Capítulo 45

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"Se perdona mientras se ama"

François de La Rochefoucauld

***

| Pierre |

Con cuidado, ayudo Alaska a salir del ascensor, no ha querido que la lleve cargada debido a que tampoco quiere llegar a sentirse como una inútil, pero en su estado de recuperación, debe de pasar una semana en cama mientras que otra sin hacer mucho esfuerzo físico, ya que en los siguientes días, ella seguirá expulsando sangre, por lo cual se debe de tener mucho cuidado para que no se vuelva a hacer una hemorragia. Ella se mueve despacio y mostrando unos gestos de dolor en el rostro, sabía que era mala idea dejar que intentará hacer este tipo de esfuerzo cuando puedo ayudarla sin ningún problema.

Veo como Mason y Cinthia se encuentran en la sala, ambos nos saludan y esperan a que les dé una orden, pero les hago una señal que me esperen un momento, primero necesito llevar a Alaska a nuestra habitación para que pueda descansar y seguir en su procedimiento de duelo y recuperación física y emocional.

A pesar que se pueda quejar, termino por levantarla y llevarla en mis brazos pero ella no sostiene ni un desagrado o pelea para poder dejar que haga por su propia cuenta algunas cosas, simplemente, me abraza del cuello y deja que la lleve hasta nuestra habitación, de todas formas, subir las escaleras no es buena idea y puede empeorar su condición de salud.

Subo los escalones y llego hasta el segundo piso en donde abro la puerta de nuestra habitación y la cierro con un empujón con mi pie, me acerco a la cama y alejo las sábanas para poder dejarla a ella en medio de ellas, le quito los zapatos y pronto ella se acuesta y se encoje entre todo su cuerpo, me siento en la orilla y espero a que diga una palabra, pero solo veo como sus ojos se vuelven a irritar por las lágrimas y de cómo absorbe su nariz cuando intenta evitar llorar pero no lo logra. No tengo palabras suficientes para poder reconfortarla, ni mucho menos para decirle que todo estará bien cuando aún ambos no hemos superado la noticia; he tratado lo mejor de mí para hacerla sonreír pero solo consigo de ella, algunas muecas y cortas palabras que me hacen comprender que no está preparada aún para sonreír y ver todo de color rosa.

Le doy una mirada y ella parece perdida en su mundo, me acerco y la abrazo mientras tomo su mano y le brindo caricias para reconfortarla; le dejo un beso en su sien pero ella sigue sin responder a cada uno de mis gestos, así que prefiero dejarla sola para que descanse y pueda recuperarse.

—Iré a la delegación, no tardare mucho, ¿sí?—ella asiente.

Me levanto de la cama y le pongo encima las sábanas para así salir de la habitación y bajar al segundo piso, de nuevo encuentro a mis empleados esperándome a que me den indicaciones, ambos también deben de tener dudas acerca de lo que le ha sucedido a Alaska pero aún no me siento preparado para nombrar aquellas palabras que hacen referencia que Alaska tuvo un aborto espontáneo, es tan doloroso mencionarlo hasta en mente que intento estancar la palabra y hacerla desconocida pero me es imposible aceptar que ahora soy uno de esos padres que perdió a su bebé, quizás aún no estaba muy formado porque solo tenía tres semanas pero duele saber que no se pudo hacer nada para lograr salvarlo.

—Cuiden a Alaska, no dejen que se levante y se mueva mucho. Si ella necesita algo como ir al baño, te pido de favor Cinthia que la ayudes aunque se ponga terca; si ella necesita que le lleven algún alimento o medicamento, cómpralo sin dudarlo, Mason. Solo, no logren que ella haga mucho esfuerzo por favor. —Ambos asienten.

—Señor, perdón por el atrevimiento pero, ¿qué le sucede a la señorita?—suspiro al escuchar la pregunta del ama de casa.

—Alaska... Perdió a nuestro bebé... Y está en recuperación. —Decir aquello sin intentar llorar es difícil.

Amores Perdidos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora