando me llega un mensaje de ella por Whatsapp mandándome la ubicación del lugar en donde me espera, así que con curiosidad, no tardo en mirar la dirección, la cual lleva a un pub llamado The Cavendish Arms por la calle Hartington Road. La verdad, es que no me sorprende no conocer estos lugares y más cuando la única que me ha llevado a conocerlos ha sido la propia Miranda, así que cuestionándome si debo de disfrutar esta noche o ser la niña buena de siempre, termino por decir que este es mi cumpleaños, así que debo de disfrutarlo mientras pueda.

Me pongo unos zapatos de tacón y pronto agarro la cartera y reviso si llevo lo necesario, así que, sin dudarlo más, empiezo a bajar los escalones del segundo piso para llegar al primero y así irme con la cabeza en alto a pesar de mis propias inseguridades por dentro.

— ¿Dónde vas?—una voz me detiene.

Me digo a mí misma que continué el paso y lo ignore como si no lo hubiera escuchado pero estoy tan sumergida en mi decisión, que termino por darle la cara y ver la confusión en sus ojos.

—Tengo una celebración, está noche—digo aclarándome la garganta.

Si Dios se apiada de mí está noche, prometo ser una mejor mujer el resto de mi vida. No quiero seguir discutiendo con Pierre, no después de la noche anterior que casi hace que le rompa la cabeza con la lámpara de mesa de su oficina.

— ¿Qué celebración?—sigue dudando de mis palabras.

—Una muy importante—ignoro la idea de decirle que es por mi cumpleaños.

No tengo motivos para decirle que hoy es la fecha en que mi madre me trajo al mundo, de todas formas, no soy importante para él y es claro que no necesito que él me felicité cuando ya por la mañana recibí demasiadas palabras de cariño, tarjetas de cumpleaños y trozos de pastel que pueden provocarme azúcar en la sangre.

—Pero, ¿en un jueves?—aún no comprende.

— ¡Sí! Y ¿cuál es el problema?—digo ya irritada.

—Puede haber sido un fin de semana—controlo mis impulsos.

Mantengo mi postura y cuento hasta mil mientras respiro con mucha profundidad y retengo el aire por varios segundos para no gritarle en la cara que esto es por mi cumpleaños.

Amores Perdidos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora