"Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal"
Madre Teresa de Calcuta
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Espero a unos metros alejada de la Catedral de Notre Dame mientras Pierre se ha marchado en dirección a ella con alguna posibilidad de entrar sin permiso, la cual estoy segura que no lo logrará.
Por lo que conozco después del incendio es que no se le permite a nadie entrar a excepción del personal quien sigue construyendo las partes y estructuras que fueron devastadas por el accidente del 15 de abril, en donde apenas el día de ayer, se llegó a celebrar la primera misa después del incendio por lo cual hasta su momento ha sido la única vez que han permitido abrir las puertas de la catedral para dejar entrar más de unas trecientas personas.
La realidad es que por una parte, si se puede llegar a entrar a la catedral pero solo con un permiso exclusivo y en un horario accesible, reservado y programado, el problema es que para obtener el acceso de la entrada a la catedral es que la reservación se debe de hacer el mismo día en que se quiere ir a visitar, por lo tanto, no se puede hacer por anticipación.
El segundo problema de ello fue que los cupos para la visita eran limitados así que Pierre no pudo obtener el permiso para entrar a la Catedral de Notre Dame y por lo que ambos estamos muy seguros que si lo intentamos el día de mañana, volverá a suceder lo mismo; así que por el momento no tengo idea que es lo que quiere lograr Pierre acerca de ir a hablar con uno de los ingenieros que están dentro del proyecto de reconstruir la catedral, es posible que él se haya interesado por la nueva arquitectura que habrá o en el diseño en que se están basando los ingenieros civiles para la construcción pero en sí, me he dado cuenta que se ha tardado mucho y eso implica que no podremos ir a otros lugares.
Dejo ir un suspiro de cansancio para apoyarme en el tronco de un árbol, la vista panorámica desde la distancia en que me encuentro no me impide ver desde afuera la catedral, hubiera sido muy bonito en conocerla pero es posible que en otra ocasión se dé cuando ya esté construida por completa.
Antes de poder descubrir en el mapa cual es la siguiente ruta en la cual tomaremos para ir al siguiente lugar turístico veo como Pierre viene con un empleado de la construcción quien lleva varios prendas de seguridad contras las obras de construcción entre ellos, el casco amarillo y el chaleco.
—Alaska, él es Allan un amigo y compañero de la universidad. Ambos estudiamos la misma carrera universitaria y él forma parte del proyecto de la construcción de la catedral. —Me presento ante su amigo.
—Mucho gusto señorita Alaska. —Allan me ofrece su mano.
—El placer es el mío. —Le entrego mi mano para saludarlo.
—Allan nos ayudara a entrar a la catedral—abro la boca pero de ella no sale nada mientras veo un poco anonadada al amigo de Pierre.
Agito mi cabeza e intento pasar aquella información por todos mis sentidos, porque para ser sincera no sé si estaré mal y he mal interpretado el mensaje que Pierre me ha dicho... Porque lo que acabo de entender es que entraremos de forma ilegal a la catedral sin tener un permiso autorizado... ¡¿Cómo lo haremos?!
—Pierre sabes que no me salto las normas de seguridad y propiedad privada... Podemos meternos en problemas—le digo con miedo.
—No te preocupes, lo tengo todo controlado. —Sonríe mientras le da una mirada de reojo a su amigo quien asiente.
—Espera que no comprendo... ¿Cómo supones que entraremos ahí sin que se enteren que no llevamos un permiso encima de nosotros?—intento ordenar todas las ideas que se me vienen a la mente.
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Amores Perdidos [+18]
Ficção AdolescentePierre y Alaska no saben que están ligados para estar juntos. Ellos solo saben que cada día se encuentran en un mismo o diferente lugar sin obtener una explicación, Alaska lo ve como una simple coincidencia, para mientras que Pierre algo inusual, as...