SᵾᵽɇɍħᵾmȺn ༈ 𝑴𝒂𝒓𝒌𝒉𝒚𝒖𝒄𝒌

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Mientras tanto, en la mansión de Taeyong...

El joven amo de la gran casa estaba descansando en su habitación, ya había terminado de hacer su tarea de la universidad y ahora estaba tirado en su lecho de sueño con las luces de su habitación apagadas, permitiendo así que la oscuridad se apoderase de toda la amplia y bien arreglada morada.

Soltó un tercer suspiro y luego llevó su mano hacía un pequeño gavetero, que se encontraba a un lado de su cama. De éste último extrajo una pequeña foto, en la que se podía ver claramente a unos enamorados padres, quienes abrazaban a su pequeño bebé. Esa pequeña criatura, era su persona.

Sus ojos se cristalizaron, extrañaba a su madre y le dolía muchísimo no poder estar con aquélla hermosa dama que le había dado la vida. Quería volver a verla y por eso estaba estudiando, para que si algún día volvía a verla estuviera orgullosa de su único hijo.

--Mamá... ¿Dónde estás?. Te extraño demasiado..-- susurró Taeyong, mientras que una lágrima traicionera salía de uno de sus hermosos ojos.

De repente, escuchó un sonido proveniente de la ventana que lo hizo reaccionar y que activó sus cinco sentidos. Podía sentir una intensa energía, proveniente de quién sabe dónde pero estaba dispuesto a averiguarlo.

Colocó entonces la fotografía familiar en su lugar y por consiguiente se empezó a poner de pié, pero repentinamente el ambiente se empezó a sentir raro y lo presentía gracias a su poder. Sus ojos se abrieron como platos al ver que la ventana se abría con lentitud, gracias a un repentino pero potente soplido.

Taeyong se puso de pié y con nerviosismo se acercó hacía la ventana con lentitud hasta que llegó a ella y la cerró con seguro.

--Parece que solamente ha sido eso...-- se dijo el chico, para si mismo entre un suspiro. De repente, escuchó una voz detrás suyo que le habló:

--Así que tú eres Lee Taeyong, ¿eh?... Eres más atractivo de lo que yo pensaba-- habló una seductora voz, proveniente de las sombras de su habitación. En respuesta a esto, el dueño de la casa se dió la vuelta y fijó su vista hacía donde había provenido la voz.

--Muéstrate; intruso-- respondió Taeyong, con una voz fría y que no reflejaba miedo. El pelirrubio podía ser tierno, pero cuando se trataba de su defensa personal era toda una bestia.

--No, por ahora voy a mantenerme en mi zona de confort... Pero sí me interesa saber sobre tus poderes, o más bien mi jefe quiere saber más sobre ti-- respondió de nuevo el invitado, que en realidad no había sido invitado.

--¡¿De qué estás hablando?!-- preguntó Taeyong; enojado.

--Se nota que no tienes ni la más mínima idea de lo que sucedió en tú pasado... Bueno, no te culpo a penas eras un pequeño e indefenso bebé. Pero aún así, mi jefe te considera el más poderoso de todos los superhumanos y es por ello que me ha pedido personalmente que viniera a verte; y eso es lo que tú y yo vamos a hacer ahora-- concluyó el desconocido individuo, para luego chasquear sus dedos.

Los ojos de Taeyong se abrieron como platos al ver que las sombras de toda su habitación se hacían corpóreas, creando a seres oscuros los cuales estaban armados. Aquéllos espectros sombríos corrieron hacía Taeyong con el objetivo de atacarlo, haciéndo que este último se asustara.

Empezó a sudar frío mientras retrocedía rápidamente, podía fingir ser valiente en unos instantes pero en realidad el rubio era un completo cobarde. Pero de pronto, un rayo de luz emergió del pecho de Taeyong y los seres oscuros que estaban cerca de atacarle se debilitaron y volvieron a sus respectivos lugares.

En respuesta a esto, el desconocido salió de su escondite y con agilidad formó un puño en su mano derecha con la que golpeó el suelo causando que una gigantesca ola de sombras, surgiera y que se dirigiera hacía su contrincante.