Bueno, tal vez era un poco exagerado. Pero ella sabía, sabía que quería más de lo que Justin le daría.
Así que los contras ganaron. El hombre a su lado, con sus "piérdete- dentro- de- mis ojos" y sus "músculos- para-morirse ", no sería nada más que un huésped. Un huésped que no pagaba, claro.
- Cierra la puerta y abróchate el cinturón — le dijo ella con más fuerza de la que hubiera querido. — Nos vamos ya.
Su expresión se nubló por la confusión, así como un poco por la indignación, y él cerró la puerta de pasajeros con un golpe final.
- En Imperia, viajamos encima de ciervos astados muy parecidos a tus caballos. Esta es la primera vez que estoy dentro del vientre de tu transporte mágico, así que no sé de qué estás hablando. ¿Qué cinturón?
Ella le demostró lo que tenía que hacer.
Justin siguió su ejemplo. Pasó un momento. Él intentó girarse hacia la izquierda y luego hacia la derecha, pero el cinturón dificultó cada movimiento. Frunciendo el ceño, él se lo desabrochó —. No me atraparé dentro de tu transporte.
Aquí vamos otra vez. _______ tragó un suspiro y se preparó para otra discusión. Señor, sabía que si ella le exigiera que esquivara una bala para protegerse, él sólo diría " una mujer recibe órdenes, Michelle, no las da" para luego ser alcanzado por el disparo.
- El cinturón de seguridad está aquí para tu protección — le explicó. Ella agitó sus pestañas de misma manera que hacía que sus hermanos se derrumbasen. Justin ni parpadeó — Si frenara de golpe y tú no lo llevaras, volarías a través del parabrisas, te golpearías la cabeza y morirías — un poco exagerado, ya lo sabía, pero ella no podía imaginar ningún otro argumento que hiciera que la escuchara.
Su ceño se hizo más profundo, pero al menos se lo abrochó de nuevo.
Una vez que estuvieron correctamente colocados, ella arrancó la camioneta y emprendieron el camino. Las ráfagas de aire calientes entraban por la ventana abierta, golpeando sus caras, revolviendo su pelo. Una bocina sonó. Asustada, ella exploró el poco tráfico existente en la carretera y descubrió que el bocinazo no había sido para ella, sino para un conductor que cruzaba de un lado del camino a otro. Acelerando, ella rápidamente lo pasó.
Cuanto más rápido conducía, más relajaba Justin su rígida postura.
- Me gusta la velocidad. — Su risita llegó a sus oídos, caliente, ronca y, ah, tan invitadora.
Este hombre me molesta, se recordó ella.
Ambos se callaron. Lamentablemente, aquel silencio trabajó en su contra. En vez de concentrarse en el tráfico y los conos de obras que separaban la meridiana, sus pensamientos fueron a la deriva, a las circunstancias de Justin. Su curiosidad insaciable pronto anuló sus buenas intenciones.
- ¿Cuánto tiempo estuviste atrapado en la estatua?
- Novecientos palmos, setenta y dos días y veinticuatro minutos. — él habló rápidamente, sin dudar, como si nunca hubiera dejado de contar.
- Un palmo es un...
- Año. Un palmo es un año.
- Eso significa que tienes más de novecientos años. — La camioneta zigzagueó un poco y ella la enderezó rápidamente. Él había mencionado que habían pasado varios siglos, pero hasta ahora ella realmente no lo había pensado. — Seguramente no esperas que me crea eso. La mayoría de la gente no alcanza los cien años, y los que lo hacen no tienen en absoluto tu aspecto. Un hombre de mil años compraría Depends, bebería Ensure y tendría osteoporosis.
Él la observó de una manera extraña.
- No entendí la mayor parte de lo que dijiste, ______ , aún así, voy a esforzarme por contestar. Una vez que me maldijeron, dejé de envejecer.
- Pero tú envejecerás ahora, ¿no?
- Aun así, no envejeceré a razón de tu mundo. Soy hechicero en parte, y los hechiceros son seres eternos sostenidos por la magia. Inmortales. Si, pueden matarnos con armas físicas como a cualquier criatura de carne y hueso, pero de no ser heridos, nuestra magia nos mantendrá vivos para la eternidad.
- Pero eso es imposi.... — cerró con fuerza sus labios. Con todas las cosas de las que había sido testigo esta noche, ¿qué tenia de extraño que un extraterrestre que se parecía a un modelo de ropa interior de Calvin Klein, viviera eternamente?
- Frecuentemente, los mitos y las leyendas de un mundo son realidades en otro. En cuanto a los palmos — dijo él —muchas personas que pasaron por el jardín de noche, hablaban de vampiros y hombres lobo, criaturas que no envejecían. ¿Es tan impensable, entonces, que como esas criaturas, los hechiceros puedan vivir para siempre?
¿Impensable? No. No lo era. ¿Terrorífico? Dios, sí.
- Te creo, Justin. De verdad que lo hago. Solo me sorprendiste, esto es todo — hizo una pausa cuando un pensamiento se le ocurrió — Dijiste que sólo eras un hechicero en parte. ¿Cuánto tiempo vivirás tú?
Sus ojos se entrecerraron.
- Eso no te concierne.
- Fácilmente puedo llevarte de vuelta al jardín, ya lo sabes. De hecho, giro ahora mismo — Ella tiró del volante hacia la izquierda, solo para ver su reacción.
- Como obviamente estás tan fascinada por el funcionamiento de mi mundo — dijo él, con tono duro —
contestaré a tu última pregunta. Soy el primero y el único mestizo nacido de un mortal y una bruja. Mi vida es
una incógnita. Puede que viva la mitad de siempre. Puede que no — hizo una pausa — Ahora tú me contestarás
una pregunta a mí.
- Vale.
- ¿Qué piensas del amor?
Ella parpadeó ante el cambio tan brusco de tema.
- No estoy segura de entender lo que quieres decir. ¿Quieres saber lo que pienso de que un hombre y una mujer se
enamoren el uno del otro?
- Si.
- Bueno, creo que es maravilloso. — Sus cejas se juntaron. — ¿Por qué?
En vez de contestarle, él se dio la vuelta y miró por la ventana con una sonrisa satisfecha. Aunque leve, el
movimiento hizo que la sábana se separara, revelando una parte de su muslo izquierdo. La barbilla de ______ se
alzó. Mira el camino, se auto-ordenó. Pero su mirada regresaba inevitablemente a Justin, y siempre que ella le
vislumbraba, su boca se hacía agua por darle un mordisco a aquel muslo dorado. Él no es un cubo de pollo.
Justin se movió en su asiento, exponiendo más...y más...por favor, Dios... ¡oh sí! La sábana se abrió
completamente por el medio, revelando la longitud entera de su pierna.
- ¿En qué piensas? — preguntó él de repente. — Tu cara está roja y tus ojos parecen hambrientos.
Devoradores, en realidad.
Las mejillas de ______ enrojecieron más, y ella dejó de prestar atención a lo que debería.
- No me acostaré contigo, ¿de acuerdo? — Ah Señor, pensó un segundo más tarde de que las palabras salieran
de su boca. Ya que estamos, podría haberle preguntado si quería que embadurnara su cuerpo desnudo con helado de
caramelo-y-chocolate y se lo lamiera.
Una conocedora risa masculina llenó la pequeña cabina.
Gracias a Dios, él no contestó y el resto del camino pasó en el silencio, un silencio por el que ella se sintió
agradecida.
En casa, ella le encontró a Justin una camiseta de Dallas PDT y un par de pantalones de deporte que Gray se había
olvidado. Mientras que Gray siempre parecía un hombre acogedor y relajado dentro de su ropa, como un hombre que
pasa el día perezosamente en casa, tirado en el sofá, viendo la TV y comiendo Twinkies, Justin parecía
comestible. Su constitución solida como una roca estiraba el material y dejaba en evidencia cada pulgada de su
fuerza física. ¿Alguna vez había parecido algún otro hombre tan indecente en pantalones de deporte?.
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Estatua ~Justin Bieber y tú~ [TERMINADA] By: Javiera
FanfictionCréditos a la creadora Javiera Nicole Mardones Muchas gracias por tu maravillosa historia ------- UN AVISO MUY IMPORTANTE las novelas que yo tengo en Wattpad NO SON MÍAS, las e publicado aquí porque las e encontrado muy buenas y quería que disfruta...