Capítulo 47

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"Ni siquiera Dios puede cambiar el pasado"

Agatón

***

Desde hace días puedo decir que no dormía tan bien como hoy pero hasta sus buenos momentos hacen que ni siquiera me quiera levantar de la cama y dejar de abrazar mi almohada, eso sin decir que al haber escuchado la alarma de Pierre ni siquiera hizo que me quisiera despegar de las sábanas, no me había sentido tan cansada como los otros días, pero hoy las cosas han cambiado, quizás porque los últimos tres días la he pasado de un lado hacia el otro con mis padres, enseñándoles cada parte de Reino Unido, su cultura, sus tradiciones, su gastronomía, sus ciudades y las personas residentes. Todo ha sido muy emocionante y lindo y por fin puedo decir que agradezco haber tenido unos días más libre antes de saber que la siguiente semana regresaré al trabajo.

Dicho y hecho, como le prometí a mis padres, les he enseñado todo sobre el país que ya es considerado como mi segundo hogar, a veces sé que ellos extrañan su casa, el olor a aire fresco y poder caminar si tanto tráfico; es normal que ellos no puedan adaptarse a esta vida cuando solo llevan cuatro días viviendo en Reino Unido, es algo que puedo decir que es comprensible porque a mí me sucedió lo mismo, ya que eso de tener que ambientarse a una vida de ciudad cuando la mayor parte se ha vivido en el campo no es algo fácil y más cuando no hay esa misma libertad en la que se tiene en casa.

Por lo menos hasta el momento nada ha resultado complicado o desagradable, porque veo como mi padre y Pierre se llevan muy bien, eso sin decir lo mismo que con mi madre; la verdad es que los tres parecen llevar la bandera de la paz que no creo que ante mis espaldas se conviertan como perros y gatos, además Pierre también me lo ha hecho saber con varios comentarios que he recibido por parte de él sobre mi familia cuando llega a la habitación.

En todo caso, lo que me tiene también un poco más tranquila es saber que él no ha reflejado preocupación por mí después de haberme encontrado en el baño, el tema, gracias a Dios, quedo olvidado que no hizo faltar tener que volverlo a comentar, ya que lo que más deseo es dejar ese recuerdo en el pasado y seguir adelante; de todas formas me la he pasado tan ocupada con mis padres que mayormente olvide mis tristezas y mis dolores de los días anteriores; eso lo encontré como un buen tratamiento sin medicación y tengo que agradecerle a Pierre por haberme dado esta sorpresa de traer a mis padres por unos días.

Me doy la vuelta y pronto encuentro a Pierre aún en la cama, me extraña que no se haya ido a trabajar tan temprano cuando últimamente es lo que hace, pero esta vez, duerme con tanta tranquilidad que me preocupa imaginarme que se ha enfermado después del desgaste físico y mental que ha obtenido por avanzar en sus proyectos presentes o futuros; le toco la frente buscando algún signo de fiebre pero no encuentro nada, solo puedo ver el desvelo marcado en aquellas ojeras bajo sus ojos que han implicado en dejar saber lo mucho que ha estado pendiente de su trabajo y de mí, eso sin agregar de sus propias preocupaciones personales que se pueden mezclar con el estrés y la ansiedad.

—Pierre... —intento despertarlo despacio.

—Mmm... —Responde.

— ¿Te sucede algo?—abre sus ojos.

—Solo estoy cansado—musita.

Aparto unos cabellos despeinados de su rostro para poder verlo mejor, se da la vuelta para quedar boca arriba y pronto se restriega el rostro con sus manos; gira su rostro y me regala una pequeña sonrisa que me hace verlo extrañada, pero su mano se levanta hasta que su dedo aleja un poco de la tela de su camisa que llevo puesta.

—No me di cuenta que dormiste con mi camisa—eleva la ceja.

—Es cómoda—toco la tela.

—Te vez sexy en ella—sonrío.

Amores Perdidos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora