Capítulo 63.

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Sofocando la risa con una mano — con eso le facilitaría su posición — ella se escondió en la siguiente habitación. Pero sólo había dado tres pasos dentro cuando la madera se abrió a sus pies. Sin advertencia, ella cayó hacia abajo, abajo, abajo. Algo agudo cortó su cuerpo. Alex gritó, esperando el impacto.
Cuando éste llegó, ella se golpeó con fuerza, como ladrillo contra ladrillo. Probó el fuerte sabor metálico de la sangre en su boca, y luchó por respirar, pero no pudo tragar ni la más pequeña bocanada de aire.
Justin gritó su nombre, sonando angustiado y desesperado.
La oscuridad la reclamó.
Justin bajó precipitadamente la escalera, saltando de tres en tres los escalones, mientras la horrible escena se repetía una y otra vez en su mente. Hacía sólo unos segundos que había visto caer a _____ desde la planta de arriba y, sin creérselo todavía, se había asomado por el agujero para ver su cuerpo herido, con chorritos de sangre fluyendo de su boca y cuerpo.
El tiempo dejó de existir, y una eternidad pasó antes de que la alcanzara. Él patinó al detenerse, se inclinó, y con cuidado la giró entre sus brazos. Ella no soltó ni un gemido, ni se movió. Sus ojos no parpadearon.
- ¿_____? Por favor abre los ojos.
Ninguna respuesta.
Pedazos de madera sobresalían de su cuerpo, haciendo que su sangre se mezclara con las manchas de pintura. Justin sabía que esto no había sido ningún accidente, que la madera no se había astillado por causas naturales. La magia flotaba en el aire. Él había intentado pintar la pared de _____ con sus poderes, consiguiendo sólo que el espeso y empalagoso líquido explotara. ¿Podría también haber debilitado el suelo de la casa?
Por Elliea, su mujer estaba herida, en peligro de morir, y cada instinto primitivo de protección que poseía salió a la superficie, enardecido por el miedo, la cólera y la impotencia. Sintió frío por todas partes. La necesitaba desesperadamente como para perderla ahora. Salvarla no era una obligación, imposición o afán por conseguir su libertad; era necesario para su cordura.
¿Si usaba la magia para curarla, causaría más daño?
Había una posibilidad de poder ayudarla, y aunque fuera sólo una pequeña posibilidad, tenía que intentarlo. Si no hacía nada, seguramente moriría.
Cerrando los ojos, encauzó cada onza de poder que poseía Nunca había intentado nada como esto y, ni siquiera ahora, debería intentarlo, pero no podía quedarse sentado de brazos cruzados, sin hacer nada.
- Ayúdame, Druinn, — susurró él —. Ayúdame. Por favor.
Una puerta se cerró de golpe. Pasos.
Una mujer jadeó.
- ¿Qué pasa? — Frances, la reconoció él.
Sin embargo, no se molestó en hablarle o mirarle. Simplemente mantuvo los ojos cerrados y se concentró en _____, en su magia. Pronto empezaron a quemarle las manos, y sintió otro poder, el poder de algún otro, mezclarse con el suyo propio. ¿De quién? No lo sabía y tampoco le importó. Consumido por la desesperación, descendió sus manos hacía el cuerpo de _____, deslizándolas desde su cabeza hasta los pies.
Tal vez fue por su desesperación. Tal vez fue por su amor por ____. O tal vez fuera por quienquiera que le ayudaba. Sea cual sea la razón, él supo, más allá de todo duda, que ejecutaba sus capacidades místicas en todo su potencial.
A lo lejos, como si ella estuviera de pie en un túnel, oyó la pregunta de Frances,
- ¿Qué haces?
Él continuó sin hacerle caso.
- Tus manos resplandecen. — Su tono era chillón —. Y ____ también resplandece.
Después de eso, oyó un golpe seco, como el de un cuerpo golpeando el suelo. Un sonido que ahora él conocía demasiado bien.
Su poder disminuyó, debilitando su fuerza, y se dobló por la cintura, permaneciendo encorvado y apenas capaz de respirar. ¿La había salvado? Había usado la magia como un auténtico hechicero, ¿pero había sido suficiente? Con mucho esfuerzo, abrió los ojos. La primera cosa que notó fue que _____ todavía estaba tumbada, inconsciente. Después vio a Frances que, efectivamente, se había desmayado. Su cuerpo se extendía por el suelo.
Un segundo pasó. Luego otro. _____ gimió. Sus párpados revolotearon, abriéndose.
- ¿Justin? — preguntó ella, débilmente.
Estaba viva. Ella estaba bien. Tan feliz estaba de escuchar su voz que usó la poca energía que la quedaba para contestar.
- Sí, _____.
- Te ves horrible. Estás todo manchado.
Él soltó una débil carcajada. Casi la había perdido. ¡Perdido! Que ella estuviera curada y despierta hizo poco para aliviar su horror y miedo, emociones que no tenían nada que ver con su maldición. Si tuvieras fuerza, habría aullado. No estaba seguro de cuando la maldición había dejado de importarle, de cuando _____ se había convertido en lo más importante para él; sólo sabía que su vida, su misma libertad, no significaban nada sin ella. Una oleada de vértigos lo asaltó y él cerró los ojos.
- ¿Estás bien? — preguntó ella —. ¿Necesitas un médico?
- Estoy bien. — Pero él no lo estaba.
Segundos más tardes oyeron el sonido de la grava al crujir, como si un coche se alejara velozmente.
_____ lanzó a Justin una mirada sobre su hombro.
- Justin, esto empieza a asustarme. Dime qué pasa.
Él se encogió de hombros otra vez. La oscuridad amenazaba con alcanzarlo pero tenía que mantenerse despierto, asegurarse de que la recuperación de ____ era completa. No podía permitirse hundirse en el olvido. Pero tampoco podía luchar contra el letargo. Cada vez estaba más y más... débil.
La oscuridad finalmente lo venció.
Respirando profundamente el aire añejo y sin perfume de este mundo, Ryan anduvo con dificultad a través de la alfombra del dormitorio de Heather, su cuerpo tan tenso que arrastraba, dolorosamente, su pierna izquierda detrás de él. Aquí, con Heather, era el único lugar en el que alguna vez había encontrado una especie de paz interior. Y necesitaba esa paz ahora, aunque ésta parecía eludirlo.
- ¿Qué ocurre? — preguntó Heather. Una fina y deshilachada manta cubría sus hombros y ella se sentó en el filo de la cama.
Se sentía débil y vacío, como si nunca consiguiera recuperar las fuerzas de nuevo.
Con cuidado ella se sentó.
- Ouch. Esto duele un poco.
- ¿Qué? — preguntó él, inmediatamente angustiado.
- Ya sabes, mi trasero.
La única zona que no había tocado, pensó él irónicamente.
- Te daré un masaje para aliviarte el dolor cuando recupere las energías.
- ¿Qué ha pasado? — La preocupación se reflejaba en su voz y ella miró a su derecha —. ¿Qué le pasó a Frances?
- Se ha desmayado.
- ¿Y a ti?
Él se encogió de hombros.
Como si sintiera su escrutinio, Frances gimió y se movió, recuperando lentamente la consciencia.
- ¿Q-qué ha pasado? — Al instante, los recuerdos volvieron. Ella se enderezó, mirando con fascinación morbosa a Justin, luego a _____, y de nuevo a Justin.
- Él, él... — Su mirada siguió pasando de uno a otro, mientras se ponía de pie y se escabullía retrocediendo, agrandando la distancia entre ellos. Ella parecía tan asustada, tan impresionada, y no paraba de balbucear algo referente a las luces.
Justin había perdido la capacidad de hablar así que no pudo tranquilizarla o consolarla. De todas formas, no lo habría creído.
- ¿Frances? — dijo ____, con evidente confusión.
- ¿Qué ocurre? — Despacio, haciendo muecas todo el rato, se levantó. Trocitos de madera se dispersaron a su alrededor. Frunciendo el ceño, dio un paso en dirección a la camarera. Con un chillido, Frances huyó hacia la salida.

Estatua ~Justin Bieber y tú~ [TERMINADA]  By: JavieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora